(Columna inspirada por y dedicada a la sección “Hablemos español, leches”, conducida por José María Íñigo en el espacio “No es un día cualquiera” de RNE)
No sé si tengo más ganas de ver la nueva temporada de “Detective auténtico” o el estreno de “Deberías llamar a Saúl”, la nueva serie centrada en el personaje del abogado Saúl Goodman que aparecía en la alabadísima “Volverse malo”. De hecho, ahora que están terminando series tan prestigiosas como “El imperio del muelle” u “Hombres locos”, es probable que “Detective auténtico” y “Deberías llamar a Saúl” se conviertan en las grandes referencias de ficción de las próximas temporadas y alcancen la consideración de series míticas del pasado como “El cable” o, incluso, como “Picos Gemelos”. No se lo pondrán fácil las demás producciones norteamericanas: “Nación” ha ganado en su T4 el interés que había perdido con la muerte de Nicolás Brody, “Castillo de naipes” sigue fascinando cuanto más desciende a los abismos Francisco Underwood, y “Los muertos andantes”, aunque estancada en su desarrollo narrativo, continúa teniendo una parroquia fiel de admiradores de su tempo y su estética que seguirá otorgando a la serie altos niveles de audiencia. “La buena esposa” se vuelve más sólida con cada temporada.
En las comedias ocurre algo semejante. El final de “La oficina” y “Parques y festejos” ha despejado el camino para que continúe el éxito de producciones excelentes como “La teoría de la gran explosión” o “Familia moderna”, que mantienen su interés a pesar del elevado número de temporadas que llevan acumuladas, convertidas ya en clásicos que podrán terminar eclipsando a gigantes como “¡Salud!” o “Amigos”. Se trata de series que forman la base de muchas cadenas norteamericanas, aunque su repercusión social no sea tan importante como la de los dramas antes comentados, ni cada temporada haga que las redes sociales se llenen de comentarios y de spoilers (¡ay.... ya metí la pata! Con lo bien que me estaba saliendo hasta aquí...).
La serie "Mad men", aunque la rteaducción literalmente sea "Hombres locos", su significado rel es "Los hombres de la avenida Madison", que era en esa avenida donde en los 60s y 70s se aglomeraban las oficinas de los currantes modernos de la serie.
ResponderEliminarQué bueno. Gracias por la precisión.
ResponderEliminarPues me alegra que te haya servido paisano. No sé si el título lo han puesto con doble intención, porque la verdad que, en esos años, y sobre todo los que empezamos a trabajar con las primeras IBM —que ocupaban medio edificio— (yo lo hice en NY en los 70s y cerca de Madison Avenue para la firma Polydor) estábamos todos un poco majaras y hablábamos de bits, CPUs, hardware, flopydisk y otros palabros, que en aquellos tiempos era como si fuéramos extratrrestres.
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ResponderEliminarBuena idea lo de traducir los títulos al español, pero cuidado con las traducciones demasiado literales. Un "True Detective" en España es un "auténtico inspector", porque aquí no tenemos detectives en la policía, ni verás a uno en comisaría a no ser que lo contrates tú. Y "The Wire" no son los cables sino "las escuchas" que hace la policía psra pillar a los malos. El resto, en fin, mejor así que como los traducen las distribuidoras.
ResponderEliminarPues sí con esto de las traducciones de los títulos de series y pelis, habría para escribir una artículo, porque algunas son de humor y surrealismo. Como la famosa serie "Hill Street Blues" que se tradujo como, nada menos que Canción triste de Hill Street, confundiendo el argot "blue", o sea policía, por jazz. De risa y de pena.
ResponderEliminarGracias, Malax y Mercedes, por vuestros comentarios. Para mí lo peor fue titular "Northern Exposure" en España como "Doctor en Alaska".
ResponderEliminarSi no me equivoco, a house of cards es una expresión que se utiliza cuando se hacen trampas en el juego de cartas.
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