LA RAYA

La aportación más importante que el último Mundial de Fútbol ha dejado a la cultura occidental no es la cara de aquella brasileña que lloraba durante el 1-7, ni la efímera carrera como modelo de Axelle Despiegelaere, ni siquiera el mordisco con el que Luis Suárez quiso expresar sus profundos sentimientos hacia el italiano Chiellini. Si por algo será recordado este campeonato será por la raya. Por esa raya blanca que marcaban con un spray los árbitros en el suelo para indicar la distancia a la que debía mantenerse la barrera. Desde que terminó el Mundial no salgo a la calle sin un spray de pintura blanca en el bolsillo.

Y también lo uso en casa, sobre el televisor. Cuando llegaron las celebraciones de los cinco años de “Sálvame” me acerqué a la pantalla y con frialdad de referee internacional marqué una línea para indicar que ya habíamos alcanzado el límite que no debería ser superado. Cada vez que alguien comienza a hablar en “La Sexta Noche” yo marco unas rayas a los pies de todos los demás contertulios para señalar que deben dejar que termine de hablar. ¿Entra en el plató de “El hormiguero” algún invitado que hace sospechar que Pablo Motos va a sacar la guitarra? Yo saco preventivamente el spray y comienzo a agitarlo lentamente.

Y donde no yo, sino los responsables de laSexta deberían dibujar una raya gigante es sobre “El Intermedio Summer Time”. Por muy bueno que sea el espacio original, sencillamente no es de recibo que Atresmedia pretenda rellenar el access time de toooodo el verano con recortes en donde el Gran Wyoming bromea sobre la noticia de que Urdangarín visitó al rey Juan Carlos tras su operación de cadera. Ante el libre directo contra la programación televisiva que supone siempre la llegada del verano, “El Intermedio Summer Time” es un intento de colocar la barrera diez veces más cerca de lo que indica el reglamento. Que marquen una raya muy clarita a los pies de Wyoming y de Sabatés. Y que David Luiz tire la falta.