Toñi Moreno (“Entre todos”, tardes de La 1) metió la pata. Patinó hablando de malos tratos (“Cuando pasan cosas como éstas, o se denuncia o se calla una para el resto de la vida”), un asunto delicado en el que no debería opinar alegremente sin medir lo que dice. Pero corrigió lo que dijo mal y pidió perdón. Asunto resuelto. El problema está en lo que hacía y decía antes, y lo que sigue haciendo y diciendo después: opinar y actuar sin tanto miramiento cuando se trata de pobreza, injusticia, paro, enfermedad o dependencia. Lo importante es que el programa salga bien.
Antes, al menos, se entendía y
respetaba la “pobreza vergonzante” de quien pasaba necesidad pero que, con
dignidad y orgullo, no quería mostrar ni hacer espectáculo de su situación.
Hoy, la inconformista Moreno lucha por cambiar las cosas haciendo a diario la
coreografía de la banda sonora de su programa, una canción que James Brown no se atrevió a cantar: “Dilo en voz alta: estoy abandonado por los
servicios sociales y estoy orgulloso. Dilo en voz alta: estoy plantado por el
sistema sanitario y estoy orgulloso. Dilo en voz alta: desasistido y orgulloso.
Señor, lo siento: desasistido y orgulloso…”). Desde el primer minuto, nos
cuenta lo guapos y guapas que son todos los que piden por la tele, lo hermoso
que es proclamar que nuestros impuestos no sirven para ayudar a quien lo
necesita, lo rentable que resulta el victimismo si se dosifican adecuadamente
las sonrisas y las lágrimas, lo eficaz que es, en fin, disponer de un ancianito
o, mejor, un niño, para mover a la caridad.
Porque si por la calle usted se
encuentra a un adulto pidiendo con un niño, puede denunciarlo. Y si llama a la
puerta, también. Pero si “Entre todos” se lo mete en casa, puede repantingarse en
su sillón favorito para conocer todas sus desgracias con pelos y señales. Y si
le da suficiente pena, ya sabe: tírele una limosnita, por el amor de Dios.
Totalmente indignada con el que ha escrito este artículo... ¿Por qué siempre tiene que haber gente que critica hasta las buenas obras?? Un programa donde la gente va a pedir ayuda, porque lo están pasando realmente mal, aunque tengan que pasar por el trago humillante de hacer pública su miseria, pero donde reciben esa ayuda gracias a la solidaridad de la gente y se les da la oportunidad de recuperar una vida digna... ¿De verdad eso es criticable? Alucino... Me gustaría ver todos los que están de acuerdo qué obras de caridad hacéis?
ResponderEliminarRespondiendo a su comentario, Anónimo 1:
ResponderEliminarNo se ha enterado usted de nada. Lea de nuevo el texto y analice con calma.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSolidaridad y caridad son tiritas para la justicia.
ResponderEliminar1400 € por programa que se saca la pobrecilla
ResponderEliminarRespondiendo al comentario del Anónimo 2, creo que me he enterado perfectamente y no necesito analizar más... pero si quieres hacer alguna aclaración adelante...
ResponderEliminarMe parece indignante programas como estos en la tv publica q denotan a lo q aspira esta sociedad...a la caridad televisada. Se comercializa el sufrimiento. Y la presentadora derrocha frivolidad. Lo vi una vez y no mas. A ver si baja la audiencia y lo quitan.
ResponderEliminar¿De verdad te gustaría que quitaran el programa? No entiendo como hay gente que no puede valorar esto... ya no me meto en si la presentadora gusta más o menos (a mí me encanta), si es frívola o no, si gana más o menos... pero la labor que hace el programa es loable y sobre todo la gente que aporta su ayuda... ojalá no tuvieran que existir programas como éste, pero tal cual están las cosas qué bien que existan!Que dure mucho tiempo y que se siga ayudando a tanta gente que lo necesita de verdad! No entiendo por qué la gente se empeña en buscar el lado negativo y enrevesada de algo tan bonito.
ResponderEliminarDe acuerdo total con los que defienden que la tellevisión pública debería avergonzarse de tener en su parrilla un programa como este. Bajo la careta de ayudar a quien lo necesita, lo único que pretende es aumentar su audiencia con el morbo de ver en vivo y en directo llorar a una madre que no puede atender a sus hijas deficientes. Pero, no son los responsables de mantener este programa, los que se han cargado la ley de dependencia? Vaya hipocresía. En vez de promover las ayudas sociales públicas, promueven el lacrimeo para que los partculares sensibles atiendan las necesidades que los poderes públicos deberían atender.
ResponderEliminarQue exista el programa es bochornoso, y más bochornoso me parece que haya gente que lo defienda. Las necesidades que estamos pasando son vulneraciones de la Constitución y más valdría que nos gastáramos el dinero de donaciones y producción del programa en denunciarlo en los juzgados.
ResponderEliminarCreo que tanto la persona que escribió el primer comentario como el resto que le han seguido tienen su parte de razón. Yo no sé si es mejor que haya o que no haya este tipo de programas, no lo sé. Lo que pienso que no hay que olvidar es que la caridad o la asistencia puntual son acciones loables pero que no se deben de quedar sólo en eso. A veces, este tipo de ayudas nos dejan lo "suficientemente" tranquilos/as que nos paramos ahí. Creo, que eso es lo criticable en este caso, que a veces enmascaramos la ayuda individual/puntual/ caridad para ocultar la verdadera razón que ha llevado a que esas personas sufran= LA FALTA DE JUSTICIA.Y queriendo o sin querer, este programa "nos responsabiliza" de tener/poder ayudar a estas personas, olvidando que estas personas sufren las consecuencias de un sistema injusto e ineficaz. Por otro lado también creo que como parte de una comunidad, los individuos podemos hacer mucho,y quizás es esto a lo que se refiere la persona del primer comentario. Si el sistema no funciona, habrá que poner cada uno su granito de arena, ¿no?.En todo caso, NADA nos puede parar, ni la buena voluntad, ni la caridad PARA LUCHAR POR LA JUSTICIA, y en esa lucha tenemos que estar TODAS LAS PERSONAS JUNTAS. Tanto si hay programas en la tele como éste o no.
ResponderEliminarA esta sociedad le ha gustado siempre este tipo de programas, son algo así como una droga para un tipo de gente.
ResponderEliminarA mí me da vergüenza ajena, y me indigna que con nuestros impuestos se paguen programas que ensalzan la caridad y denigran a la gente.
La presentadora tampoco ayuda ciertamente.
Una televisión pública debería dar un servicio a la sociedad. Se podría hacer perfectamente un programa diario que mostrara el trabajo de ONGs y servicios asistenciales donde se vieran trabajo y solidaridad reales. Algo sin maquillajes, en la calle, más allá del espectáculo vacío, más allá del sensacionalismo barato y evidente.
Pero claro eso no es lo que quiere ver el público objetivo de este programa, ellos quieren ver cómo esta presentadora hace caritas y tonterías a gente necesitada que va allí a exponerse.
Qué asco, de verdad.
Por cierto como dijo Eduardo Galeano:
ResponderEliminar«La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respetuo mutuo.»
Tenemos en la televisión pública un programa humillante. Así de sencillo.
La caridad se ejerce de arriba abajo, como bien cita el anterior comentarista a Galeano, esto quiere decir que uno está arriba y el otro esta abajo.
ResponderEliminarUna buena obra, sería apagar la tele levantarse del sofá y luchar por los derechos de las personas que un sistema injusto e insolidario resquebraja y pisotea.
Una buena obra sería informase, actuar, denunciar, protestar y luchar porque no sucedan este tipo de injusticias.
Televisivamente se podrían hacer muchas cosas, probablemente tendrían poca audiencia.
Respondiendo al primer comentario:
Todos los que criticamos este tipo de programas no hacemos obras de caridad porque consideramos que no es la forma de cambiar algo que no nos gusta
Obras de caridad no, pero trabajo en una ONG soy socia de otras 2 y trabajo de forma voluntaria en otra,