No hace falta que hayan visto “Blue Jasmine”, la última peli
de Woody Allen. Ni siquiera hace
falta que les importe esta cinta, Woody o el cine en general. Basta con que noten
el hedor que desprenden los telediarios para que les interese la reseña que le
dedicó “Días de cine” en su última emisión de 2013: “La actriz Cate Blanchett se
metía en la piel de esa mujer en la que se hacía un retrato sin piedad de
algunos de los males que estamos viendo en los últimos tiempos en algunas
personas de renombre, esas que han visto crecer el dinero en sus manos sin
preguntarse de dónde venía. Para qué: mejor no preguntar. Eso mismo hacía Carmela en “Los Soprano”, lo que pasa
es que ellos eran mafia. Blanchett clavó el retrato de una mujer egoísta y
egocéntrica disfrazada de vulnerable eligiendo el papel de víctima, pero no nos
engañemos: ella, como otras personas, sí sabía de dónde venía su riqueza”.
Que nadie se enfade: solo están hablando de un personaje de ficción.
Claro que, por algún motivo, nos hace pensar en “personas de renombre” (que bien podrían ser infantas o ministras
de Sanidad) que han visto crecer el dinero en sus manos y después se empeñan en
hacernos creer que no sabían de dónde venía su riqueza.
Cuando anunció el estreno de esta película un mes antes, el
programa fue mucho más discreto: “Blue Jasmine es un triste reflejo de
alguno de los nuevos ricos actuales”, “describe un viaje moral que traspasa
clases sociales”, “capta la frágil consistencia de los valores consagrados en
el mundo de hoy”. Algo hizo a los responsables de “Días de cine” cambiar,
un mes después, su reseña de forma tan certera. Tal vez simplemente ocurriera
que de “El intermedio” saltaron chispas que cayeron sobre el “Telediario”
incendiándolo. Sea como sea, solo por este cambio de criterio creo que lo mejor
de “Días de cine” en 2013 fue el programa dedicado a lo mejor del cine en 2013.
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