A ver si se entiende de una puñetera vez: que un asesino en una serie de televisión sea homosexual no es un ataque contra los homosexuales, ni tienen los homosexuales ningún derecho a ofenderse; que una comedia ridiculice a un grupo de ancianos no es un ataque contra los ancianos; que en una película haya un personaje ruin y traidor que además sea francés, o del Betis, o peluquero, o vegetariano, no es un ataque contra los franceses, los del Betis, los peluqueros o los vegetarianos. Que en una serie a una mujer se la represente como vengativa no encierra el mensaje de que las mujeres son vengativas, y no justifica que las mujeres se ofendan. En una obra de ficción el malo puede ser un cura sin que eso implique que se está atacando a los creyentes; que una banda de psicópatas adictos al crack en una película sean negros no es un ataque contra los negros. Se puede representar en la ficción a unos militares de la II República como unos tipejos sórdidos y canallas sin por ello ofender a los republicanos. Un discapacitado puede ser un cabrón en un gag de humor sin que los discapacitados tengan derecho a ofenderse.
Dejen de ser tan egocéntricos. En un reciente capítulo de “Los Simpsons” emitido en los EE. UU., Homer arbitra un partido de fútbol de la selección española y un jugador español le intenta sobornar para que pite a su favor. Pues ya se nos han ofendido todos los patriotas ante lo que consideran un ataque contra España, al dar a entender que los españoles somos corruptos y tramposos. En “La epidemia del narcisismo”, Twenge y Campbell describen al occidental moderno como un carroñero ávido de cualquier indicio de ofensa para reclamar la correspondiente cuota de reconocimiento social y compensación que conlleva ser víctima de cualquier agresión. No sean tan miserables. Ni Homer ataca a los españoles, ni da a entender que seamos corruptos y tramposos, ni tenemos ningún derecho a sentirnos ofendidos. Apaguen sus ofensómetros. Lo único que es ofensivo es la facilidad con la que algunos se ofenden.
Lo ofensivo, en muchas ocasiones, es que los homosexuales, los ancianos, los vegetarianos, las mujeres y todos esos grupos que se ofenden con "tanta facilidad" aparezcan CON TANTA FRECUENCIA representados de esa forma tan estereotipada.
ResponderEliminarESO es lo ofensivo. Y también es ofensivo leer tantos artículos de varones blancos heterosexuales sin discapacidades diciéndole al resto del mundo que nos mosqueamos por nada porque no tenemos sentido del humor. Y no porque vosotros aprovechéis cada diferencia que tengamos con "el patrón ser humano" para hacer coñas repetitivas y cansinas.
Estoy de acuerdo con que ESTE CASO CONCRETO puede no ser ofensivo, porque no es un tópico que se repita hasta el asco. Pero meter al resto de los grupos que has nombrado en el saco sobraba un poco.
Alambrá, no te ofendas...
ResponderEliminarNi Alambrá ni este país tiene remedio...con esta tara mental no vamos a ningún lado.
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