El diez de noviembre será un día importante. Antes solo era el día en que comenzaba a marchitarse el ramito de violetas que mandaba un extraño cada nueve de noviembre como siempre sin tarjeta. Pero este año el diez de noviembre será el día siguiente a la consulta soberanista catalana, el día de las consecuencias y el día de las responsabilidades. Y no porque lo digamos aquí, es que lo dicen los sabios analistas que salen en la tele explicándolo todo con la misma convicción y vehemencia que mostraba Francisco Granados cuando mentía en los platós para ganarse un dinerito, esta vez honradamente.
El diez de noviembre pondrá a cada uno en su sitio. Ese día
son muchos los que, a la luz de los datos, tendrán que asumir su
responsabilidad en lo sucedido. Y quienes se hayan dejado llevar por intereses
ocultos, inconfesados o espurios, tendrán que mirar hacia atrás y aprender de
sus errores. Por ejemplo, tendrá que pasar algo en 13 TV.
Hace mucho que la cadena de la Conferencia Episcopal está
obteniendo unos datos de audiencia muy diferente en Cataluña y en el resto de
España. No pasa nada porque su línea editorial españolista y de derechas baje
su cuota de pantalla en Cataluña a la mitad de la obtenida en toda España: eso
solo significa que su línea editorial allí no se vende bien y el negocio no da
tantos beneficios. Pero es que mientras el programa “Santa Misa” que se emite
diariamente a las 12 tras el “Ángelus” tiene un seguimiento nacional de más de
un uno por ciento, 13TV ha conseguido que en Cataluña no lo vea nadie, ni Dios,
cero patatero. Eso significa que la línea editorial de 13TV interfiere tanto en
su labor pastoral que les impide difundir el Evangelio. Así que no anuncian la Buena
Nueva, no siguen el mandato divino que han recibido desde tiempo de los
Apóstoles, no blanden la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. O sea,
que predican tanto, que no evangelizan. Ay, si san Pablo levantara –con perdón– la cabeza.
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