Huelga general del sector de la enseñanza. Hace 11 años, la cobertura de TVE de la huelga general del 20 de junio de 2002 fue tan lamentable que una sentencia judicial obligó al “Telediario” a rectificar y de rebote acabó con la carrera de Alfredo Urdaci: de jefe de informativos del gobierno de Aznar fue degradado a ‘Míster Cecé-oó’ y ni los suyos volvieron a acordarse de él. No vamos a entrar en si esta vez el “Telediario” acertó con la relevancia que le dio a la huelga en la enseñanza, ni con las cifras que ofreció ni con el tiempo que le dedicó, qué pereza, pero sí denunciaremos que TVE debería prestar más atención a los emprendedores (en efecto, lo prometí ayer hablar de esto hoy, y por algún extraño motivo me veo en la obligación de cumplir mis promesas. Será que nunca gané unas elecciones con mayoría absoluta, vete tú a saber).
Lo dicho, que TVE debería prestar más atención a los
emprendedores. Mira que a TVE últimamente le hacen tilín más los emprendedores
que a un ujier del Congreso una reivindicación de la sacralidad del aborto en
vivo y en directo. Pues nuestra televisión pública perdió esta semana una
magnífica oportunidad para cantar las glorias de los miles y miles de
emprendedores que tomaron las calles en defensa de la mejor y más grande empresa
que puede emprender un ser humano durante toda su vida: su propia educación.
En efecto, miles de emprendedores, además de arriesgar en tan
noble empresa los mejores años de su vida y una gran cantidad del escaso capital
disponible en sus casas y familias, además de trabajar día tras día y año tras
año sin obtener ningún rendimiento económico inmediato, han tenido el valor de
salir a la calle a defender su negocio en el firme convencimiento de que no
solo redundará a largo plazo en un beneficio propio, sino común y compartido
por toda la sociedad. Estos miles de emprendedores no son, como diría el bueno
de Platón, ricos en oro sino en
sabiduría. ¡Con lo bien hubiera quedado TVE contándolo!
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