Arthur Schopenhauer, jocoso y dicharachero filósofo alemán del siglo XIX, gustaba de comparar la condición humana a aquélla de los erizos en medio de la noche. El frío hace que se agrupen y entren en contacto para darse calor, pero las espinas hacen que ese contacto resulte doloroso y se separen para dejar de sufrir. De nuevo aparece el frío y la necesidad de unirse. De nuevo aparece el dolor y la necesidad de separarse. Y así transcurre la vida humana, oscilando entre el frío y el dolor y los intentos vanos de escapar de uno y de otro.
Asistí con atención a los estrenos de la noche del miércoles y me sentí como los erizos de los que habla Schopenhauer en “Parerga y paralipómena”. Antena 3 ofrecía un nuevo programa de Julia Otero titulado “Ciudadanos”, dedicado a presentar testimonios, opiniones y posibles soluciones a las durísimas condiciones económicas que están atravesando buena parte de los españoles. Los relatos que pudimos escuchar, la debilidad de los remedios propuestos, me provocaban una desolación tal que me vi obligado a pasarme a “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”, cuya nueva temporada estrenaba simultáneamente Cuatro. Es cierto que en un primer momento pude sentir un cierto alivio, pero al cabo de pocos segundos el grado de estupidez banal que alcanzaban todas y cada una de las personas que aparecían en pantalla, la gratuidad de tanta extravagancia narcisista, me produjo una náusea todavía mayor que me hizo volver a Antena 3.
Y así pasé la noche. Viendo “Ciudadanos” para huir del entretenimiento imbécil que nos ofrecía “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” y viendo “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” para huir de la desesperanza que transmitía cada entrevista de “Ciudadanos”. Impotencia ante una realidad demasiado dura contra evasión demasiado saturada de engaños. El dolor de las espinas del paro y la pérdida de derechos laborales contra el frío nocturno de la farsa rancia y sexista. La verdad contra la mentira, y, como siempre, el ser humano en medio.
En este caso concreto, esas dos Españas te hielan el corazón. Por motivos muy distintos, bien es cierto...
ResponderEliminarAsí es, españolito que tienes el mando (a distancia).
ResponderEliminarPor cierto, deberías dirigirte a la cadena 13tv y decirles que, ya que copiaron el nombre de tu blog para hacer un programa con Isabel Durán al frente, deberían currárselo un poco más y no llamarlo “Más claro agua”, sino “Más claro, agua”, que molesta a los ojos. Si lo consigues, aprovecha la racha y pídeles derechos. Ya nos contarás.
Un saludo,
Antonio Rico