Si digo que las carreras de Fórmula 1 me aburren porque me parecen siempre lo
mismo, entonces tendré que callar cuando alguien me diga que las canciones de
Manu Chao, las novelas de Agatha Christie, los partidos del Barça, el vermú de
los domingos y los diálogos platónicos son aburridos porque siempre son iguales.
Así que no lo diré. Sólo diré que las carreras de Fórmula 1 me aburren. Punto.
Entonces, ¿por qué demonios me tragué el pasado domingo la carrera de Fórmula 1
(Antena 3) en el circuito japonés de Sukuza? La culpa no fue de Fernando
Alonso, sino del escritor Santiago Posterguillo.
Posterguillo es el autor de
un puñado de estupendas novelas ambientadas en la antigua Roma, y acaba de
publicar “Circo Máximo”, segunda parte de la trilogía dedicada al emperador
Trajano. En “Circo Máximo” hay emocionantes carreras de cuadrigas, un
espectáculo que en Roma era tan popular (quizá más) que las luchas de
gladiadores y que Posterguillo narra con un realismo que corta el aliento y una
sabiduría digna de la mejor novela histórica. Nuestro escritor dice que las
carreras de cuadrigas en el circo eran la Fórmula 1 del siglo I, aunque las
carreras de cuadrigas eran muchísimo más peligrosas que las carreras de Fórmula
1, movían más dinero y muchas más pasiones. Los pilotos de carreras se juegan la
vida en cada curva, pero la tecnología ha conseguido que cada vez haya menos
accidentes. Los aurigas no tenían esa suerte, y no era raro que se produjeran
muertes en una carrera. Supongo que ahora mismo usted se está acordando de la
carrera de cuadrigas de “Ben-Hur”. Pues ahí vamos. Santiago Posterguillo asegura
que Fernando Alonso le ganaría siempre a Judá Ben-Hur porque utilizaría la
técnica del “diversium”, en la que los aurigas intercambiaban el carro con el
del rival, y ahí Alonso sería imbatible porque sería como si corriera en Sukuza
con el Red Bull de Vettel. A falta de carreras de cuadrigas en el Circo Máximo,
tenemos circuitos de Fórmula 1, pero Alonso jamás ganaría a Ben-Hur en una
carrera de cuadrigas porque Ben-Hur es el bueno, el mocín, el héroe. Y Fernando
Alonso es un gran piloto, pero no es Charlton Heston. Me parece que Alonso
insiste en estar más cerca de Mesala que de Ben-Hur, y por eso su coche rojo
jamás ganaría a los caballos blancos de Ben-Hur. Y por eso en Sukuza ganó
Vettel. Por eso y porque en la Fórmula 1 está prohibido el “diversium”,
claro.
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