Cien latigazos y a la ergástula. Es lo que se merecen quienes están desmontando, pieza a pieza, “Informe semanal”. Los responsables de la estúpida sustitución de la sintonía, de las constantes ridículas variaciones en la cabecera y del nuevo horario criminal que ha desterrado al programa al actual horario de madrugada (en que la audiencia languidece y renacen las sombras) deben ser condenados a cien latigazos y encerrados en la ergástula, ese terrible lugar con un hermoso nombre que aprendimos viendo “Tierra de faraones”.
¿Se acuerdan de un programa que se llamó “Uno de los
nuestros”? No, claro. Lo estrenó La Uno en octubre del año pasado y duró hasta
diciembre. Iba a ser un éxito tal y subir tanto los índices de audiencia que
TVE decidió emitirlo los sábados en el horario que desde que el mundo es mundo había
ocupado “Informe semanal”. Primero llegaron unos concursantes a cantar, un
jurado a juzgar y un público a aplaudir. Qué noches más largas. Después
marcharon unos cuantos miles de espectadores y marchó el concurso por donde
había venido, pero ni “Informe semanal” recuperó su horario ni los responsables
del desastre pagaron por la pifia. Anteayer a las tantas, el decano “Informe
semanal” emitió un reportaje sobre el veterano “Saber y ganar”. Cuarenta y un
años de veteranía rindieron homenaje a los primeros 4.000 programas del
venerable concurso del honorable Jordi
Hurtado. Qué cosas: a pesar de emitirse en La 2, “Saber y ganar” tiene
mejores resultados de audiencia que “Informe semanal” gracias a que aún no ha
sido desterrado al más allá para dejar sitio a un concurso de cocina, o de
canto, o de baile, o de saltos de trampolín.
A latigazos, los geniales “Venga monjas” nos recuerdan cuál es la auténtica sintonía de “Informe semanal”.
A latigazos, reivindicamos su horario auténtico
y pedimos justo castigo a quienes están derribando nuestro patrimonio
televisivo. Que se repartan entre ellos los cien latigazos y que después los lleven a
la ergástula.
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