¿Es usted un fracasado? ¡Pues claro! Somos muchos los fracasados que, por ejemplo, no conseguimos que algún famoso nos lance el reto del cubo del agua helada porque no somos de su exclusivo círculo de amigos famosos haciendo el gilipollas. Si estarán mal las cosas que ni el mismísimo cubo de agua helada ha podido aceptar el reto del cubo de agua helada y tirarse por encima un cubo de agua helada porque ningún famoso se tiró por encima un cubo de agua helada retándole a tirarse por encima un cubo de agua helada. Pobre, con lo bien que le vendría esto para mejorar su vida social. Pero, coño, una cosa es que seamos unos fracasados y otra muy distinta es que nos sintamos unos fracasados. Y eso sí que no.
Un estudio científico de esos que salen en verano para
rellenar asegura que ver la tele después del trabajo hace que uno se sienta un
fracasado. Una tontería, vale, pero ¿y si añado que el estudio fue realizado
por la Johannes Gutenberg University de Alemania y la VU University de
Amsterdam, publicado por la revista Journal of Communication, y recogido por el
diario británico The Independent? Aprovecho su boquiabiertez para extrapolar como un campeón: si uno se siente
fracasado por ver la tele tras una jornada laboral en la que al menos hizo algo
antes de vegetar ante la pantalla, qué no pasará si se dedican las vacaciones a
ver la tele. Seguro que hay tal sensación de fracaso que uno luego es incapaz
de volver al trabajo con depresión postvacacional. Y eso sí que tampoco.
Así que ahí va el mismo consejo veraniego de todos los años:
apague la tele, salga a dar una vuelta, camine, suba y baje, tome el aire, aproveche
las vacaciones para ventilar. Sea usted un fracasado, pero de sentirse
fracasado nada. Y ya verá cómo, al volver al curro y a la tele, tendrá tal
bajón que podrá pasarle por los morros a sus compañeros una hermosa y envidiable
depresión posvacacional.
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