Es indecente la pasta que se está embolsando Jorge Javier Vázquez. Estos días se ha publicado de lo que ganan los personajes televisivos y lo de Jorjeja no tiene perdón de Dios. Un personaje como él, dispuesto a hacer cualquier programa humillante que le proponga Telecinco sin ponerse exquisito, capaz de enfrentarse con una sonrisa cínica a formatos que harían morir de vergüenza a cualquier persona consciente de la importancia y repercusión social de su trabajo, con un estómago que no le hace ascos a porquerías que llevarían a potar al más templado, y que, además, es le añade su propio marca y estilo para que el producto final resulte aún más molesto de lo que podrían hacer imaginado sus creadores no debería ganar tres millones de euros por temporada. ¡Tres millones! ¡No se los merece!
Se merece más. Mucho más. A ver de dónde iba a sacar Paolo Vasile, mientras no se
perfeccione la ingeniería genética, un personaje con sus prestaciones sin
recurrir a arriesgados pactos con Belcebú.
Mermelada ha demostrado ser eficaz en cualquier tipo de porquería. Da igual el
horario, ahí está él siempre dispuesto. Si hay que vivir en un plató para
rellenar horas y horas, lo hace. Y si hay que grabar para emitir enlatado,
también. Tanto sirve como domador de fieras en “Sálvame”, como de entrevistador
de famosos de medio pelo o personas anónimas que confían en él para contarle
sus miserias en “Hay una cosa que te quiero decir”. Profesional trabajador y
resuelto, hace de pararrayos de la cadena recibiendo palos de todas partes; y
ni siquiera necesita una coartada similar a la que utiliza Mercedes Milá, que solita se metió en el pozo de “Gran hermano”
pero como empezó a verlo muy negro le pidió al jefe que le dejara hacer “Diario
de…” para disimular un poquito.
Vasile: ya que Vázquez hace la tele más barata y rentable
del mundo, y lo hace por dinero, al menos debería ser quien más ganara en esa
casa… incluido el jefe.
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