Hay que fastidiarse. Condenan a “Sálvame” y a Telecinco por intromisión ilegítima en el derecho al honor e intimidad y no lo podemos celebrar como se merece.
Aquí el error de “Sálvame” y Telecinco fue no tirar de la
cantera. Y mira que tienen cantera. Cuentan con cientos de personajes que no
siendo nada consiguieron en estos años hacerse a sí mismos labrándose un
desprestigio que los hace merecedores de un desprecio que se han ganado a
pulso. Pudiendo contar con esta clase emergente de espabilados y vividores de
la casa, ¿por qué recurrir a la vieja casta de espabilados y vividores de otros
tiempos?, ¿por qué arriesgarse a que una sentencia te obligue a darles aún más
dinero fácil a los miembros de linajes caducos que ya lo tienen todo desde la
cuna sin necesidad de haberse ganado el puesto sometiéndose al escarnio y la
humillación pública?
“Sálvame” y Telecinco deberían aprender la lección y dejar
de delinquir difundiendo conversaciones telefónicas y realizando sobre ellos
comentarios jocosos si se trata de rancios personajes de otra época. Vivimos en
una sociedad moderna y abierta en la que se puede hacer eso mismo, pero con
personajes que se merecen ese trato denigrante por su propio demérito.
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