Que todo un director del Museo de Historia de Barcelona prohíba rodar escenas de
la serie “Isabel” (TVE) en el Salón del Tinell utilizando argumentos dignos de
“El Club de la comedia” no sólo produce vergüenza ajena, sino unas ganas enormes
de emigrar a Marte o encerrarse en casa a escuchar a los Beatles hasta que los
paletos dejen de gobernar el mundo. Prohibición, veto, censura. Qué más da. Al
director paleto del Museo de Historia de Barcelona le molesta la “difusa línea
entre la ficción y la realidad” de “Isabel”, y se refugia en que las normas
impiden adornar la fachada del palacio y utilizar balcones con figurantes para
que hagan de decorado en una ficción histórica. Como diría Fernando Fernán
Gómez: “¡Váyase usted a la mierda!”.
La serie “Crossing lines” (AXN) nos
propone seguir a un equipo internacional de policías de élite en su lucha contra
los delitos que afectan a varias naciones. Más original en su planteamiento que
en su desarrollo, “Crossing lines” tiene la suerte de contar con dos actores tan
potentes como Donald Sutherland y William Fichtner, y se esfuerza por rodar en
las mismas ciudades donde se desarrolla la trama: Praga, La Haya, Ámsterdam,
París… Supongo que el exquisito director del Museo de Historia de Barcelona no
pondría ningún reparo a que Carl Hickman, el expolicía neoyorkino protagonista
de “Crossing lines”, se paseara por la plaza del Rey en busca de un criminal
viajero. Supongo que negar el permiso para que los televisivos Isabel y Fernando
sean recibidos en Barcelona es para algunos el colmo de la modernidad
patriótica. Supongo que no es lo mismo permitir que el rey Fernando sufra un
atentado en Barcelona en “Isabel” que permitir que Carl Hickman dé caza a un
asesino chiflado justo al lado del Salón del Tinell en “Crossing lines”.
Supongo, en fin, que “Isabel” suena peor que “Crossing lines”. Barcelona puede
abrir sus puertas a Carl Hickman, o a James Bond, o a Jason Bourne, o a Indiana
Jones, o a Lara Croft, o a Sherlock Holmes, es decir, personajes que nunca
molestarán por su difusa línea entre la ficción y la realidad. Otra cosa son los
Reyes Católicos, claro.
Por cierto, el atentado contra el rey Fernando en
Barcelona se rodará en Plasencia. Los chicos de “Crossing lines” tendrán que
investigar este crimen histórico.
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