Sin detenerse, le mata de un tiro en la cabeza y se va. Todo
vuelve a empezar con un hombre yaciendo herido en el suelo. Otro se acerca
corriendo a él. Con el gesto, el primero parece pedir ayuda o clemencia o piedad.
Entonces, la imagen se vuelve borrosa. El segundo, sin detenerse, le mata de un
tiro en la cabeza y se va. Todo vuelve a empezar con un hombre yaciendo herido
en el suelo. Otro se acerca corriendo a él. Con el gesto, el primero parece
pedir ayuda o clemencia o piedad. Entonces, la imagen se vuelve borrosa.
Tras el 11-S, la tele fue una sucesión constante de aviones
estrellándose contra las torres gemelas. Anteayer, tras el atentado terrorista
contra la revista satírica “Charlie Hebdo”, la tele no fue tan monotemática y tuvo
tiempo de hablar de otras cosas al margen del atentado. Hubo incluso quien tuvo
la mala fortuna de elegir ese día para estrenar una serie (“Algo que celebrar”
en Antena 3, “Alatriste” en Telecinco). Digo mala fortuna porque, aunque ya se
hubieran terminado todos los informativos y aquella carrera circular hacia la
muerte hubiera dejado de emitirse y reemitirse, todos seguíamos viéndola. Clara
y borrosa a la vez. Porque la tele emborronó el asesinato para que todos lo viéramos
mostrando solo unos borrones. Justo lo que hacen los caricaturistas y
humoristas gráficos: llenarlo todo de borrones para que podamos ver las cosas
claras.
¿Y ahora? ¿Debemos responder con lápices a las armas? Si ellos
usaron armas es porque querían anular y silenciar nuestros lápices; y las armas
son sus gomas borrar. Contra las gomas de borrar están los lápices, pero es más
eficaz la imprenta. En las manifestaciones de repulsa que desfilaron por los
informativos, vimos a muchos representantes políticos y muchos carteles de “Je suis Charlie”; pero no vimos a
ningún político con un cartel que dijera que, como la sátira es un arma cargada
de presente, en defensa de la libertad de expresión se comprometía a que en
todas las bibliotecas públicas españolas hubiera una copia de la revista satírica
Mongolia. Por ejemplo.
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