Hay fundamentalistas de
“Juego de tronos” como hay fundamentalistas de la Biblia, del tiqui-taka, del
flamenco o del gin-tonic, y creo que a los fundamentalistas de “Juego de tronos”
no les habrá hecho mucha gracia que Pablo Iglesias regalara a Felipe VI las
primeras temporadas de la serie. O puede que sí. Un fundamentalista suele ser
bastante imprevisible. El Papa es un fundamentalista de la Biblia y, sin
embargo, habla como si fuera el líder del Círculo de Podemos en el Vaticano, y
no he escuchado a ningún fundamentalista del tiqui-taka renegar del gol
yo-me-lo-guiso-y-yo-me-lo-como de Luis Suárez ante el París Saint-Germain. O sea
que quién sabe. Pablo Iglesias puede convertirse en un profeta de “Juego de
tronos” o en un indocumentado advenedizo que se atrevió a tomar el nombre de
George R.R. Martin en vano.
No pertenezco a la iglesia fundamentalista de “Juego de tronos”, pero me
encanta la serie, disfruto con los personajes que logro recordar y entiendo que
cualquiera de ellos puede morir en cualquier momento de una forma horrible. Pero
si pudiera salvar a un personaje de la muerte como quien indulta a un ninot
salvándolo de las llamas, salvaría a la magnífica Cersei Lannister. En el primer
capítulo de la quinta temporada, una Cersei niña escucha de labios de una bruja
lo que le depara el futuro, profecías terribles que harían desmoronarse a
cualquiera. Pero no a Cersei. La ambiciosa, cruel e implacable Cersei sabe que
tiene una cita con la desgracia y, sin embargo, no puede dejar de ser lo que es.
En la conocida fábula de la rana y el escorpión, una rana acepta
llevar a un escorpión a sus espaldas mientras cruza un río pero, cuando están a
mitad del trayecto, el escorpión pica a la rana a pesar de que eso traerá la
muerte a los dos. “¿Por qué lo has hecho?”, preguntó la incrédula rana. Y el
escorpión contestó que no tuvo elección, porque es su naturaleza. ¿Por qué
Cersei pica a la rana si sabe que sufrirá desgracias al cruzar el río del poder?
Porque no tiene elección. Porque está en su naturaleza. Como diría Heráclito de
Éfeso, el carácter de Cersei Lannister es su destino. Y como diría Ursus, uno de
los entrañables personajes del peplum, si Cersei quiere cambiar su
destino, debería empezar por cambiar su carácter. Pero eso no es posible porque
entonces “Juego de tronos” sería como un gin-tonic con fresas y
canela.
Magnífica defensa de la alcohólica con más clase sino de Poniente, al menos de Desembarco del Rey. Días de Cersei y rosas...
ResponderEliminarEs raro que en estos tiempos modernos no se le recomiende a Cersei tomarse unos cuantos ansiolíticos para cambiar su carácter, siendo además una serie de la HBO... pero tiempo al tiempo.
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