El “Telediario” debería tener más cuidado con el “efecto KuleShov”. Este muestra que el montaje influye enormemente en cómo el espectador interpreta lo que ve. Ejemplo de Hitchcock: si un viejo sonríe tras mirar a una mamá jugar con su hijo, es un señor bondadoso; si esa misma sonrisa se ve tras mirar a una chica en biquini, es un viejo degenerado. Pasa en el cine… y en la tele.
Veamos un “Telediario” de esta semana. El rey visita una
fábrica de coches en Vitoria. Habla el jefazo alemán de la empresaza alemana: “Las valientes reformas estructurales de los
años pasados comienzan a dar frutos”. Habla el ministro de Industria y se
apunta el tanto. El rey recoge el guante: “El
rey ha felicitado a los trabajadores por su flexibilidad laboral”. Más. Los
príncipes de Asturias agradecen a empresarios y emprendedores su “esfuerzo para crear empleo” y por haber
“aguantado el tirón ante una crisis tan
grave”. Más. Luis de Guindos
dice que la recuperación continúa. ¿Buen montaje? Veamos justo las posteriores
noticias.
La OIT denuncia la explotación de trabajadores forzosos y las enormes ganancias que produce: “Donde hay más inspección, hay menos trabajo forzoso”. Más. En barrios pobres sin escuelas públicas de Bangladesh prolifera la explotación infantil. Las oenegés enseñan a leer y escribir. Y a contar: “Es la manera de evitar que los empleadores los engañen al pagarles el salario”. El gran crecimiento económico del país “cae sobre las espaldas de mujeres y niños explotados con salarios irrisorios”. Más. Habla Thomas Piketty, economista que triunfa con su libro “El capital en el S. XXI”: “La historia demuestra que solo con austeridad, más impuestos, menos gasto, y con crecimiento e inflación casi nulos, se tardan décadas en reducir la deuda pública. En realidad, el patrimonio ha aumentado en Europa más que la deuda; el problema es el reparto de esa riqueza, las desigualdades. Hay que avanzar a la unión fiscal y presupuestaria con una primera medida: un impuesto común sobre los beneficios de las grandes empresas y multinacionales”. Más. Rescatados otros 500 inmigrantes en aguas de Sicilia. Vaya, vaya. ¿Tan mal va todo? ¿Los “empleadores” son buenos o no? ¿Notan el “efecto Kuleshov”?
La OIT denuncia la explotación de trabajadores forzosos y las enormes ganancias que produce: “Donde hay más inspección, hay menos trabajo forzoso”. Más. En barrios pobres sin escuelas públicas de Bangladesh prolifera la explotación infantil. Las oenegés enseñan a leer y escribir. Y a contar: “Es la manera de evitar que los empleadores los engañen al pagarles el salario”. El gran crecimiento económico del país “cae sobre las espaldas de mujeres y niños explotados con salarios irrisorios”. Más. Habla Thomas Piketty, economista que triunfa con su libro “El capital en el S. XXI”: “La historia demuestra que solo con austeridad, más impuestos, menos gasto, y con crecimiento e inflación casi nulos, se tardan décadas en reducir la deuda pública. En realidad, el patrimonio ha aumentado en Europa más que la deuda; el problema es el reparto de esa riqueza, las desigualdades. Hay que avanzar a la unión fiscal y presupuestaria con una primera medida: un impuesto común sobre los beneficios de las grandes empresas y multinacionales”. Más. Rescatados otros 500 inmigrantes en aguas de Sicilia. Vaya, vaya. ¿Tan mal va todo? ¿Los “empleadores” son buenos o no? ¿Notan el “efecto Kuleshov”?
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