Hay gente rara que piensa que la mejor forma de enfrentarse a las enfermedades raras es hacer telemaratones. Estas personas sufren una rara variante de una afección televisiva más habitual y conocida, el “Síndrome Estacional de los Telemaratones Navideños”, que hace que quienes lo padecen aborden cualquier problema social con largos programas televisivos en los que los afectados cuentan su caso, los famosos se implican en él, y los espectadores cierran el círculo emocionándose con los afectados y haciendo lo que mandan los famosos. Y al año siguiente más.
Pero la variante de la que hablamos hoy es tan rara que aún
no tiene nombre porque está sin describir, sin diagnosticar y sin medicar. Y
aunque afecta a pocos, no por eso debe apartarse a un lado y olvidarse. Es algo
que aprendimos tras ver la tarde y noche del domingo la emisión en La 1 del “Telemaratón
por la investigación de las enfermedades raras”. Semejante supermegaprograma de
medio día de duración es un claro síntoma de que los jefazos de TVE que lo
programaron padecen esta rara enfermedad, pues creen que la mejor forma de
enfrentarse a las enfermedades raras es hacer telemaratones.
Lo que estos jefazos debían hacer para que ellos y todos los
que padecen enfermedades raras recibieran la atención que merecen es aprovechar
su trabajo en la tele pública para freírnos a programas en los que se
reivindicara una política científica más valiente, se diera más relevancia
social a los investigadores en detrimento de los famosos, y se concienciara a
la población de que un problema serio y de largo recorrido como es la política
científica y sanitaria no debe abordarse de forma impulsiva y emocional. Pero
no lo van a hacer. Primero, porque no conocen su mal. Segundo, porque si lo
conocieran harían un maratón para abordarlo. Y, tercero, porque sospecho que quienes
los pusieron ahí padecen el mismo síndrome que, después de todo, puede que no
sea tan raro, raro, raro.
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