Es el programa que toda España está esperando. La combinación perfecta. Hace unos años no hubiera podido hacerse, pero ahora que Cuatro y Telecinco pertenecen a Mediaset ya nada obstaculiza a la Gran Coalición. No, no la del PP y el PSOE. Una mucho más demandada, mucho más ajustada al espíritu de los tiempos. Ha llegado el momento de fundir “Gran Hermano” y “Hermano Mayor” en un brutal “Gran Hermano Mayor”. El reality que viene a acabar con todos los realities. Un reality tan grande que un reality más grande no puede ser pensado. Para obtener un 110% de la audiencia, como la participación en las primarias de Podemos Sevilla.
Telecinco anda preparando una nueva entrega de “Gran Hermano VIP”, una variante del GH de (ya casi) toda la vida en donde se toman como concursantes a líderes sociales y modelos para la ciudadanía. Hasta la fecha están confirmados Coman -un concursante de “Adán y Eva”-, Víctor Sandoval, Belén Hormigos, Olvido Esteban o Sandro Rey. Menudo coñazo. Con lo bien que estaría dejarse de tanto intelectual y meter en la casa de “Gran Hermano” a Dakota, a Lorena, a Xavi, a Joan, a quince o veinte casos de “Hermano Mayor” y dejarles a sus aires para que convivieran en la paz y la armonía que sus serenos caracteres les dictasen. Para perfeccionar el formato convendría llenar dicha casa de objetos arrojables, puertas y mesas de cristal, sillas ligeras que puedan ser esgrimidas ante cualquier discusión. Y Mercedes Milá y Pedro García Aguado copresentando el cotarro. Y después un “Gran Hermano Mayor - El Debate”, en el que las familias y los coleguitas de los concursantes defiendan encendidamente a los suyos. Y unas ambulancias del SAMUR preparadas en todo momento por lo que pudiera pasar.
Y al cabo de unos años, pero sólo entonces, tras varias temporadas de “Gran Hermano Mayor”, se podría hacer un “Gran Hermano Mayor VIP” con los concursantes más famosos de “Gran Hermano Mayor”. O con los que no estén en la cárcel.
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