Los leones son animales carnívoros, por lo que su alimentación será buena si comen cordero y mala si comen verdura.
- Perdone, doctor -diría un león interpretado por Faemino en una consulta con el
veterinario Cansado- ¿qué es lo que debo comer?
- Cordero. Usted, en tanto que león y por consiguiente en tanto que
carnívoro, debe comer cordero.
- ¿Y la verdura?
- La verdura ni tocarla. Usted hínchese a comer corderitito, que está
muy rico.
Por el mismo procedimiento
podemos averiguar cuál es la alimentación adecuada de un ser humano. Más
difícil es saber qué hacer en otros ámbitos de la vida. Pero para eso está la
tele, para decírnoslo.
Esta semana la tele dice que los
humanos somos, antes que nada, seres bailarines. Anteayer, martes, Antena 3
empezó a emitir “¡A bailar!”, un espacio en el que durante varias semanas un
conjunto de seres humanos enseña a bailar, juzga cómo se baila y aprende a
bailar y baila. Esta propuesta se suma a la de La 1, que el lunes empezó a
emitir una nueva entrega de “¡Mira quién baila!”, un espacio en el que durante
varias semanas un conjunto de seres humanos enseña a bailar, juzga cómo se
baila y aprende a bailar y baila. Si esta visión de la naturaleza humana
prospera (la audiencia dirá), Telecinco se verá obligada a resucitar su “¡Más
que baile!” y Cuatro su “Fama, ¡a bailar!”, su “Fama School” o su “Fama
Revolution” (estos dos últimos son, como los anteriores, espacios en los que
durante varias semanas un conjunto de seres humanos enseña a bailar, juzga cómo
se baila y aprende a bailar y baila, pero que cuentan como principal diferencia
con la novedad que supone que su nombre no incluye interjecciones).
Si a usted esta dieta audiovisual
bailonga le produce retortijones, no se preocupe. No es que sea un humano
anormal por no ser bailarín; es que la tele, una vez más, miente. Apáguela,
compórtese como un omnívoro sensato y céntrese en el cordero con ensalada.
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