Se mete a Belén
Esteban en una nave espacial y se la manda al espacio exterior a tomar
vientos. Vientos solares, claro. ¿Crueldad? No. Es cierto que Belén es un ser
vivo y la ciencia asegura que puede sentir dolor, pero no hay crueldad, qué va
a haber crueldad, es estrategia comercial, es saber mover las fichas, es
supervivencia, tíos, solo supervivencia. Simplemente se trata de que Telecinco
lance a su princesa de las narices en una nave pequeñina que no gaste demasiado
combustible hasta que alcance velocidades próximas a la de la luz. Como predice
la teoría de la relatividad, mientras aquí pasarán años y años, para ella
apenas pasarán unos días y no envejecerá ni nada. Seguro que va encantada, con
lo que le gusta presumir. Y más encantados quedaremos nosotros, con lo que nos
gusta la tranquilidad.
Telecinco tiene que ponerla en órbita cuanto antes porque en
el amor y en la guerra de audiencias todo vale, y las cosas se están poniendo
feas. Antena 3 se está viniendo arriba venciendo mes tras mes con su
programación blanca y familiar. Telecinco necesita recurrir a alguna de sus
jugadas maestras, como las que lleva años haciendo y como la que hizo el
viernes en “Sálvame deluxe” con Paquirrín.
Que Paquirrín volviera a Telecinco y firmara un tour de entrevistas por lo peor
de la telebasura no nos pilló de sorpresa porque lo vimos venir hace un mes dijo
que estaba enfadadísimas y anunció demandas y medidas judiciales. Pero en el
caso de la princesa mutante deberían currárselo más y no conformarse con
alejarla de las cámaras varios meses para luego anunciar su vuelta. Eso ya está
muy visto.
Por eso proponemos que en vez de tener a esta señora
viviendo en una montaña rusa de subidas y bajadas como hace ahora, Telecinco la
suba una sola vez bien alto y la vuelva a bajar dentro de mil millones de años
cuando las cucarachas dominen la Tierra y puedan recibir a su princesa del
pueblo como se merece.
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