A ver, que no es cerrar por cerrar, basta con cerrarlas por las mañanas. O dejarlas cerradas hasta las doce de la mañana. Con eso bastaría. Lo importante es que no haya escuela hasta una hora sensata, una hora que permita a los niños dormir un mínimo de ocho horas después de ver en la tele “La Voz Kids” por la noche hasta la una o las dos de la mañana. Porque ir al cole está bien porque haces amigos y presumes enseñando el móvil y eso, pero cantar y triunfar es más importante. Así que si es cierto que la nueva ley educativa quiere mejorar la calidad, debería dejar sus obsesiones por la religión católica y contra la educación para la ciudadanía para centrarse en lo importante: permitir que los niños sean famosos y cumplan los sueños que la tele les mete por la cabeza cuando tienen trece, diez, seis años.
Miremos atrás. Primero tuvimos dos meses de éxito arrollador
de “La Voz Kids”. Anteanoche, por si no bastó una taza, tuvimos taza y media con
“Lo mejor de La Voz Kids”. Algo debemos aprender de todo esto. Uno: que “La
Voz” funciona mejor con niños que con adultos. Dos: que incluso una desgracia
como la muerte de una niña concursante puede, triste negocio, mejorar los
resultados disparando la audiencia. Tres: que ni la filtración de la niña
ganadora evita que la final del concurso siga arrasando. Y cuatro: que, encima,
la versión “Kids” tiene más recorrido porque vuelve a triunfar en las
reemisiones de la cadena infantil Boing o en refritos como el que anteayer usó
Telecinco para frenar la final de “Tu cara me suena”.
Los niños llevan dos meses durmiendo poco por culpa de la
escuela. Y su voz se resiente. Eso lo sabe cualquier coach. Y un coach sabe
más, mola más y dice cosas más importantes para la vida que un maestro, que ni
es famoso ni canta ni gana gran cosa. Así que cerremos las escuelas. Pero no a
lo loco, solo de forma que no interfieran en la formación y la voz de los kids.
1 comentario:
Me parece una opinión muy propia de un batracio que no sabe lo que los niños actualmente quieren a sus profesores. Un coach...nunca podrá esa a la altura de un buen profesor que comparte tantas y tantas cosas con sus alumnos. Ah!!! Me olvidaba que era una rana....pufff!!!
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