El proceso de sacrificio, faenado y despiece de Canal Nou sigue su curso. Las labores previas de manipulación realizadas estos años están dando fruto. Facilitan que ahora se apliquen los protocolos previstos para el desmantelamiento y reparto de un servicio público. Y que se respeten, además, los intereses comerciales del jefe del matadero. Sus perros, hambrientos, esperan impacientes para darse un festín con los despojos. Visto desde fuera puede parecer que no se siguen los procedimientos de higiene y transparencia exigibles en un proceso tan delicado, pero no importa: los perros engordarán y los ciudadanos pagaremos felices la pitanza. El matarife nos ha explicado que es por nuestro bien, que el sacrificio nos librará de una monstruosa alimaña televisiva devoradora de escuelas, hospitales, gatitos y osos panda.
Mientras la maquinaria del matadero sigue su curso, nos
distraemos con algunos datos que nos ocultaron en su día. Por si no se
enteraron: durante los más de siete años que Canal Nou emitió “Tómbola”, Jesús Mariñas, Karmele Marchante y Lydia
Lozano ganaban un dineral a costa del erario público. Ahí está el ejemplo
de Mariñas: 6.000 euros por programa, que multiplicados por 4 programas al mes,
hacen 24.000 euros. Además, como tertuliano de un programa diario cobraba 1.000
euros, que multiplicados por 20 programas al mes, hacen 20.000 euros más.
44.000 euros mensuales más gastos pagados que salían de los impuestos de todos y
no iban destinados a escuelas ni hospitales. Los maestros -pringaos que enseñaban
y enseñan en clase un modelo de vida opuesto al enseñado en “Tómbola”- ganaban y
ganan menos.
Ahora desaparece Canal Nou. “Tómbola” desapareció antes,
pero su modelo de mierda televisada sigue vivo. Fue copiado y ampliado por un
linaje de programas que se han ido sucediendo hasta el “Sálvame” actual.
Mariñas, Marchante y Lozano continúan ahí. Desangrado, Canal Nou avanza hacia
la sala de despiece. Pero el huevo de la serpiente sigue protegido y caliente.
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