Ahora hace falta que alguien en “Gran Hermano VIP” se meta con los discapacitados. No sé... que proponga su esterilización o los compare con algún animal. Lo podría hacer Kiko Rivera o Aguasantas. O que defienda a los terroristas yihadistas y diga que lo de Charlie Hedbo se lo buscaron los dibujantes. ¿Qué tal si se ocupan de esto Ylenia o Sandro Rey? Primero fueron Los Chunguitos, que tras alguna perla de tufillo racista dijeron su famosa frase sobre los homosexuales y los hijos deformes. En agradecimiento, Telecinco les expulsó de la casa de Guadalix para que pudieran acudir todas las semanas a los programas de debate de Gran Hermano y, ya libres del confinamiento, a otros programas estrella de la cadena como “Hay una cosa que te quiero decir”. Después fue Belén Esteban, que aseguró desde su principado popular que no iba a dejar que ningún hombre cogiera la fregona en la casa mientras hubiera mujeres que pudieran hacerlo. En agradecimiento, la audiencia se ha pronunciado anteayer expulsando a su enemiguísima Olvido y evitando que fuera nominada para la siguiente semana. Racismo, homofobia, machismo... creo que ya sólo queda atacar a las personas con discapacidad y apoyar el terrorismo para hacer el pleno de posturas moralmente indeseables ampliadas y difundidas por el programa estrella indiscutible líder de audiencia de Telecinco.
No será fácil, pero puede conseguirse. Basta con dejar por ahí de forma descuidada una bandera nazi, o una imagen de la Macarena, o introducir un nuevo concursante que posea algún tipo de discapacidad crónica. Verán lo rapidísimo que los decorticados concursantes de “Gran Hermano VIP” caen como buitres sobre ellos y nos obsequian alguna de estas muestras de miseria moral por las que han sido escogidos para el concurso. Verán lo que disfruta Raquel Sánchez Silva con estos escandalillos que siempre terminan provocando aumentos de audiencia. Verán con qué dignidad y orgullo niega Jordi González que lo que está haciendo es telebasura.
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