El doctor John W. Thackery (“The Knick”, Canal+ Series) del hospital The Knickerbocker de Nueva
York es un Gregory House de principios del siglo XX que, como el especialista en
diagnóstico del Hospital Universitario Princeton-Plainsboro de Nueva Jersey, es
arrogante, grosero y ferozmente antipático, pero también el médico que todos
querríamos tener a nuestro lado cuando ese saco de huesos y vísceras que es el
cuerpo deja de funcionar correctamente. A diferencia de House, el doctor
Thackery se mancha las manos de sangre en el quirófano, pero Thackery y House
son igual de bordes con sus subordinados, desprecian de la misma manera a sus
superiores, tienen el mismo tono entre cínico y desabrido cada vez que abren la
boca, son de pocos amigos y se mantienen a magnífica distancia de todo lo que no
les interesa. Y los dos médicos tienen una retorcida vida privada, más allá de
sus adicciones a la cocaína y la vicodina. Si a usted le gustó “House”, le
gustará “The Knick”. Otra cosa es lo que opine su estómago.
Odón, abad de Cluny en
el siglo X, decía que si los hombres vieran lo que hay debajo de la piel, la
mera vista de los cuerpos nos levantaría el estómago. En el primer capítulo de
“The Knick”, el doctor Thackery y su colega se proponen hacer una complicadísima
cesárea en cien segundos. Pues bien, algunos aguantamos menos de cien segundos
con los ojos fijos en la pantalla del televisor porque el realismo y el crudo
detalle de las imágenes de la serie creada por Steven Soderberg levantan el
estómago de los que tenemos en el asesinato en la ducha de Marion Crane la
frontera de lo soportable. “The Knick” es una serie dura porque la vida y la
muerte en un hospital neoyorquino de principios del siglo pasado eran muy duras.
La razón puede soportar el racismo del doctor Thackery por los mismos motivos
históricos por los que podemos entender la defensa de la esclavitud por parte de
Aristóteles, pero el estómago no tiene nada que ver con la razón. Si usted puede
aguantar cien segundos acompañando al doctor Thackery en el quirófano del
hospital The Knickerbocker, le garantizo que seguirá con él hasta el
infinito y más allá. Si no, tendrá que negociar con su
estómago.
No hay comentarios:
Publicar un comentario