TVE se desmelena. Una corporación con su edad y desprestigio no debería hacer estas cosas, que luego la gente murmura. Ya se sabe cómo es la gente, que como paga no hace más que preguntarse qué puede hacer TVE por ella en vez de preguntarse qué puede hacer ella por TVE. Es que a quién se le ocurre dedicar un programa a la desigualdad, ¡concretamente al reparto desigual de la riqueza!, ¡¡más concretamente al reparto desigual de la riqueza en España!! Un desmelene, lo que les decía.
Afortunadamente, alguien en TVE
intentó frenar este desmán poniendo cortafuegos. Primero buscó la cadena más
adecuada para ocuparse de este asunto tan delicado. Eligió La 2, una cadena que
apenas ve nadie. Luego buscó un horario de emisión adecuado. Optó por la una de
la madrugada de un día laborable (día en que la gente tuvo que madrugar), pero
que, a su vez, fuera víspera de otro día laborable (día en que la gente tendrá
que volver a madrugar). Y por último buscó un espacio cortito que apenas
conociera nadie y fuera presentado por un señor con pinta de aburrido que la
gente recordara no por su seria labor periodística sino por haber sido director
general de RTVE durante la etapa final de Felipe
González (aquella del “paro,
corrupción y despilfarro” que cantaba el Píndaro del bigote). Escogió “Millenium”, un programa desconocido de
media hora presentado por Ramón Colom.
El gran día ha llegado. Hoy se
emitirá “Somos desiguales”. Si esto va bien, no lo verá nadie y todo arreglado.
Pero –siempre hay un pero– alguna lumbrera decidió emitir promos anunciando el desmelene de hoy. Imagínense: varios
economistas y sociólogos en TVE ensombreciendo con negros nubarrones nuestra
luminosa recuperación económica una, grande y libre. Por favor, sean decentes y
no lo vean. Si todos cerramos los ojos, arreglaremos la metedura de pata de
TVE. Y si lo deseamos con suficiente intensidad, nos creeremos que los
problemas han pasado y todos somos iguales.
Soy tan corto que tengo que leerme los artículos, no se si se llaman asi, dos o tres veces, pero al final los entiendo y son verdaderamente geniales, gracias antonio rico por existir.
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