28/2/14

SUPERA ESTO, HBO

Ni los momentos más estremecedores de “Twin Peaks”, mientras los habitantes de aquel pueblo de Washington caminan a tientas en medio de las brumas más oscuras del alma. Ni los crímenes más aterradores que jamás hayan imaginado los guionistas de todos los “C.S.I.”, de “Bones”, de “Mentes criminales”; ésos que hacen que se remuevan afilados los fantasmas del doctor Spencer Reid, los responsables de los insomnios de Brennan y Booth, los que disparan ese temblor imperceptible en el pecho que Grissom jamás reconocerá que padece. Ni esa lluvia permanente de “The killing”, que primero cala la ropa, después la conciencia, después el maletero de un coche, y por último la perplejidad y la venganza. Ni el mutismo asfixiante de la detective Sonya Cross en “The bridge”, que le redime del terror a acabar descuartizada a ambos lados de la frontera. Ni ninguno de los planos de “True detective”, con esa Louisiana pantanosa de un color que nunca ha estado en el arcoíris, y dentro de los pantanos comisarías de policía, y dentro de las comisarías de policía árboles secos, templos derrumbados, prostitutas de amoniaco, libélulas del tamaño de lunas poniendo sus larvas en las grietas de neumáticos reventados.

Nada, nada hemos visto en las series policiacas de las últimas décadas más sórdido, siniestro, desasosegante, necio, cutre, casposo, inquietante, turbio, macabro, rancio, integrista, absurdo, ridículo, insensato, tenebroso, retorcido, oscuro, aberrante, sucio y sórdido (un momento, creo que “sórdido” ya lo había dicho antes) que una trama en la que el más alto cargo de la policía de un país condecora con la Medalla de Oro del Mérito Policial con carácter honorífico a Nuestra Señora María Santísima del Amor. Y ha ocurrido en “España”, protagonizada por nuestro ministro del Interior. ¿”Twin Peaks”, “C.S.I.”, “Bones”, “Mentes criminales”, “The killing”, “The bridge”? Principiantes... ¿“True Detective”? Vaya birria. Supera en horror a Jorge Fernández Díaz si tienes güevos, HBO.

27/2/14

EL ESCARABAJO DE DARWIN


Hay personas que aún creen que “Los Simpson” son dibujos animados. Y, vale, lo son, pero también es el compendio amarillo del saber humano en dos dimensiones que habrían soñado los enciclopedistas del s. XVIII si hubieran tenido televisión en lugar de imprenta. “Una de las cosas buenas de Los Simpson, es que si has leído algunos libros, pillarás más chistes”, dijo su creador, Matt Groening. Pero se quedó corto: en sus capítulos no solo hallamos referencias y guiños introducidos adrede por sus guionistas, también hay maravillosas carambolas que hacen posible que, quien esté atento al mundo que le rodea, pille más chistes aún. Veamos un ejemplo sorprendente y hermoso.

En su viaje en el Beagle, el jovenzuelo naturalista Charlie Darwin recogió un montón de muestras alrededor del mundo. Algunas se extraviaron y se dieron por perdidas, como un escarabajo recogido en Bahía Blanca, Argentina, en 1832. El escarabajo fue redescubierto en 2008 y, cuando un entomólogo se puso a estudiarlo, comprobó que estaba sin clasificar y era oficialmente desconocido para la ciencia. Hace unos días, el pasado doce de febrero (día en el que el venerable naturalista Charles Darwin estaba celebrando su 205 cumpleaños dentro de su tumba en la abadía de Westminster), se confirmó que se trataba de una nueva especie de un nuevo género, y en su honor se le dio el nombre de Darwinilus sedarisi.

Cuando Homer quiso ser inventor (en el capítulo “El mago de Evergreen Terrace”), vivió a la sombra de Thomas Edison. Inventó una silla con dos patas traseras adicionales para evitar caídas, pero resultó que ya la había inventado antes Edison, lo que se le reconoce después de muerto. Como Homer, los biólogos, biotecnólogos o bioloquesea de hoy también tienen que vivir a la sombra de un genio, Darwin, que sigue descubriendo después de muerto. Son unos afortunados, no se me ocurre mejor sombra para guarecerse.

(Dedicado a la Asociación de Biotecnólogos de Asturias, que organiza en Oviedo los encuentros “Con ciencia, té” para divulgar la ciencia. Allí hablaremos hoy de evolución viendo el episodio “El hombre mono” de “Los Simpson”. Prepárate, Flanders)

26/2/14

ÉVOLE, EL MAGO


El lunes todos hablamos de lo que echaron por la tele el domingo. Como se hacía en los años 70. Como cuando había una sola tele y se le llamaba, con precisión metafísica, “El Ente”. Como cuando “Estudio estadio” hacía pasar por el ojo de una aguja al país porque la jornada de Liga había ocurrido ese mismo día y solo ellos tenían las imágenes de los goles y las jugadas polémicas.

El lunes hablamos de lo que echaron por la tele el domingo porque Jordi Évole nos atizó con un especial sobre el 23-F que obligó a quien quisiera participar en las conversaciones del día a decir que había visto su programa, a revelar si se lo creyó, a opinar qué le había parecido el programa, y a analizar sus implicaciones periodísticas, éticas y televisivas. El lunes incluso la tele tuvo que tratar sobre lo que había ocurrido el domingo en la tele.

Hace unos días antes, nos enteramos de que un señor llevaba años engañándonos como senador en el Senado, y como contertulio impartiendo lecciones de moralidad e integridad política en diferentes tertulias televisivas. Pues no pasó nada comparado con la que se lió cuando Évole nos guiñó un ojo y reveló que nos había engañado durante 40 minutos. ¿Es peor el mago que nos avisa del engaño o el timador que asegura “tener poderes”?

Quien se sienta decepcionado porque tenía a Évole en un altar, que lo baje: estar en un altar es peligroso para el que sube arriba y para quien queda abajo. Quien valore que Évole nos recordó que todo puede ser mentira, que recuerde que esa labor la realizan cada día gran cantidad de famosos, periodistas incluidos, que sin ponerse colorados dicen a cambio de dinero lo que les manden; por ejemplo, que un yogur “mejora tus defensas”. Por nuestra parte, reconozcámosle a Évole un mérito inmenso: el lunes todos hablamos de lo que echaron por la tele el domingo… ¡y no tenía nada que ver con Belén Esteban ni era nada ocurrido en un plató de Telecinco!

25/2/14

EL REY EN "CUARTO MILENIO"


Hay que avisar a Íker Jiménez como sea. Hay que decirle que el último “Salvados” fue una broma, que Jordi Évole estaba de cachondeo, que el especial sobre el golpe de Estado del 23-F fue una coña repleta de guiños cómplices con el espectador para darle una vuelta más a un asunto que no debemos olvidar, pero sobre el que no parece que haya mucho más que decir mientras no se desclasifique la información clasificada. Évole jugaba, no quería buscarse la ruina sembrando sospechas sobre la participación del rey en el golpe (si hubiera sido así, habría llamado como guionistas al grupo “Ardor de estómago”, juzgado hace un par de años por injurias al rey (“¿Quién era el Elefante Blanco?, ¿quién se llevaba bien con Franco? ¿Quién hizo levantarse a Tejero y Armada, dejándolos en la estacada? ¿Quién salió luego por televisión como líder de la Transición? ¿A quién le cubren las espaldas con los secretos de Estado?...”).

Alguien debería explicarle a Fríker que el “Salvados” del domingo fue un falso documental. Habría que exponérselo despacio, con frases cortas y sin aspavientos, no vaya a ser que el líder de la secta del misterio pensara que una conspiración mundial de vampiros templarios extraterrestres quiere engañarle. Con paciencia se le podría hacer entender que el falso documental es un género televisivo ya consolidado, algo tan conocido como lo puede ser el falso rigor periodístico y la falsa investigación científica de fenómenos paranormales que él practica.

Hace unos años, el artista Joan Fontcuberta se inventó la historia de un cosmonauta ruso, Ivan Istochnikov, que no era más que él mismo disfrazado. Como Fontcuberta no avisó personalmente a Fríker de la broma, el pobre se lo creyó y lo contó en “Cuarto milenio” como su último gran descubrimiento. Tampoco Évole le avisó ahora. Y si nadie le da el recado, ay, corremos el riesgo de un “Cuarto milenio” de estos emita en exclusiva el vídeo secreto que demuestra que el rey organizó el 23-F.

24/2/14

DOS SERIES EN CAPUA

Dicen que “Velvet” (Antena 3) venció a “B&b” (Telecinco), pero hablamos de vencedores y vencidos porque las cadenas televisivas, en su infinita y estúpida lógica empresarial, están más pendientes de joder al vecino que de favorecerse a sí mismas. El emperador y filósofo Marco Aurelio dijo que es propio del hombre amar a quien le hiere, así que Pablo (Gonzalo de Castro) y Candela (Belén Rueda) tienen que amar a Ana (Paula Echevarría) y Alberto (Miguel Ángel Silvestre) aunque les hieran y roben gran parte de la audiencia, del mismo modo que los futbolistas del Manchester City tienen que amar a los futbolistas del Barça aunque les hieran en el Etihad Stadium. Los hombres pecan por ignorancia, decía también Marco Aurelio siguiendo a Sócrates, y, como los programadores son hombres, su pecado al enfrentar dos series dignas de ser vistas es producto de su ignorancia. La muerte nos amenaza a todos. Puede que “Velvet” destruya a “B&b”, y puede que “B&b” resista estoicamente los golpes de un destino cruel que unió en la noche de los lunes lo que perfectamente podría haber separado sin apenas sufrimiento. Pero, al final, todos morimos. ¿Es que no hemos aprendido nada de “The Walking Dead”?

Me gusta “Velvet” porque me gusta que mi madre me explique por teléfono cuánto sufre y se emociona con “Velvet”. Y no me disgusta “B&b” porque me gusta esa imposible mezcla de topicazos, ficción periodística, amores revueltos, intriga y buenrollismo. No me disgusta “Velvet” porque sale Aitana Sánchez Gijón interpretando a una estricta gobernanta de la alta costura. Y me gusta “B&b” porque Gonzalo dice que César (Carlos Iglesias) es “el Valle-Inclán de la prensa deportiva”. Me gusta “Velvet” porque, de vez en cuando, conviene sumergirse en tramas muy alejadas de los capítulos de “Black Mirror”. Y no me disgusta “B&b” porque, de vez en cuando, hay que descansar de los bocados de realidad que nos ofrece “House of Cards”. Me gusta “Velvet” y me gusta “B&b” por el mismo motivo por el que me gustan Espartaco y Draba en “Espartaco”, dos hombres obligados por sus amos a enfrentarse a muerte en una escuela de gladiadores de Capua y que se aman hasta la muerte aunque tengan que herirse. No quiero ser como Craso, así que no me quedaré sentado a ver quién mata a quién. Ya sé que todos morimos. Pero nadie debería morir un lunes por la noche a manos de un enemigo íntimo.

23/2/14

PREGUNTAS SOBRE "EL INMIGRANTE"


¿Cómo se sintió Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, viendo ayer en “La noche temática” de La 2 la emisión del mediometraje de Charles Chaplin “El inmigrante”, programado con motivo del centenario de la primera aparición en pantalla del actor inglés? ¿Se rio relajadamente con la escena en la que el vagabundo le pega una patada en el culo al agente de inmigración o la belleza simultánea de Edna Purviance le distrajo de cualquier elemento cómico que estuviera ocurriendo? ¿Cómo se lo tomó Leopoldo González Echenique, presidente de Radio Televisión Española? ¿Se revolvió inquieto en el sillón y a punto estuvo de llamar a Ignacio Corrales durante las secuencias en donde se ven los montones de inmigrantes hacinados en el barco, acorralados con una cuerda para controlar su entrada a los Estados Unidos? Y, sobre todo, ¿el hecho de haber escogido “El inmigrante” entre todas las comedias de dos rollos que Chaplin rodó para la Mutual guarda algún mensaje oculto que alguien responsable de “La noche temática” nos ha querido enviar?

¿Cómo hubiera rodado Charles Chaplin esta película si en vez de encontrarse en la Norteamérica de 1917 se hubiera encontrado en la España de 2014? ¿Habría filmado una secuencia humorística alrededor de las cuchillas de las concertinas que PSOE y PP instalaron en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla, jugando a quedar atrapado en ellas de la manera más patosa posible? ¿Habría rodado otra escena en la que intentase llegar nadando hasta las playas de Ceuta mientras las fuerzas del orden disparan al aire bolas de goma que el vagabundo esquivaría con su habitual elegancia de bailarín? ¿Y se las ingeniaría cuando llegase a la arena para empezar a repartir patadas en el culo a todos los agentes allí presentes como hace en el mediometraje original? Y, sobre todo, ¿alguna vez pudo haber imaginado Charles Chaplin que aquella comedia deliciosa que rodó a los 28 años tendría una lectura terrible cien años después en un país lejano de otro continente emitida a través de una especie de proyector de cine que existiría en cada casa?

22/2/14

VÉSPERA


“Domingo” proviene de “dies dominicus”, “día del Señor”, en referencia al dios de los cristianos. Hay que cambiar ese nombre obsoleto. Desde hace un tiempo el día final de la semana ya tiene poco que ver con Jesucristo y mucho más que ver con “True detective”. “True detective” se emite en los Estados Unidos el día siguiente al sábado. Antes ese día se llamaba “domingo”. Ahora propongo que los calendarios cambien y comiencen a llamarlo con un neologismo que signifique “día de True Detective” -en español, en inglés, ¿alguien sabe cómo se diría en latín?-.

E igual que el domingo clásico era el hito que ordenaba los otros seis días de la septimana, el día en el que se emite la serie de la HBO en los EE. UU. ha de convertirse en el eje y la referencia para todos los demás. El lunes ha de pasar a llamarse algo que signifique “día que ya se puede ver True Detective subtitulado en Canal+ Series”. El martes debería renombrarse con algo alusivo a “día en el que uno está hecho polvo por no haber podido dormir debido a haber visto True Detective en Canal+ Series y no para de hablar sobre él”. “Miércoles” está emparentado con “mercurio”; este nombre podría conservarse dado que “True Detective” es mercurio convertido en serie de televisión. El nuevo nombre del jueves debería significar “carajo, cuánto queda para el próximo capítulo de True Detective”. “Viernes” viene de “Venus”, y la diosa del amor ha abandonado hace ya mucho a Martin Hart y a Rush Cohle; exprópiese ese nombre y cámbiese por otro que signifique “ya sólo quedan dos días para el nuevo episodio de True Detective”. “Sábado” queda oficialmente sustituido por “véspera”, “víspera” en latín.

Y hoy es véspera. Ya sólo queda un día para la emisión del nuevo capítulo en Norteamérica y dos para su estreno en España. Enfocamos los tres episodios finales de la serie descubriendo que existen colores más oscuros que el negro. Dentro de tres semanas los vésperas volveran a llamarse “sábados”.

21/2/14

LOS HIJOS DE BELÉN


Estaría bien que, por un día, Telecinco intercambiara la porquería que emite por la tarde por la que emite de madrugada. Anteayer, por ejemplo. Imagínense: a las tantas, la jauría humana de “Sálvame” pasa por un aro de fuego; y, por la tarde, en horario infantil, “Los ojos de Belén”, un espacio en el que hace de reportera una señora semianalfabeta que donó en vida su cuerpo al lado oscuro de la ciencia médica para la experimentación quirúrgica y toxicológica a calzón quitado.

Seguramente no ganarían audiencia, pero tampoco la perderían: sus incondicionales hozan en la telebasura sin reparar en horarios. Pero se produciría un efecto curioso: al llegar del cole, los niños no encontrarían a sus padres viendo el universo incomprensible y hostil de “Sálvame”, sino a Belén Esteban haciendo el ridículo en una lamentable “investigación” sobre fenómenos paranormales.

Los seguidores de “La pringosa del pueblo” no se darán cuenta porque están habituados al producto, pero sus hijos podrían echar un ojo al llegan del cole y señalar lo mal que lo pasaría en segundo de ESO una señora que para manifestar su nerviosismo dice “Me late el corazón” (claro, como a todos), hace frases sin verbo (“¡Qué frío aquí!”), no apea el laísmo (“Hay algo que no la gusta”), balbucea “¿Qué significa ‘antromorfas’?” cuando le dicen que verán unas tumbas antropomorfas, escucha boquiabierta (literalmente) las tontorronas historias paranormales que le cuentan por muy ridículas que sean (“Cuando Íker Jiménez vio esta foto dijo ‘No tiene explicación, pero está ahí’ ”. ¡Menudo “experto” el Fríker!), estropea el clima de misterio paranormal propio de estos timos diciendo “¿Estás ahí, Araceli?” como si no tuviera cobertura en el móvil, y lo remata manifestando su miedo con toda la cutrez de quien  no sabe hablar de otra manera (“Yo me cago, tía”).

El único riesgo que se correría con este cambio es que los hijos, en vez de denunciar la impostura de “Los ojos de Belén”, dijeran: “Mamá, qué rollo estudiar, quiero currar en lo mismo que esa tía”.

20/2/14

¡SIEMPRE CON LAS VÍCTIMAS!


Encender la tele y criticar la monarquía es fácil incluso con los ojos cerrados. Basta con poner un informativo: hay que ver lo que hay que oír. Rebosa si pones el cada vez más vergonzoso “Audiencia abierta” (mañana de los sábados en La 1), un espacio a medio camino entre el descarado publirreportaje institucional y la grosera propaganda oficial. Pero deberíamos ser más honrados, ampliar el foco y reconocer los méritos de la Familia Real cuando alguno de sus miembros traspasa la barrera de lo previsible y se moja en asuntos de gran actualidad y hondo calado social. Como hizo el otro día el príncipe Felipe. Nadie le hizo caso ni reconoció su valor. Seamos valientes y hagámoslo aquí.

El príncipe mostró su apoyo a las víctimas de los desahucios, de las cuchillas de las vallas de Melilla, de las pelotas de goma en el mar de Ceuta, de la criminalización de la inmigración y la pobreza, de la venta de preferentes a ahorradores engañados, del paro, de la reforma laboral, del cierre y deslocalización de empresas que no se conforman con ganar mucho dinero y marchan para ganar muchísimo dinero, de la subida constante y abusiva del precio de la electricidad, de una flexibilidad laboral en la que siempre toca al empleado ser el flexible, de una moderación salarial en la que solo se modera el salario del trabajador. ¡Y es solo el principio!

Sorprende más que esta declaración pasara desapercibida sabiendo que el  príncipe la hizo para Intereconomía:

- “Ahora que es ambiguo el apoyo de las instituciones con las víctimas, querría un ‘siempre con las víctimas’ ”.
- “El problema es que, como no hacemos ningún aparte con los medios, hay que equilibrar…”.
- “Ah; es que, como era fácil el ‘siempre con las víctimas’… ¡siempre con las víctimas!”
- “Sí, eso es por descontado. Siempre lo estamos”.

Olé por Felipe. Y no me digáis ahora que hablaban solo de víctimas del terrorismo. Habría que ser muy retorcido para suponer que, en español, “víctimas” y “víctimas del terrorismo” son sinónimos.

19/2/14

NOS VEMOS EN JARTUM

Eugenio Trías cuenta en “De cine”, uno de sus deslumbrantes ensayos sobre el séptimo arte, que Orson Welles reprochaba al director italiano Michelangelo Antonioni que recorriese con la cámara todo el largo periplo que conduce a un viandante, a través de una acera, desde el punto A al punto B, en un inútil consumo de tiempo. Según Welles, no había necesidad de cansar al espectador con ese previsible desarrollo. ¿Qué cosas podrían suceder en ese trayecto del punto A al punto B? A mí, la verdad, se me ocurren unas cuantas, desde que el peatón se caiga en un pozo por caminar distraído mirando las estrellas, como le sucedió a Tales de Mileto, a tropezarse de repente con el amor de su vida, como les sucedió a los protagonistas de “Un día en Nueva York”. En todo caso, el reproche de Orson Welles puede entenderse en una película de Antonioni, pero no en una serie documental como “El Nilo de Joanna Lumley” (La 2).

¿Por qué mostrar al espectador el largo periplo que conduce desde la desembocadura del Nilo en el mar Mediterráneo al nacimiento del río en Ruanda? Porque eso es, precisamente, el Nilo. De Egipto a Ruanda, de las pirámides de la llanura de Guiza al remoto nacimiento del Nilo descubierto por Cam McLeay en 2006, pasan muchas cosas, mucha historia, muchos países, muchas culturas y muchas ciudades con nombres que evocan otros mundos. Entiendo la fascinación por el punto A (la imponente presencia de la pirámide de Keops, el aroma inigualable de Alejandría) y la magia del punto B (el recuerdo de todos los exploradores y aventureros que durante siglos buscaron, y a veces creyeron encontrar, las fuentes del Nilo), pero nada puede igualar la fascinación y la magia de esa inmensa acera que es el río Nilo a través de Egipto, Sudán, Etiopía, Uganda y Ruanda. Joanna Lumley, siempre impecable, bella y fresca, viaja por la acera del Nilo en barco, en ferry, en avión, en mula, en camello, en coche, en lancha y a pie. Viajar por el Nilo no es ir de A a B, del mismo modo que el viaje de Ulises fue mucho más que navegar de Troya a Ítaca. ¿Le apetece convertirse en un peatón que, como Joanna, viaja por la acera del Nilo? No haga caso a Orson Welles. Nos vemos en Jartum.

18/2/14

PLANETA COSMOS



Sí hay un terreno común para todos los seres humanos. Sí existe un proyecto intelectual prodigioso, formidable, el mayor que nunca jamás haya existido, y todos estamos llamados por igual a él. Se llama “ciencia” y nació del contacto de personas muy diversas fascinadas por la naturaleza en las orillas del mar Mediterráneo. El cosmos que lleva miles de años construyendo el conocimiento humano no tiene posible comparación con ningún otro logro de la humanidad; es la mayor aventura imaginable de la inteligencia; el proyecto más genuinamente colectivo que quepa imaginar para nuestra especie. Cada mínimo avance se ha levantado sobre miles de pequeños avances previos a lo largo de siglos, y sobre él se levantarán miles de pequeños avances posteriores durante mucho tiempo. Seguramente no bastará la ciencia para que algún día todos los seres humanos podamos vivir unidos, pero, sin la menor duda, no habrá solución para los grandes males de nuestro mundo en la que la ciencia no desempeñe un papel insustituible. Las matemáticas son el logro más noble, bello y bondadoso del espíritu humano; y ante tal apogeo del raciocinio todos somos iguales. Todos quedamos unidos a lo largo del planeta.

Por eso era obligatorio que “Cosmos” se estrenase como va a hacerlo. El 10 de marzo a las 11 de la noche. Simultáneamente en todo el mundo. En 180 países y traducido a 48 idiomas diferentes -sólo una lengua común a todo ser humano igualaría en bondad a las matemáticas-. A través de todos los canales de FOX y de National Geographic. Si la ciencia es un proyecto planetario que atañe a toda la humanidad, la nueva edición de la mejor serie documental sobre ciencia que jamás existió debe igualmente estrenarse a la vez en un número suficiente de millones de hogares del mundo, para que cuando veamos a Neil deGrasse Tyson explicarnos el funcionamiento de la materia y la naturaleza tengamos todos la sensación de estar presenciando un fenómeno planetario. A Carl Sagan le hubiera encantado.

17/2/14

ACONSEJO BEBER HILO

Como no lo había conocido en vida, Gloria Fuertes aprovechó la ocasión que le ofreció La 2 para poder charlar un rato con Antonio Machado. No era una de sus principales influencias, pero de una forma u otra Machado era un referente para todos los poetas españoles de la segunda mitad del siglo. Sabía que coincidencias como ésta ocurrían pocas veces durante esa vida rara del recuerdo que le sucede a algunas personas durante unos años después de la muerte biológica. La televisión pública ofrecía en la misma semana dos bellísimos programas sobre poesía: uno dedicado a Machado con motivo del 75 aniversario de sus tristísimos días finales en Colliure -“Yo voy soñando caminos”, en “Crónicas”-; el otro dedicado a ella misma. Juan Carlos Ortega se había encaprichado de su “Nota autobiográfica” y le dedicaba una de sus “mitades invisibles”. Seguro que si se espabilaba conseguiría encontrarse con don Antonio y tomar un café con él hablando sobre poesía.

Justo antes de “La mitad invisible”, Fuertes vio al fondo del pasillo de la programación a Machado que marchaba; dejó a Ortega con la palabra en la boca y caminó hacia el poeta sevillano con pasos decididos y largos, agarrando con fuerza un ejemplar de sus “Obras incompletas” y otro de “Mujer de verso en pecho”. “Don Antonio, qué placer. Perdone que le moleste, soy una poeta que escribió versos treinta años después de su muerte. Para mí significaría mucho poder entregarle esta muestra de mi obra”. Machado se sintió inicialmente intimidado por el ímpetu de esa extraña mujer. La observó y comenzó a relajarse cuando advirtió que ambos llevaban unas corbatas parecidas. “No, por favor. El gusto es mío”, y tomó los dos volúmenes en sus manos. Temblaba. Olía a tabaco. Ortega la llamó desde el comienzo del pasillo. “He de irme”, dijo Gloria. Quiso abrazar a don Antonio pero la timidez del poeta la cohibió también a ella. Se miraron a los ojos y no entendieron nada el uno del otro. Quizá los dos fueran escritores, pero también eran unos completos desconocidos. Durante un segundo se amaron con un cariño militante, resbaladizo y sepia.

16/2/14

HURACÁN SANVALENTÍN


Cada vez más, la tele sufre los embates del huracán Sanvalentín. Los horteras nubarrones rosas, el molesto vendaval de tópicos ñoños y los chaparrones de un amor romántico y tramposo que te destempla y te cala hasta los huesos inundan series, informativos y documentales. Podremos quejarnos de una tele así porque nos parezca algo extraño y ajeno, pero sería un error.

Con la vida y el paisaje dominados por palacios y castillos, por iglesias y catedrales, cuando la tele llegó se adaptó al calendario religioso y a las fiestas patrias. Las imágenes televisivas no son diferentes a las de las monedas, los capiteles o los lienzos; así que nuestra tele creció celebrando la Navidad y la Semana Santa, el Día de la Hispanidad y el Día de san José Obrero. Hoy los centros comerciales y las grandes superficies son más visitados que las iglesias, ejercen un mayor control sobre las imágenes que consumimos y crean su propia iconografía televisiva. Si vamos aceptando que, cada vez más, nuestro ocio y nuestra vida gire en torno a esos nuevos templos, no deberíamos escandalizarnos de que la tele haga lo mismo.

Con el huracán Sanvalentín, los centros comerciales nos dicen cómo deben relacionarse las parejas igual que nos dicen con el tornado Navidad cómo deben relacionarse las familias. En ambos casos consiste en ir de compras y hacer regalos de cosas que no se necesitan pero sin las cuales la vida sería desdichada. La publicidad de esas fechas lo repite machaconamente y nadie se echa las manos a la cabeza. Las series también nos muestran esta nueva realidad y nos someten a ella, pero con más eficacia que los anuncios. No hay series ambientadas en la Misa de Gallo, en las procesiones de Semana Santa ni el Día de la Hispanidad por el mismo motivo por el que en la tele no hay anuncios especiales para esas fechas: pertenecen a un calendario caduco y aún no han pasado a formar parte del nuevo santoral bendecido por ningún centro comercial.

15/2/14

EL OBJETIVO OSMIN


Lo malo de “El método Osmin” (noche de los viernes en Cuatro) es que el método que aplica Osmin es malo, pero no es lo peor. Con esfuerzo, trabajo y dedicación, ese ser vivo ha experimentado sobre sí mismo en un largo proceso de ensayo y error que le ha permitido ir acumulando laboriosamente un enorme montón de conductas contraproducentes, tareas molestas y hábitos nocivos capaces de evitar que un ser humano lleve una vida plena y digna de ser vivida. El espíritu engreído y fanfarrón de Osmin le impiden atesorar semejante cantidad de porquería para sí solo, por lo que ha decidido compartirlo con todos aquellos mentecatos que se ponen en sus manos y con todos aquellos incautos que quieren asistir al espectáculo viéndolo por la tele.

Pero, ya lo decía al principio, el método que aplica Osmin no es lo peor. Al método alude el título del programa para que nos quedemos en lo malo y no nos demos cuenta de que detrás hay algo peor que hacer el estúpido por la calle, que soportar humillaciones, que seguir dietas insanas, que mantener abstinencia sexual y que mandar la dignidad personal a freír churros durante treinta días. Lo realmente espeluznante de “El método Osmin” es el objetivo que persigue, el fin que busca, la meta que pretende: ser como es él.

Y, ay qué miedo, todo parece indicar que el método que en el pasado siguió Osmin para ser el actual Osmin de “El método Osmin”, es el método que ahora aplica Osmin en “El método Osmin” a personas que en el futuro serán como el Osmin de “El método Osmin”. Un auténtico desastre porque sin duda el procedimiento funciona: ahí lo tenemos a él de prueba. Pues vayámonos preparando para la segunda parte del programa: “El resultado Osmin”. Osmin volverá y será millones. Que Dios nos coja confesados.

14/2/14

QUÍMICA


Programas como “Alaska y Coronas” dependen fundamentalmente de las propiedades atómicas de sus presentadores. Poco más se puede hacer. Son estas propiedades esenciales las que determinarán si un elemento químico entrará en reacción o no con otro y dará lugar a un compuesto que supere a los componentes de partida. Se trata de aspectos como el número de electrones que posean en sus capas más exteriores, su densidad, el efecto fotoeléctrico que posean ante radiaciones de baja energía. Hay elementos químicos altamente reactivos, que son prácticamente imposibles de localizar aislados y siempre están formando parte de compuestos, como los metales alcalinos y alcalinotérreos -el litio, el potasio, el magnesio, el calcio-. Y hay elementos químicos inertes, cuyo potencial de reacción ante otros elementos es casi nulo; ocurre con los gases nobles, pero también con otros elementos como el nitrógeno o el platino.

Joaquín Reyes y Mara Torres son gases nobles. Javier Coronas y Alaska son metales alcalinos. No hay nada bueno ni malo en ser una cosa o la otra. Nadie es mejor ni peor por la densidad de electrones que posea en sus capas exteriores. No hay que marginar a las personas por sus propiedades subatómicas. Pero las diferentes reactividades de unos y otros hacen que en el caso del programa “Reyes y Torres” de la temporada pasada nunca viéramos saltar chispas entre los dos presentadores, mientras que desde el primer minuto del programa de estreno de “Alaska y Coronas” se produjeran unas fuertes reacciones químicas exotérmicas entre la cantante pop y el humorista rock, cuyo calor desprendido llegó claramente hasta nuestros televisores.

Javier Coronas es el sodio, Alaska es el cloro, y el programa resultante es inequívocamente salado. ¿Y Darío Adanti? ¿Qué papel desempeña el misterioso dibujante Darío Adanti en este laboratorio de química con los extraordinarios retratos que realiza de los invitados? Ah, Darío Adanti es un catalizador, pero ese concepto químico lo explicaremos en otra columna.

13/2/14

CASUALIDAD Y CAUSALIDAD


La pasada semana el Canal 24h de RTVE fue noticia por dos motivos diferentes: por haber registrado los datos de audiencia más bajos de su historia y por haber presentado la evolución del voto del PP y del PSOE con un gráfico erróneo en donde aparecía exagerada la distancia entre ambos partidos a favor del PP y el descenso en expectativa de votos del PSOE se mostraba más acentuado de lo que realmente es. Sabemos gracias a la estadística que la coocurrencia de dos sucesos abre un abanico de posibilidades: quizá el primero causó el segundo; quizá el segundo causó el primero; quizá hay un tercero que causó simultáneamente el primero y el segundo.

A lo mejor el descenso de audiencia del Canal 24h es la causa del gráfico torticero sobre el PP y el PSOE. Pudiera ser que los trabajadores de la cadena pública de noticias se encuentren desanimados por la bajada de espectadores, y el hecho de ser menos vistos que el Canal Metalurgia les haga perder la motivación, circunstancia por la que aumentan los errores laborales.

A lo mejor fue el gráfico erróneo el responsable del histórico descenso de espectadores del Canal 24h. Pudiera ser que los seguidores de la cadena se hayan empezado a cansar de los fallos de infografía de sus informativos, en donde una expectativa de voto del 32,1% se representa con una altura tres veces mayor que una expectativa del 26,6%, y le den al botonín del mando a distancia para ponerse a ver Video Hits Trash Metal Channel.

A lo mejor hay una tercera variable que causa independientemente la reducción de audiencia y los errores en los gráficos. Como mera especulación, se podría pensar en dirigentes incompetentes, bajada intencionada de la calidad informativa para ir laminando la televisión pública o injerencia de directrices políticas en la actividad de los profesionales del periodismo.

Y, por último, cabe la posibilidad de que ambos sucesos no guarden ninguna relación causal y su coocurrencia haya sido casual.

12/2/14

ESTE ARTÍCULO NO CONTIENE SPOILERS


La madre de Norman de “Psicosis” no es la madre de Norman, sino Norman con peluca. Al final de “El planeta de los simios”, el astronauta Taylor se encuentra con los restos de la estatua de la Libertad, así que el planeta de los simios es, en realidad, el planeta Tierra. Rick e Ilsa no terminan juntos en “Casablanca”, pero no pasa nada porque eso significa el comienzo de una hermosa amistad entre Rick y el capitán Renault. Rhett Butler pasa de Scarlata O´Hara. Máximo Décimo Meridio muere después de matar al emperador Cómodo. La última frase de “Con faldas y a lo loco” es: “Nadie es perfecto”. No, el bicho de “Alien” no ha muerto, así que la teniente Ripley las va a pasar canutas en “Aliens”. El replicante Roy Batty salva la vida de Deckard y, después, muere sabiendo que todas las cosas que ha visto se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. “¡Qué bello es vivir!” termina bien, tranqui. Pero “Love Story” termina mal y, además, no es verdad que amar signifique no tener que decir nunca “lo siento”. Dorothy consigue volver a casa después de su viaje al país de Oz. Henry Fonda, el jurado número ocho en “Doce hombres sin piedad”, consigue convencer a todos los demás miembros del jurado de que el acusado no es culpable. El soldado Ryan se salva, pero el capitán John Miller (es decir, Tom Hanks) muere. Bruce Willis está muerto en “El sexto sentido”. La última palabra que pronuncia Charles Foster Kane antes de morir en “Ciudadano Kane” (“Rosebud”) es el nombre del trineo que Kane tuvo cuando era un niño. Aquiles muere. Leónidas, también. Y Espartaco. Y Cleopatra. Pero Judá Ben-Hur, no. Darth Vader es el padre de Luke Skywalker. La hermosa, fría y ambiciosa Phyllis Dietrichson de “Perdición” reconoce que está podrida hasta el alma, pero no es capaz de rematar a Walter Neff después de haberle disparado. En “Apocalypse Now”, el capitán Willard mata al general Kurtz.

Este artículo está dedicado al miserable que destripó el final del tercer capítulo de la tercera temporada de “Sherlock” mientras hablaba por teléfono. Quise decirle que hay cosas que no conviene decir en voz alta cuando viajas en autobús y tu compañero de asiento no puede escapar corriendo. Pero la venganza es un plato que se sirve frío. Algún día, joven desconocido, me odiarás por lo que estoy haciendo.

11/2/14

EL BREVE ESPACIO EN QUE NO ESTUVO WERT

Fue todo un truco para que nada hiciera sombra a la ausencia de Wert. Un truco para que durante unos cuantos días la gala de entrega de los Goya tan sólo fuera recordada por la ausencia del ministro. Éste fue el verdadero motivo por el que el espectáculo que contemplamos la noche del domingo fuera tan plomizamente soporífero, tan soporíferamente plomizo. No fue que los responsables de la gala fueran incapaces de inyectar un poquito de interés a la entrega de los premios, no. Fue que no quisieron. ¿Cierra el ministro una reunión en Londres para consumar la primera ausencia en veintiocho años del máximo responsable gubernamental del cine español a la ceremonia de entrega de los premios de la Academia del Cine español? Pues también por un problema de agenda no podrán acudir el ingenio, la diversión ni el talento.

Insisto: fue premeditado. Si el monólogo inicial de Manel Fuentes hubiera tenido un, sólo uno, chiste bueno, quizá ahora estaríamos hablando de él y no de Wert. Si el número musical no nos hubiera obligado a apartar abochornados la mirada de la pantalla, a lo mejor nos hubiéramos olvidado de la política durante tres minutos. Si no hubiéramos visto ya cien veces a los presentadores protagonizar montajes en donde se infiltran dentro de las películas candidatas, entonces quizá no habríamos estado tuiteando sobre el iva (con “v”) cultural cuando Fuentes le metía fichita a Maribel Verdú o iba (con “b”) en el coche de Javier Cámara (¡qué grande Trueba!).

La fenomenología nos recuerda que la ausencia no es lo contrario de la presencia, sino una de sus variantes. La presencia de la ausencia de Wert fue más clamorosa de lo que hubiera sido la presencia de su presencia. No estar puede ser una forma intensísima de estar. El hueco que dejó Wert en la gala dibujó tan nítidamente su desagradable jeta que experiencialmente su fructífera ausencia no se distinguió de su malograda presencia. Y por si la fenomenología no fuera suficiente, los perpetradores de la gala de los Goya se aseguraron de que nada sobresaliera por encima del breve espacio en que no estuvo Wert.

10/2/14

TVE TRAICIONA A LA INFANTA

TVE dejó plantada a la infanta Cristina. Lo vimos todos. Un día tan importante para ella y la dejó abandonada como si fuera una vulgar presunta delincuente arrojada a los pies del juez. Si la primera vez que un imputado acude puro y virginal al juzgado es importante para cualquiera, con más motivo lo es para una infanta, que por ser quien es vive este acontecimiento con un plus de intensidad y emoción.

Antes había más respeto. Antes TVE era leal a su nombre y era eso: española. Y no fue hace tanto. ¿No trató TVE a la infanta como se merece cuando se casó? ¿No realizó un amplio despliegue, sin escatimar recursos técnicos y humanos, para que todos los vasallos de su padre (y suyos si por una desgracia, Dios no lo quiera, seis personas nos dejaran) pudiéramos seguir por la tele cómo transcurrió el día en el que acudió pura y virginal a la Iglesia a decir “Sí, quiero”? ¿Por qué ahora se produce este injusto cambio  de criterio? ¿Ha caído TVE en manos de traidores, de profesionales incapaces de hacer un trabajo mínimamente responsable y digno?

Como en las bodas y otros grandes acontecimientos reales, TVE debería haber colocado una unidad móvil en cada lugar estratégico de Palma de Mallorca para mostrar los detalles del camino al juzgado, con los súbditos aclamando con pancartas a su paso. Dentro del juzgado debería haber varias cámaras y una buena toma de sonido, que más difícil es trabajar dentro de una catedral, y por España se hace lo que sea. Esta señal institucional impecable debería servirse a las demás cadenas para que pudieran comentarlas contando con especialistas en el plató que analizaran cómo era el vestido, si iba radiante, y si el débito matrimonial y el “Cásate y sé sumisa” obliga a obedecer al marido en todo, todo, firma incluida. ¿Y qué hizo anteayer TVE en lugar de cumplir su deber? Emitir “Una novata en un cuento de hadas”. Una falta de profesionalidad y, encima, con recochineo.

9/2/14

ENHORABUENA A LOS ELIMINADOS


Lo siento, chicos, no se puede ganar siempre. Lo comprobamos el pasado jueves durante el estreno de “La Voz Kids”, la versión infantojuvenil de “La Voz”. Algunos de los jóvenes que acudieron llenos de ilusión a la primera audición a ciegas del concurso tuvieron la gran fortuna de no gustar lo suficiente a ninguno de los tres coaches y fueron eliminados del espacio. Pero no todos salieron tan bien parados del programa: un buen grupo de los niños y adolescentes que cantaron para Bisbal, Rosario y Malú tuvieron la desgracia de gustar al jurado y ser elegidos para continuar en el programa. A veces se gana; a veces se pierde.

Y, de verdad, los chicos que terminaron su paso por “La voz” en el primer programa no saben de la que se han librado; y los chicos que seguirán durante varias semanas protagonizando el prime time de los jueves no saben en la que se han metido. Estamos hablando de llenar la cabeza de los niños de pájaros ridículos a unas edades en las que se carece por completo de distancia y de solidez como para resistir mínimamente ser embaucado de una forma tan atractiva y sórdida. Estamos hablando de transmitir a los niños unos valores abiertamente estúpidos, de hacerles creer que son las estrellas televisivas que no son, los adultos que no son, los talentos musicales que no son, de meterlos de golpe en un mundo marciano completamente desaconsejable para su desarrollo y abruptamente separado del mundo en el que vive el resto de sus compañeros de clase. Estamos hablando de que tres cantantes famosos digan cada 1,7 segundos a niños de 8, 10 o 12 años que son guapos, especiales, campeones e increíblemente geniales.

Así que enhorabuena, chicos eliminados. Y un abrazo y todo mi apoyo para vosotros, desafortunados chicos seleccionados; quizá no entendáis bien lo que hoy he escrito para vosotros en esta columna: que os lo expliquen vuestros padres, ésos que gritaban y saltaban de alegría el otro día cuando Malú, Rosario o Bisbal pulsaban el botón rojo.

8/2/14

"LA DECLARACIÓN"


Qué paseíllo ni paseíllo. Qué juzgados de Mallorca ni juzgados de Mallorca. Si queremos renovar las anquilosadas estructuras de la Jefatura del Estado y del funcionamiento de la Justicia en nuestro país hace falta realizar la declaración judicial que hoy ofrecerá la infanta Cristina dentro del formato más potente que ha creado la cultura occidental en las últimas décadas: el talent show... no, el reality show... no, bueno... la mezcla del talent y el reality show.

“La declaración”. Imágenes de Cristina de Borbón caminando por los alrededores del plató televisivo con aire pensativo. Voz en off con musiquita romántica de fondo: “Desde hace mucho tiempo sólo soy una mujer que tiene un sueño: quedar libre de cualquier imputación relativa al blanqueo de capitales de las sociedades de las que soy propietaria. He venido a este programa llena de ilusión, quizá sea mi ocasión para cumplir mi sueño”. Imágenes del decorado de “La declaración”. El juez Castro y otros dos miembros de la Fiscalía Anticorrupción están sentados en tres sillones de espaldas al escenario; cada uno tiene un botón en la mano que podrá apretar en caso de que le convenzan las respuestas que vaya dando la infanta a las preguntas que le irán formulando, haciendo que el sillón se gire. Entra Cristina y comienza el interrogatorio. “¿estaba usted al tanto de la trama de fraude de fondos públicos que utilizaba como vehículo el Instituto Noos y la sociedad Aizoon?”. En una sala aparte Jesús Vázquez y varios miembros de la Familia Real siguen a través de unos monitores lo que ocurre en el escenario; Felipe de Borbón grita “¡vamos, hermanita!”, la reina Sofía da saltitos y se muerde nerviosa el labio inferior sin apartar los ojos de las pantallas. Cristina comienza algo nerviosa, quizá aturdida por el movimiento de docenas de focos a su alrededor, pero pronto adquiere seguridad y sus respuestas comienzan a ser firmes. Las cámaras le toman planos medios. De pronto enfocan las manos del juez Castro. Su mano derecha se acerca al boton rojo... parece que lo va a pulsar... Y se da paso en ese momento al primer intermedio publicitario.

7/2/14

CONTRA LA DUQUESA DE ALBA


Hay que fastidiarse. Condenan a “Sálvame” y a Telecinco por intromisión ilegítima en el derecho al honor e intimidad y no lo podemos celebrar como se merece. La Sala Primera del Tribunal Supremo ha hecho su parte arreando un buen guantazo donde más duele (en la cartera) a una manera perversa, denigrante -y, encima, ilegal- de entender la televisión y el entretenimiento: ha confirmado que debe pagar 300.000 euros por difundir una conversación telefónica y realizar sobre ella comentarios jocosos. Pero una sombra eclipsa tan buena noticia: la pasta es para la duquesa de Alba, una señora de vida regalada que acumula tantos títulos nobiliarios e injustos privilegios (perdón por las redundancias) que su simple enumeración hace que la página de Wikipedia que los recoge sea más larga y aburrida que la dedicada a la lista de los reyes godos.

Aquí el error de “Sálvame” y Telecinco fue no tirar de la cantera. Y mira que tienen cantera. Cuentan con cientos de personajes que no siendo nada consiguieron en estos años hacerse a sí mismos labrándose un desprestigio que los hace merecedores de un desprecio que se han ganado a pulso. Pudiendo contar con esta clase emergente de espabilados y vividores de la casa, ¿por qué recurrir a la vieja casta de espabilados y vividores de otros tiempos?, ¿por qué arriesgarse a que una sentencia te obligue a darles aún más dinero fácil a los miembros de linajes caducos que ya lo tienen todo desde la cuna sin necesidad de haberse ganado el puesto sometiéndose al escarnio y la humillación pública?

“Sálvame” y Telecinco deberían aprender la lección y dejar de delinquir difundiendo conversaciones telefónicas y realizando sobre ellos comentarios jocosos si se trata de rancios personajes de otra época. Vivimos en una sociedad moderna y abierta en la que se puede hacer eso mismo, pero con personajes que se merecen ese trato denigrante por su propio demérito.

6/2/14

HIJOS DE PUTA


No queremos la verdad, queremos mentiras agradables. Por eso no nos quejamos cuando la tele miente, nos quejamos cuando la tele cuenta otras mentiras en lugar de las nuestras. Nuestros lamentos por las falsedades televisivas no buscan que la tele muestre las cosas tal y como son, buscan que muestre las cosas tal y como nosotros las imaginamos. Eso nos resulta reconfortante porque así los demás se creerán nuestras mentiras y a nosotros nos resultará más fácil seguir viviendo engañados y felices.

La noche del martes, Telecinco, Divinity, Energy, FDF, LaSiete y Nueve estrenaron por saturación la serie “El Príncipe”, ambientada en la comisaría del barrio ceutí de El Príncipe. Nadie se queja de que en solo dos días de lo que debería ser el trabajo rutinario en una comisaría de barrio se concentraran tal cantidad de acontecimientos sumamente emocionantes, tanto desde el punto de vista laboral como personal, como los que muestra la serie. Nadie señala lo artificioso que resulta que coincidan tantos personajes que encajan con los habituales arquetipos del género, pero que no se corresponden con la vida real, más diversa, anodina y gris. Nadie pone el grito en el cielo porque todos los cálculos de probabilidades salten por los aires al ver el increíble porcentaje de hombres increíblemente guapos y mujeres increíblemente guapas que existe entre los personajes protagonistas de la serie, anomalía estadística que desaparece si nos fijamos en los figurantes: esos ya no parecen surgidos de un casting en el que antes que nada se pidió a los actores y actrices que fueran increíblemente guapos y guapas.

Andan los ceutíes preocupados porque la serie retrata una ciudad degradada y peligrosa. No gusta que un personaje diga que el barrio de El Príncipe está lleno de hijos de puta. Pero nadie se queja de que una actriz guapísima le diga a un actor guapísimo que si no entiende una mirada tampoco entenderá un largo discurso. Será que allí, como en todas partes, es más fácil encontrar románticas historias de amor imposible entre guapísimos y guapísimas que cruzarte por la calle con un hijo de puta.

5/2/14

LOS BEATLES ERAN DE SEATTLE


Lo van a conseguir. Lograron que viéramos las películas de Bob Hope, un cómico que sólo entienden los norteamericanos. También lograron que confundiéramos la felicidad con la Coca-Cola, que nos parezca raro que los Alcántara no celebren Halloween en algún capítulo de “Cuéntame cómo pasó”, que creamos que el himno de los Estados Unidos de América es también el himno de los Juegos Olímpicos, que identifiquemos democracia con bipartidismo, que estemos convencidos de que “sí, se puede” es la fórmula mágica para lograr cualquier objetivo, que las imágenes de un tornado llevándose por delante una casita de madera sean como de la familia y, glup, estoy seguro de que pronto dudaremos si los Beatles eran cuatro chicos de Liverpool o cuatro chavaletes de Seattle. Sí, lo van a conseguir. Van a conseguir que nos guste el fútbol americano.

Las cifras de la XLVIII edición de la Super Bowl (Canal+), el partido final del principal campeonato profesional de fútbol americano, son apabullantes. Un minuto de publicidad en el descanso de la Super Bowl es más caro que un kilo de Neymar. Cientos de millones de espectadores en todo el mundo estuvieron pendientes del partido entre Seattle Seahawks y Denver Broncos. Como bien sabe Leonard Hofstadter, un partido de fútbol americano dura un siglo. Puede que más. Y es incomprensible. No es misterioso, es incomprensible. Absolutamente incomprensible. Así, hay la misma diferencia entre un norteamericano y un europeo viendo la Super Bowl que entre un neurocirujano profesional y un neurocirujano aficionado. Pero lo van a conseguir. Como dice Jared Diamond, ¡ay de la planta cuyo programa genético no se adecue a la latitud del terreno en el que ha sido sembrada! Un granjero canadiense sería un insensato si decidiera plantar una variedad de maíz adaptada a desarrollarse en México. Las plantas de baja latitud se adaptan deficientemente a las condiciones de latitudes altas, y viceversa; pero los norteamericanos han conseguido que la Super Bowl, un espectáculo cuyo programa genético no se adecua al gusto europeo, no sólo no se muera en estas latitudes antes de haber producido una sola mazorca de maíz maduro, sino que cada vez alimente más madrugadas televisivas.

Lo van a conseguir. Los Beatles eran de Seattle y la Super Bowl es emocionante.

4/2/14

PRESIDENTE, PRESIDENTE


Tras ver a Jordi Évole ejercer de intermediario entre Artur Mas y Felipe González en la vuelta de “Salvados” (noche del domingo en laSexta), no deberíamos pensar que el incipiente contacto entre las dos orillas fue urdido en su día por Andreu Buenafuente que actuó como mediador lanzando a Évole como “El Follonero” para después poder catapultarlo a “Salvados” donde se forjaría el prestigio que le permitiría convertirse en el puente entre Mas, en el papel de correveidile de los intereses independentistas de la burguesía catalana, y González, en el papel de enviado de Mariano Rajoy como alcahuete de los intereses centralistas de la burguesía española.

Es cierto que parece que en “Salvados” hubo un diálogo en el que se dialogó acerca de la importancia de dialogar sobre una salida dialogada al problema de la falta de diálogo. Pero bajo la playa estaban los adoquines y fue la guerra.

Évole se dirigió a los dos presidentes como “Señor Mas” y “Señor González”, pero pronto González comenzó a atacar llamando con retintín a Mas “presidente” (en lugar de “president”), a lo que Mas contraatacó llamando con retintín a González “presidente” (aludiendo a que solo es expresidente). Évole reaccionó llamando a Mas “president”, pero fue en vano. Se formó un revoltijo en el que se habló del presidente Pujol, el presidente francés, el presidente alemán, el presidente Rajoy y cualquier otro presidente español (mientras -ay, ay, ay- se degradaba al presidente Rodríguez Ibarra a simple “señor”).

No exagero, es que tanta tele hace daño en los momentos más insospechados: no sé que vieron ustedes, pero yo solo vi un choque egos imparables contra presidentes inamovibles en una junta vecinal simultánea de “Aquí no hay quien viva” y “La que se avecina” en la que Pedro, Javi, Antonio, Judith, Enrique, Amador, Juan, Higinio, Lucía, Mauri, Belén, Rafael y Carlos no hacían más que boicotearse llamándose presidentes unos a otros.

3/2/14

EUROVISIÓN O RESCATE


El último informe sobre las audiencias televisivas españolas realizado por el Observatorio Nacional de Aves en Humedales y Canales de Televisión concluye con preocupación la existencia de una creciente desigualdad social en el reparto de la riqueza de espectadores entre las cadenas de nuestro país. En efecto, los datos permiten afirmar que las dos cadenas más importantes acaparan tantos espectadores como las veinte cadenas menos importantes juntas. Esta terrible injusticia social es un clarísimo factor de riesgo para la inestabilidad y las alteraciones del orden público televisivo que podrían empezar a ocurrir si se sigue ahondando la brecha entre los canales que más tienen y los que sobreviven a duras penas  con un escaso número de espectadores que les hacen atravesar el umbral de la pobreza. Telecinco y Antena 3 juntos suman más que todos los canales de pago, más todas las autonómicas, más todos los Nitros, Neoxs, Divinitys, Disneys, Xploras, Discoverys y muchas más que podríamos citar. El ONAHCT aconseja tomar medidas para corregir esta desigualdad.

Desde la sociedad se exigen soluciones. Se defiende la creación de un Organismo de Regulación y Redistribución de Espectadores que contribuya a paliar esta situación, cobrando una cuota de espectadores a Telecinco y Antena 3 que se repartiría entre las cadenas menos favorecidas. Paolo Vasile ya se ha mostrado contrario a esta medida, ha afirmado que “la televisión española nos roba” y ha amenazado con convocar un referéndum entre sus trabajadores en el que se plantee dejar de formar parte de las cadenas de nuestro país. La tensión aumenta y se han convocado los primeros escraches de los canales minoritarios en las instalaciones de los canales estrella de Mediaset y Atresmedia. La desafección por la televisión de la población más joven ha generado una crisis que las cadenas más humildes se niegan a pagar. La televisión alemana ha advertido que, de agravarse esta situación, la televisión española podría ser expulsada de Eurovisión.

2/2/14

SITIOS EN DONDE CABE LA VIDA

(En la semana de la muerte de Pete Seeger, Félix Grande, Carlos París y Luis Aragonés)

Decía el grandísimo Félix Grande que la genialidad del flamenco consiste en su habilidad para ir directamente a la esencia de las cosas y meter la vida entera en tan sólo veinte o treinta sílabas -y ponía como ejemplo la siguiente soleá: la noche del aguacero / dime dónde te metiste / que no te mojaste el pelo-. Quizá exageraba. Es cierto que en las veinticuatro sílabas de una soleá suele caber más vida que en veinticuatro tomos de muchas enciclopedias. Pero a lo mejor para abarcar toda la experiencia humana hace falta algo más de espacio: quizá haga falta una canción entera -yo propongo “Reno”, de Bruce Springsteen, háganse con una buena traducción-; o quizá ni siquiera quepa la vida entera en cuatro minutos y sea necesario buscarla en una película excepcional -¿”La gran belleza”? ¿”Un lugar en el mundo”? ¿”El apartamento”?-.

En donde sin duda cupo nuestra vida entera, con todos sus colores y sus rincones, fue en la programación de ayer de TCM, el bendito canal dedicado al cine clásico que se ofrece en las plataformas de pago para sustituir a la vida real. Les reto a que encuentren un componente significativo de la condición humana que no haya aparecido en alguna de las doce películas que se emitieron. ¿La hipocresía? “La noche de la iguana”. ¿La esperanza en medio del horror? “Good morning, Vietnam”. ¿La crueldad del poder y la riqueza? “Ciudadano Kane”, “Rebelión a bordo”. ¿Los abismos que van más allá de las palabras? “Giuletta de los espíritus”. ¿Las pistolas hechas con pastillas de jabón y las dificultades para tocar el violonchelo durante un desfile de bandas de música? “Toma el dinero y corre”.

Desde las veinticuatro sílabas hasta las veinticuatro horas de cine, la vida se pliega y se despliega en ese intento permanente que practicamos las personas de comprender lo que nos pasa a base de recrearlo con palabras e imágenes. Hasta que por fin, cuando hemos apresado algo que parece sólido, la vida va y se va.

1/2/14

EL ÉXITO DE CHANQUETE


Chanquete ha muerto. Hace más de veinte años que no hace más que morirse. Al principio solo se moría en las emisiones, reemisiones y requeteemisiones de “Verano azul”, que ya era bastante, pero ahora no le queda otra que morirse cada dos por tres en las series ambientadas en los ochenta y en todos los programas nostálgicos que se hacen en España. La muerte de Chanquete es muy años ochenta y no puede faltar en ocasiones así. Es como el Naranjito, pero no tan sórdido. Multipliquen las narices que se puso Michael Jackson por las caras que por ahora lleva Belén Esteban y eso no es nada al lado de las veces que la palmó Chanquete. Ha muerto tanto que nadie recuerda que alguna vez estuviera vivo.

La última vez que, de momento, murió Chanquete fue anteayer. Primero murió en la serie “Cuéntame cómo pasó” y después murió en el programa nostálgico “Ochéntame otra vez” que la acompaña en la noche de los jueves de La 1. Pancho no hacía más que correr por la playa a todo lo que daba, con lo que cansa correr por la arena, mientras gritaba. “¡Chanquete ha muerto! ¡Chanquete ha muerto!”. La segunda vez no tuvo tiempo ni de recuperarse de la galopada anterior. “¡Chanquete ha muerto! ¡Chanquete ha muerto!”. Pobre chaval, corriendo hacia su perdición. El actor José Luis Fernández no quedó encasillado en el papel de Pancho, ya le hubiera gustado: quedó encasillado en ser el que grita “¡Chanquete ha muerto! ¡Chanquete ha muerto!”. Algo tan terrible solo ocurrió en el mundo de la interpretación a aquel otro mozalbete que sollozó “Españoles: Franco… ha muerto” unos años antes. Ambos acabaron con su carrera.

Chanquete está entre nosotros desde que ya no está entre nosotros, nos acompaña desde que nos dejó, queda desde que se ha ido, vive desde su muerte. Por eso el éxito de Chanquete está en su fallecimiento, su defunción, su óbito, su tránsito, su expiración, su deceso: en su éxito. En efecto, el éxito de Chanquete es el éxito de Chanquete.