Los seguidores recalcitrantes de “No es un día cualquiera” (sábados y domingos por la mañana en Radio 1), estamos de enhorabuena: desde septiembre tenemos media hora más de buena radio de regalo. En septiembre, Pepa Fernández y su equipo han dejado de despedirse a la una porque se quedan con sus oyentes (bueno vale, con sus “escuchantes”) hasta la una y media.
¿Alguien quiere más? Lo comprendo, también a mí la doble
ración matinal de Juan Carlos Ortega
de cada sábado y domingo me satisface, pero no me deja satisfecho. Por eso los
sábados por la tarde hay que acordarse de ver “La mitad invisible” en La 2.
Media horita de paseo rico rico y con fundamento que suaviza la garganta y
despeja la nariz. Si en un descuido imperdonable os perdisteis la última
entrega, os quiero ver meneando el bullarengue pero ya y llevándolo hasta la
web de RTVE para verlo entero sin masticar: ¡estuvo dedicado a “El orgullo de
el tercer mundo” de Faemino y Cansado!
Y claro que no es un capítulo repetido como los que nos coloca de vez en cuando
La 2: desde septiembre tenemos capítulos nuevos y crujientes recién sacados del
horno.
Pero si por algo se distingue un seguidor recalcitrante es
porque además de ser seguidor es recalcitrante. Alguna vez pedimos aquí que
RTVE pusiera una cámara en “No es un día cualquiera” y emitiera el programa,
además de por la radio, por la tele. Pues alegrémonos: el “Pecadores
impequeibols” que emite los domingos por la noche La 2 parece una sección de
“No es un día cualquiera” por la que van desfilando los habituales del
programa. Forges, eso sí, dejó de
ser un colaborador para realizar las labores de presentador, mientra Pepa pasó
de presentadora a colaboradora (anteayer la vimos hablando del pecado de
pereza). No está nada mal: en la radio y en la tele, tanto en sábado como en domingo,
podemos decir “No es un día cualquiera”.
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