La segunda temporada de la serie “Isabel” (lunes, TVE) es una buena noticia para
la historia, para el prestigio de eso que los tontos llaman “la caja tonta”,
para el buen nombre de la televisión pública y, sobre todo, para los
espectadores. El rigor histórico, las oportunas y elegantes licencias
narrativas, el estupendo trabajo de los actores, los hermosos decorados y la
honestidad en la concepción y desarrollo de cada capítulo son la innegociable
marca de la casa “Isabel”. Jordi Frades, director de la serie, insiste en que
“Isabel” es ficción, no un documental. Exacto. Por eso es tan difícil hacer
series históricas. Cada vez que en “Isabel” se abre una puerta, se corre el
riesgo de cerrar otra puerta a la historia. Las batallas, que se producen en
campo abierto, son muy agradecidas porque son fáciles de contar. Si entramos en
los palacios y castillos por la puerta principal, las crónicas de la época nos
pueden echar una mano. Pero si la televisión nos abre la puerta para que los
espectadores asistamos a una reunión privada entre el rey Fernando y el
arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo, o entre la reina Isabel y sus consejeros,
la cosa se complica. La última puerta, la que separa la intimidad de Isabel y
Fernando del resto del mundo, es la más difícil de abrir. Lo mejor que se puede
decir de “Isabel” es que todas las puertas están muy bien abiertas, porque donde
no llegan las fuentes y crónicas, llega el conocimiento y la sensibilidad de los
guionistas.
Como pedir es gratis (de momento), pediría que “Isabel” se
estirara hasta los reinados de Carlos I y de Felipe II, e incluso mucho más
allá. ¿Por qué no convertir “Isabel” es una especie de “Pre-Cuéntame cómo pasó”
que nos lleve desde el reinado de Isabel y Fernando hasta los años 60 del pasado
siglo? ¿Se imaginan que “Isabel” continuara con “Carlos”, y luego con “Felipe”,
y así hasta “Fernando”, “Isabel II”, “Alfonso” y “República”? Y si Michelle
Jenner, la actriz que interpreta a Isabel, tuviera un pequeño papel en todas las
series “Pre-Cuéntame cómo pasó”, la felicidad sería completa. El último capítulo
de “Pre-Cuéntame cómo pasó” coincidiría con el primer capítulo de “Cuéntame cómo
pasó”, Michelle Jenner conocería a Imanol Arias y todos entenderíamos un poco
mejor para qué sirve la historia.
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