En “Las troyanas”,
la tragedia de Eurípides que narra los acontecimientos sucedidos después de la
caída de Troya desde el desgarrador punto de vista de las mujeres troyanas
vencidas, humilladas y convertidas en botín de los vencedores, la reina Hécuba,
viuda de Príamo y al borde del más desolador de los abismos vitales, reflexiona
acerca de los golpes del destino. Hécuba dice que, aunque nunca ha subido a
cubierta de una nave, sabe que si una tempestad moderada se abate sobre los
marineros, éstos ponen todo su empeño en ponerse a salvo de los destrozos: uno
va al timón, otro a las velas y otro se pone a achicar agua en la nave; en
cambio, si les viene encima una fuerte marejada, se echan en manos del azar y
quedan al vaivén de las olas. Hécuba concluye que en este momento en que sufre
desgracias incontables, deja su boca sellada y se da por vencida, pues ha sido
derrotada por un penoso temporal que viene de los dioses. Hoy el Barça y el
Bayern de Múnich juegan en el Camp Nou el partido de ida de la semifinal de la
Liga de Campeones. No es una tempestad moderada, cadenas televisivas. Es un
penoso temporal.
¿Cómo
luchar contra un partido enviado por los dioses en el que se enfrentan dos
equipos maravillosos con el aliciente de la vuelta a casa de Guardiola, pero en
el banquillo visitante? En una tempestad moderada (un partido de Liga
Barça-Madrid, por ejemplo), las cadenas televisivas pueden empeñarse en moderar
los destrozos en la audiencia poniendo al timón una película como “Pretty
Woman”, dejando las velas a cargo de un concurso amable o achicando un capítulo
de una serie de éxito. Pero cuando se trata de un temporal, de una imparable
tempestad futbolística, es mejor dejar la programación en manos del azar y
quedar al vaivén de las jugadas de Messi y Alonso. No digo que Telecinco, Antena
3, laSexta, Cuatro y compañía sellen sus bocas y emitan minutos musicales
mientras dure el partido Barça-Bayern, pero sí deberían darse por vencidas y
echarse en manos del azar. Hoy, cuando todo está perdido, vale cualquier cosa.
¿Por qué no programar “Las troyanas” de Cacoyannis a la hora del partido, y
dejar que Hécuba diga todo lo que hay que decir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario