Domingo, día del Señor. En la tele pública de un país de larga tradición católica, un veterano presentador pregunta a un famoso actor qué le diría a Dios. Respuesta: “Le diría: ¿cáncer de hueso en niños?, ¿de qué vas?, ¿cómo te atreves?, ¿cómo te atreves a crear un mundo donde hay tal grado de miseria que no es por nuestra culpa? No está bien, es absolutamente malvado. ¿Por qué debería guardar respeto a un Dios estúpido, caprichoso y mezquino que crea un mundo tan lleno de injusticia y dolor?”.
Ocurrió el mes pasado, en Irlanda. “¿Crees que así ibas a entrar al Cielo?”, preguntó entonces el
presentador, Gay Byrne. Stephen Fry respondió así: “No, pero tampoco querría. No querría
acceder de acuerdo a sus términos, que son injustos. Ahora bien, si muriese y
allí estuviesen Plutón, Hades… Si fuesen los 12 dioses griegos, entonces
tendría más de inclinación a aceptarlos porque no pretendían no ser humanos en
sus apetitos, sus caprichos, su insensatez. No se presentaban a sí mismos como
ejemplos de sabiduría, atención, benevolencia. Porque el Dios que creó este
universo, si es que fue creado por Dios, es claramente un maníaco, un completo
maníaco, totalmente egoísta. ¿Tenemos que pasar nuestra vida de rodillas
agradeciéndoselo? ¿Qué clase de Dios sería capaz de eso? Sí, el mundo es
espléndido, pero también habitan en él insectos cuyo entero ciclo vital es
perforar los ojos de niños y volverlos ciegos. Devoran sus ojos desde dentro
hacia afuera. ¿Por qué? ¿Por qué nos hiciste pasar por eso? Podías fácilmente
haber obrado una creación en la que esto no existiese. Simplemente es
inaceptable. ¿Sabes? El ateísmo no trata solo acerca de no creer que haya un Dios,
pero asumiendo que haya uno, ¿qué clase de Dios es? Está claro: es uno
absolutamente monstruoso que no merece el más mínimo respeto. Desde el momento
en que lo hagamos desaparecer, la vida se volverá más sencilla, más pura, más
limpia y más merecedora de vivirla, en mi opinión.
Aquí ni se hacen ni se emiten espacios así, pero TVE ha
encargado un programa de entrevistas a Bertín
Osborne que ya veréis, ya.
¡Genial respuesta de Stephen Fry!
ResponderEliminarModificando un poco el dicho popular: con dioses como esos, no se necesitan demonios.