Hay personas para las que Karlos Arguiñano es un cocinero blanco y dorado. Lo ven clarísimo. Pero para otros no. Para otros Arguiñano es un animal televisivo azul y negro. Y lo ven igual de claro que los anteriores. Supongo que todos ustedes tendrán su propia opinión porque ya habrán visto unos cuantos programas suyos. Y dirán que vaya tontería de polémica, con lo claro que está que Arguiñano es blanco y dorado. O azul y negro.
¿No ves las recetas? Ahí están, bien claras: blanco y dorado.
¿No ves los chistes? Nunca faltan: azul y negro. ¿Y las sartenes, las cazuelas
y el perejil? No hay duda: blanco y dorado. ¿Y los disfraces, las canciones y
las morcillas (las constantes añadiduras de palabras que hace, no las de
comer)? Claro que no hay duda: azul y negro. El otro día cocinó unas sopas de
ajo con chorizo de rechupete. Blanco y dorado. Pero, al cortar el chorizo, se
refirió a la “lista Falciani”: “Hay otro
tipo de chorizos de todos conocidos. ¿Cuánto dinero se han llevado los españoles
fuera de España? ¡Y lo de los paraísos fiscales! Los capos… ¡vaya bacalao de
personajes que tenemos! Es increíble, da vergüenza. Parece que iban ser el
ejemplo de todos los españoles y son, son… ¡vamos!… Me gustaría que los echaran
de España, lejos. Pero primero que devuelvan la tela”. Azul y negro. Pero hizo
un tomate en salsa rico, rico y con fundamento. Blanco y dorado. Pero al
sacarlo de la sartén, dijo: “Algún
futbolista del Betis ha debido de tener un comportamiento violento con su
pareja… Y los aficionados aplaudiendo, vitoreando al maltratador. Me parece
terrible la violencia que se crea a veces en los campos de fútbol. Yo ahora no
sé si iría con los niños al fútbol. Hay mucha violencia, desproporcionada. Una
cosa es que en el fútbol puedas gritar y desahogarte; pero otra es que
vitoreemos al maltratador”. Azul y negro.
Ostras, ¿de verdad dijo eso?, debería haber añadido
“presuntamente”. Sí: “Rico, rico y con
fundamento… presuntamente”.
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