30/9/13

LA HIJA MÁS TÍMIDA Y MÁS SERENA

Auténtica conmoción han causado las declaraciones de Ana Boyer en el programa “Corazón” del pasado viernes en el que aseguró de forma tajante que “ehh... yo estoy bien, igual que siempre, y, nada, muy contenta”, después de que Anne Igartiburu, demostrando que ante todo es una periodista de raza, la calificara como “la hija más tímida y más serena” de Isabel Preysler, y concluyera con un rotundo “es que queremos saber más de ella”. No es fácil conseguir que Ana Boyer acceda a hablar delante de las cámaras, su reticencia a conceder entrevistas es sólo comparable a la relevancia que este personaje está teniendo para la España del momento, de ahí que podamos considerar que testimonios como “sí, no, sí... a ver... yo estoy encantada de conocer a personas, pero tampoco estoy buscando nada concreto” son un material periodístico de primera importancia, junto con el enigmático “... pero si aparece... muy bien, claro... tengo veinticuatro” con el que remató la anterior afirmación.

La entrevista con Ana Boyer dio mucho más de sí ya que la joven ofrecía titulares casi en cada una de sus intervenciones. Lean como prueba algunas de sus palabras y entenderán por qué el país lleva varios días analizando el “Corazón” del pasado viernes: “Estoy aprovechando, no he parado de viajar”, “por ahora estoy feliz en casa”, o “ahora todavía sigo de vacaciones, así que muy contenta”. El trabajo de los redactores también estuvo a la altura del histórico documento; el buen hacer periodístico del equipo de Igartiburu nos descubrió que “Ana Boyer encuentra refugio y complicidad en la compañía de su madre y su hermana”, y que “la recién licenciada ha aprovechado el verano al máximo rodeada de su familia y amigos”. En tiempos de intensa crisis es cuando el periodismo puede desempeñar un papel de crucial relevancia social. Declaraciones como las efectuadas por Ana Boyer el pasado viernes ayudan extraordinariamente a aclararnos la situación, identificar las causas de nuestro estado y señalarnos la forma de resolverlo.

29/9/13

DESVENTURADO AVENTURERO CALLEJA


Algo une a quienes no disfrutamos con las retransmisiones de corridas de toros, las carreras de Fórmula 1 o esos programas en los que unos tíos se juegan la vida haciendo una pedazo de excursión a un sitio muy difícil y remoto donde no se les pierde nada pero están empeñados en contar al mundo lo difícil que es ir hasta allí y en mostrar cuánto les cuesta llevar tan lejos su puñetero culo. Eso que tenemos en común nos hace mirar la tele como pasmarotes cuando hay toros, Fórmula 1 o programas de aventura si se da la infeliz circunstancia de que un toro coge al torero, los bólidos chocan o la aventura se transforma en desventura. Es lo que los clásicos llaman “naturaleza humana”.

Fue la naturaleza humana la que me tuvo la noche del viernes pendiente de “Desafío extremo. Abjasia, atrapados en el abismo” de Jesús Calleja en Cuatro. La primera parte del espacio fue la habitual enumeración de las grandes dificultadas que había que superar en ese desafío extremo de la frontera límite al filo de lo imposible, hay que ver qué grandes los tienen y tal. Un horror hasta que empezó la desventura y la expedición quedó atrapada en la mayor sima del mundo. Es entonces cuando la mirada se clava en la pantalla y no se puede apartar hasta que todos salen a la superficie sanos y salvos.

Ya afuera, Calleja dijo que viendo tan cerca la muerte había decidido cambiar de vida y disfrutar más de las cosas pequeñas. A ver si es verdad y de paso ceja en su empeño en contarnos por la tele sus “grandes cosas”. Y a ver si los patrocinadores del programa mejoran sus campañas de publicidad encubierta: cuando al principio iba todo bien, Calleja hizo publicidad descarada de una crema solar (¡para bajar a una sima!) y de un seguro de vida con un león. Cuando todo se torció el león del seguro no apareció por ningún lado y lo único que Calleja decía temer del sol era no volver a verlo.

28/9/13

TORRES POR TORRES


Si “Torres” fuera Maruja Torres en vez de Mara Torres, molaría mucho más. No es que “Torres y Reyes”, el nuevo programa de La 2 para los jueves por la noche sea un mal programa, al contrario: está bien concebido y bien realizado, pero podía pasar de bueno a cojonudo con solo este pequeño ajuste. Si Maruja sustituyera a Mara siquiera un ratito, el espacio podría conservar el estupendo juego de palabras de su título, el grafismo ajedrecístico que lo corona y los guiños que el “Torres y Reyes” actual tiene, pero ganaría pegada, mordacidad, mala leche si quieres, interés en definitiva.

Porque, aunque nos duela hemos de reconocerlo, el estreno que vimos anteayer quedó un poco sosito. Lo de siempre: teníamos grandes expectativas y se nos fue la mano. Era un optimismo justificado porque no es cualquier cosa combinar el ingenio descontrolado de Joaquín Reyes (“La hora chanante”, “Muchachada nui”, “Museo Coconut”) con la eficacia de una periodista como Mara Torres que nos había regalado, por ejemplo, unos informativos en La 2 en los que cedía las riendas a diferentes figuras del mundo de la cultura y la ciencia para que nos ofrecieran unos telediarios de autor que daba gloria verlos. Pero, no sé, esa combinación entre chico y chica, entre el periodismo y el humor, podía conservarse y mejorarse añadiendo el contraste entre veteranía y juventud, entre quien dispara con tontunas y quien sabe dónde hay que poner la bala, entre quien descomprime el ambiente con una broma desconcertante y quien es capaz de volver a comprimirlo todo lo que haga falta en vez de limitarse a reír angelicalmente los chistes ajenos.

Al final del programa, el psiquiatra Luis Rojas Marcos habló de la memoria. Pues ahí va una. La 2 ya tuvo hace año y medio un programa (“La nube”) que, como este, giraba sobre el universo Internet. Recordemos lo fresca, divertida, ingeniosa e ilustrativa que resultó la entrevista que hizo Toni Garrido a Maruja Torres. Pues eso.

27/9/13

A COMER, CARROÑEROS


Hala, buitres, comed. Ahí tenéis un buen montón de carroña. Un cargamento gigante de mierda. Vais a pasar meses triturándolo, tragándolo para vomitarlo después y volver a coméroslo. Estabais un poco hambrientos, ¿eh? La digestión del caso Bretón terminó hace unos meses. Pero sólo era cuestión de esperar y dejar que la naturaleza humana siga su curso. En un país de cuarenta y cinco millones de habitantes han de ocurrir forzosamente dos o tres crímenes excepcionalmente horrorosos al año. Una niña ha aparecido muerta en Santiago de Compostela. Detienen a la madre. Detienen al padre. Que si una herencia. Que si las pastillas. Que si la cuerda. A Ana Rosa Quintana le cae por la comisura de los labios un hilo de baba rancia. Mariló Montero no puede reprimir un reflujo ácido y fétido. A Susanna Griso le suenan las tripas y eructa. En un país de cuarenta y cinco millones de habitantes ha de haber forzosamente dos millones de espectadores miserables que se sentarán durante horas ante el estercolero mediático en el que se van a convertir las mañanas televisivas de las próximas -muchas- semanas.

Dos millones de espectadores revolcándose en las heces, con un interés claramente enfermizo en conocer los detalles más irrelevantes del horror. Pues vamos a dárselos. Cuanto más podrido esté todo, más os gusta. Tenemos con nosotros a un psiquiatra que nos va a aclarar qué indica el lenguaje corporal de la madre. Está al teléfono un compañero de trabajo del padre. Podemos afirmar que la Guardia Civil valora la posibilidad de que terceras personas hayan participado en el traslado del cadáver. Un periodismo responsable abordaría este crimen con austeridad y pudor y respeto. Cinco minutos el día que ocurre y cinco minutos el día que salga la sentencia. Pero la muerte de Asunta entra en el terreno de los negocios de Mediaset y Atresmedia, y en la dieta de los espectadores coprófagos. Todo es mierda y los redactores no descansan hasta encontrar un poco más de mierda. A comer, carroñeros.

26/9/13

SÍNDROME DEL ÚLTIMO CAPÍTULO DECEPCIONANTE

Tengo mucho miedo. Temo que este domingo a Skyler le dé por enrollarse con Pinkman y se escapen a casarse a las Barbados con Walter como padrino de bodas. Temo que Walter Jr se convierta en Heisenberg Jr a lo Osborn Jr convirtiéndose en el Duende Verde Jr. Me da por pensar que a lo mejor me despierto el lunes con la noticia de que ha habido un descenso masivo de extraterrestres desde el cielo de Albuquerque, con tan mala fortuna para ellos y tan buena para Walter que su única kriptonita es la meta azul. ¿Y si finalmente “Breaking bad”  da un giro inesperado y se convierte en una serie de terror gótico en la que todos los fantasmas de las víctimas del señor White regresan para llevárselo a ultratumba?

Sé que todas las series que en el mundo son corren el inquietante peligro de sucumbir al Síndrome del Último Capítulo Decepcionante. Durante temporadas y temporadas las tramas mantienen un nivelazo de cuyos hilos cuelgan millones de espectadores adictos worldwide; de pronto llega el episodio final de la temporada final y ¡catapofff! todo se resuelve de pena y la audiencia, colérica, agarra por las solapas al televisor exigiéndole explicaciones por haber arruinado para siempre una gran historia a la que ella ya pertenecían. Ocurrió con “Lost”, con “Los Soprano”, el último capítulo de “House” fue una birria considerable, ¡esta misma semana le ha pasado al mismísimo “Dexter”! Seguro que muchos de ustedes comparten mi comecome: ¿y si después de haber cuajado una de las cinco series de televisión mejores de la historia llega a la televisión USA el último capítulo de “Breaking Bad” y se va todo por el desagüe?

¿Y si -ay, ay, ay- la increíble narración de estos últimos capítulos continúa in crescendo y al final, de golpe, Walter se despierta y todo -pero todo todo, las cinco temporadas enteras-, había sido un sueño? Walter se levanta, besa a Skyler, lleva a Walter Jr al colegio, él mismo se va a dar clases de química al instituto y yo no vuelvo a ver televisión nunca más en toda mi vida.

25/9/13

HIJOS DE LA URSS

Wilhem, Greta, Friedhelm, Charlotte y Viktor son los cinco amigos alemanes que protagonizan la serie “Hijos del Tercer Reich” (Canal+) y que ya forman parte de nuestra educación. Las grandes series televisivas son así. ¿Qué hemos aprendido viendo “Hijos del Tercer Reich”? Hemos aprendido con Friedhelm que, a diferencia de lo que dicen los románticos de la sangre (casi siempre ajena), la guerra saca lo peor de los hombres, y que la guerra consiste en matar antes de que te maten. Eso es todo. Wilhem, el hermano de Friedhelm, un oficial alemán que aprenderá, y nosotros con él, que la guerra siempre es sucia y absurda, concluye que las auténticas ganadoras de una guerra son las moscas, porque las cebamos con la carne de los soldados. Greta, una cantante dispuesta a todo con tal alcanzar la fama, muere fusilada por atreverse a desafiar a la Gestapo y por no confiar ciegamente en la victoria final de las tropas de Hitler. Greta nos enseña que hay muchos tipos de sacrificio y muchísimas formas de redención. Con Viktor, el sastre judío enamorado de Greta, aprendimos a sobrevivir sin perder la dignidad y, gracias a él, supimos que los trenes con destino a Auschwitz iban llenos de judíos pero volvían vacíos. ¿Los alemanes no lo sabían? La enfermera Charlotte nos enseñó que el amor es más fuerte que el fanatismo, que la delicadeza es muchas veces el único remedio contra la brutalidad y que el corazón tiene razones que la razón puede conocer perfectamente. ¿Qué más nos enseñó “Hijos del Tercer Reich”? Que nos hace falta una serie titulada “Hijos de la Unión Soviética”.

Los espectadores ya teníamos en nuestro altar a las series “Hermanos de sangre” y “The Pacific”, y ahora hemos hecho un hueco a “Hijos del Tercer Reich”. Pero incluso series tan exactas en la construcción de personajes y hechos como la protagonizada por esos cinco amigos desmontados y vueltos a montar por la guerra, cometen el error de dar a los soldados del Ejército Rojo el papel de “¡vienen los rusos!”. Rusos terribles, violadores, sedientos de venganza. Rusos que vemos morir, pero a los que nunca vemos vivir. ¿No habría también entre los soldados soviéticos cinco amigos separados por la guerra? ¿Los fieros comunistas no tendrían también su corazoncito? Si había vida más allá de Hitler, ¿no la hubo más allá de Stalin?

24/9/13

"AÍDA" HA MUERTO


Que se preparen los seguidores de la serie “Aída” (noche de los domingos en Telecinco) porque se aproximan novedades. No hablo de esas noticias de marchas e incorporaciones que se van sabiendo, sino cambios sorprendentes que se ven venir. ¿No es “Aída” un spin-off de “7 vidas”? Pues a tirar del hilo y averiguar lo que no nos cuentan.

Lo primero y más importante: “Aída” está a punto de terminar sin previo aviso. Tras celebrar un capítulo 200 apoteósico, “7 vidas” se despidió inopinadamente cuatro capítulos después dejándonos con un palmo de narices. El capítulo 200 de “Aída” recién emitido (todo lo apoteósico que nos podemos permitir últimamente), sólo puede ser aviso de lo mismo. Carmen Machi (protagonista inicial de “Aída” que abandonó la serie) se presentará en las listas de UPyD al Congreso y ya está practicando con Twitter para montarlas gordas como hace Toni Cantó (protagonista inicial de “7 vidas” que había abandonado la serie). Luisma es el protagonista en la sombra, así que Paco León seguirá los pasos de Javier Cámara y será chico Almodóvar, aunque Fidel (Eduardo Casanova) intentará serlo él. A Lore (Ana María Polvorosa) le toca seguir los pasos de Laura (Paz Vega) en su aventura internacional, aunque Fidel también querrá ser él, claro. Falta lo fundamental: ¿quién protagonizará el spin-off que nos proporcionará otros 200 capítulos y otro diputado de UPyD? “Aída” se presentó en su estreno como la ocasión para conocer al personaje de Jonathan, el díscolo y desconocido hijo del que tanto hablaba la limpiadora y que resultó ser David Castillo. Como en “Aída” fuimos conociendo a todos los personajes posibles, incluida la madre de Mauricio (Mariano Peña), no nos queda otra que anunciar que el futuro spin-off de “Aída” será “Machu-Pichu” o “Macu”, no sé cuál decirles, tendría que mirar antes a cuál de los dos, Óscar Reyes o Pepa Rus, se le da peor Twitter.

23/9/13

TELEVISIÓN, DAME UN EURO


Tenemos que andar con cuidado a ver cómo salimos de la crisis, porque no vale de cualquier manera. Tenemos que salir de forma que la tele pueda volver a ser la culpable de todo, como en los buenos tiempos. Como mucho podemos dejar que Internet también tenga culpa de alguna cosa, pero nada más.

Hace cinco años, cuando un profe veía que algún alumno estaba en clase adormilado y sin energía, tenía que llamar a sus padres para que vigilaran que el chaval no quedaba viendo la tele hasta las tantas, y, si eso, que le quitaran el televisor de su habitación. Hoy tiene que llamar a Servicios Sociales para que comprueben si su familia le procura tres comidas diarias con una alimentación adecuada y, si eso, ampliar el servicio del comedor escolar o el acceso a vales de comida de alguna ONG.

Hace cinco años, si alguien se apuntaba a participar en un concurso televisivo era porque quería hacer un viaje, cambiar de coche o darse algún capricho. Y si iba a que le entrevistaran en un magacín era porque, una de dos, o estaba implicado siquiera lejanamente en algún suceso, o era alguien próximo siquiera remotamente a algún famoso (según si el magacín estaba atravesando su etapa negra o su etapa rosa). Hoy empezamos a ver personas que buscan financiación para alguna actividad que ha quedado dejada de la mano de un Estado que no tiene por qué ocuparse de tonterías.

Hace unos meses, la investigadora del CSIC Luisa Botella participó en “Atrapa un millón” para intentar mantener abierta su investigación sobre una rara enfermedad hereditaria. Estos días, fue un cura, José García, quien visitó a Sobera para abrir un comedor para los niños necesitados de su localidad. Luego completó el recorrido concediendo una entrevista en “Espejo público” para buscar más apoyos a su loco proyecto.

Esto mete miedo, a ver si logramos que la tele vuelva a ser la culpable de todo y no una víctima más.

22/9/13

SINESTESIA EN GEORGIA

En principio, una serie televisiva dedicada a mostrar los sabores de las diversas gastronomías del mundo parecería tan quimérica como un programa de radio que tuviera como objetivo enseñar pintura a sus espectadores o una publicación impresa que contara los diferentes estilos musicales del planeta. La música pide un medio de comunicación auditivo y la pintura pide un medio de comunicación visual. Los sabores deberían quedar arrinconados mientras no se invente un medio que actúe sobre las papilas gustativas de los degustadores. Pero no: durante la hora de la siesta de anteayer el capítulo dedicado a Georgia de la serie “Sabores del mundo” me produjo una extraña sinestesia mediante la cual fui capaz de saborear los principales manjares de esa paradójica tierra con sólo ver imágenes de sus iglesias y escuchar la música que suena al atardecer en la región de Kajetia. Sé a que sabe el vino muzukani sin haberlo tenido en la boca, y disfruté de las extrañas especias que salpican los khinkali a pesar de los miles de kilómetros que me separaban de las mujeres que los preparaban.

Quizá no sea tan extraño, -también lo consiguen otros programas de La 2, como “Flamenco para tus ojos”, en donde se puede ver los quejíos de los cantaores como si cristalizaran en los alientos-. Al fin y al cabo, necesariamente las cosas han de saber a sus sitios, y los sitios han de caber en sus imágenes si los realizadores de tales imágenes tienen la sabia maestría de los autores de “Sabores del mundo”. De la misma manera que a las personas privadas de uno de sus sentidos se les agudizan los demás para cubrir su carencia, así la televisión es capaz de compensar su anosmia y darnos a conocer la gastronomía georgiana mediante increíbles sonidos e imágenes de la tierra en donde una persona puede florecer en una roca. Si Georgia consigue ser profundamente mediterránea en medio del Cáucaso, entonces el medio televisivo, limitado a lo audiovisual, puede ser un excelente vehículo para hablarnos de sus sabores.

21/9/13

SEXO MONGOL


Hará cosa de un mes y pico, una conocida revista satírica que no destaca precisamente por la sutileza de su humor y sus denuncias publicó una serie de comprometedores emails que Iñaki Urdangarín había intercambiado con una mujer. Inmediatamente se desató todo tipo de reacciones, algunas alabando la iniciativa de los redactores de la publicación, pero muchas otras condenándola al entender que invadía el ámbito de la vida privada y la intimidad al que los miembros de la Casa Real, como cualquier otra persona, tienen derecho. Especialmente para los que opinan de esta última manera Canal Historia emite desde esta semana “Así nos cambió el sexo”, una serie documental sobre las repercusiones que las relaciones sexuales de los jefes de Estado han tenido sobre la historia de las naciones. Si alguien se piensa que la vida sexual de los mandatarios reales les compete sólo a ellos no debería perderse ni un episodio de esta serie.

Conviene recordar que la monarquía como régimen político se fundamenta en la transmisión de la jefatura del Estado mediante relaciones sexuales, y que tal régimen surge muchos siglos antes de la aparición de los conceptos actuales de intimidad y privacidad. No vale ser contemporáneo para las duras y medieval para las maduras. Como ejemplifica “Así nos cambió el sexo”, los reyes echan un polvo y cambian el curso de un país. Es de locos, sí, pero es más de loquísimos que los mismos que forman parte de este juego pretendan además acogerse a la lógica individualista de las sociedades democráticas de hoy en día y reclamen para su vida sexual la misma consideración que tiene la vida sexual de un camarero, de un abogado o de cualquier otro súbdito cuya función social no ha sido obtenida a través del sexo. No sabemos si “Así nos cambió el sexo” terminará hablando de Juan Carlos, Corinna, Urdangarín o su misteriosa amante, pero sería una bonita forma de reconocer el acierto de la revista satírica y las falacias de los que la criticaron. Y además nos reiríamos un montón con la entrevista que le harían a Darío Adanti.

20/9/13

JORGEJA EMBISTE A MARILÓ MONTERO


Tengo una noticia buena y otra mala. La buena: Jorge Javier Vázquez se pasa a hacer crítica de televisión. La mala: el tío no deja de hacer televisión y sigue en sus trece, concretamente en sus trece horas diarias de plató martirizando a quien quiera aguantarlo.

Hasta ahora Jorgeja se había limitado a criticar la crítica de televisión para lamentarse de la caña que recibe. O sea, algo como lo que nos regaló Jordi González en la noche de despedida de “El gran debate” el otro día haciéndose el pupas. Así que parecía que en la tele solo podíamos ver la divertida crítica de televisión, con recochineo de regalo, que hacen Wyoming y su equipo en “El intermedio”. Pues no, esta semana Vázquez aprovechó el púlpito de “Sálvame” para establecer cuáles son los límites de la televisión pública y criticar cómo lleva Mariló Montero “La mañana de La 1”.

Nuestro hombre señaló que la tele pública no puede mostrar el Toro de la Vega de Tordesillas indicando que es, como dijo Montero, algo “maravilloso” cuando a él le parece “denigrante”. “Lo siento mucho, no se puede defender que es un espectáculo ancestral”, añadió. Y se despidió con más toros: “En la televisión privada que hagan lo que les dé la gana, pero que en la pública emitan corridas de toros...”.

Uno más al club de quienes creemos que la tele causa tal impacto social que no basta con cambiar de canal si no te gusta: hay que criticarla y opinar, por ejemplo, que lo que para uno es “maravilloso” para otro es “denigrante”. A ello, pero con cuidado. Por ejemplo, nos guste o no, sin duda el Toro de la Vega es “un espectáculo ancestral”… como acabará siendo “Gran hermano”. Debemos exigirle más a la tele pública porque es de todos, sin que eso signifique que las teles con capital privado puedan hacer “lo que les dé la gana”. Ya tú sabes, Jorgeja, que pueden hacer cosas muy, pero que muy, feas.

Hala, torero, hasta la próxima.

19/9/13

HERNÁN MEJÍAS EN UNA ESPUMADERA


Si una espumadera con un reloj incrustado es un invento entonces el martes por la noche La 1 estrenó “España a ras de cielo”. Si la espumadera horológica es solo un apaño, de estreno nada.

Partamos de un principio general: innovar no es fácil. Extraigamos de él una consecuencia práctica: es más fácil simular la invención copiando a otro o mezclando dos cosas que ya existían para dárselas de creativo que parir algo nuevo. Aplicando esto a la tele, entendemos por qué hay tantos formatos copiados y tanta mezcla de géneros antiguos para parecer nuevos.

Hace mucho, pero mucho, mucho, TVE emitió “A vista de pájaro”, una serie documental con imágenes de diferentes lugares de España grabadas desde el aire y presentadas por una grave voz en off que iba largando datos a dolor. Un programa cojonudo que aún nos gustaría aunque solo fuera por comprobar cómo eran esos lugares conocidos que ya no son como eran. En 2005 TVE emitió la versión actualizada con la última tecnología y esas cosas: “España, entre el cielo y la tierra”, otra serie estupenda. Ahora, “España a ras de cielo” vuelve con lo mismo, pero con un reloj añadido que se llama Francis Lorenzo.

Copiar formatos televisivos conlleva el desagradable riesgo de que te denuncien por plagio, por eso hay quien opta por pagar la franquicia o, más barato, por recurrir a la mezcolanza. Y si en las ferias los charlatanes se desgañitan ofreciendo cazuelas, sartenes o espumaderas a las que han añadido un reloj, en la parrilla televisiva últimamente están empeñados en colocarnos los viejos formatos de siempre a los que han añadido un famoso para dar la hora.

Si “Un país para comérselo” es “Un país en la mochila” con los buenos de “Cuéntame”, “España a ras de cielo” es “A vista de pájaro” con el malo de “Águila Roja”. Y fuera prejuicios: son programas cojonudos. Porque, no lo olvidemos, lo importante no es el reloj sino la espumadera.

18/9/13

PRE-CUÉNTAME CÓMO PASÓ

La segunda temporada de la serie “Isabel” (lunes, TVE) es una buena noticia para la historia, para el prestigio de eso que los tontos llaman “la caja tonta”, para el buen nombre de la televisión pública y, sobre todo, para los espectadores. El rigor histórico, las oportunas y elegantes licencias narrativas, el estupendo trabajo de los actores, los hermosos decorados y la honestidad en la concepción y desarrollo de cada capítulo son la innegociable marca de la casa “Isabel”. Jordi Frades, director de la serie, insiste en que “Isabel” es ficción, no un documental. Exacto. Por eso es tan difícil hacer series históricas. Cada vez que en “Isabel” se abre una puerta, se corre el riesgo de cerrar otra puerta a la historia. Las batallas, que se producen en campo abierto, son muy agradecidas porque son fáciles de contar. Si entramos en los palacios y castillos por la puerta principal, las crónicas de la época nos pueden echar una mano. Pero si la televisión nos abre la puerta para que los espectadores asistamos a una reunión privada entre el rey Fernando y el arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo, o entre la reina Isabel y sus consejeros, la cosa se complica. La última puerta, la que separa la intimidad de Isabel y Fernando del resto del mundo, es la más difícil de abrir. Lo mejor que se puede decir de “Isabel” es que todas las puertas están muy bien abiertas, porque donde no llegan las fuentes y crónicas, llega el conocimiento y la sensibilidad de los guionistas.

Como pedir es gratis (de momento), pediría que “Isabel” se estirara hasta los reinados de Carlos I y de Felipe II, e incluso mucho más allá. ¿Por qué no convertir “Isabel” es una especie de “Pre-Cuéntame cómo pasó” que nos lleve desde el reinado de Isabel y Fernando hasta los años 60 del pasado siglo? ¿Se imaginan que “Isabel” continuara con “Carlos”, y luego con “Felipe”, y así hasta “Fernando”, “Isabel II”, “Alfonso” y “República”? Y si Michelle Jenner, la actriz que interpreta a Isabel, tuviera un pequeño papel en todas las series “Pre-Cuéntame cómo pasó”, la felicidad sería completa. El último capítulo de “Pre-Cuéntame cómo pasó” coincidiría con el primer capítulo de “Cuéntame cómo pasó”, Michelle Jenner conocería a Imanol Arias y todos entenderíamos un poco mejor para qué sirve la historia.

17/9/13

NAOMI PASTOR VS ROSA KONG



Era tanta la tensión que se respiraba en la entrevista que Ana Pastor mantuvo con Rosa Díez en  “El objetivo” del pasado domingo que preferí relajarme viendo alguna escena de “King Kong” (“La película de la semana”, La 1). Al fin y al cabo, la secuencia en la que dos tiranosaurios rey persiguen a la bella y aterrorizada Naomi Watts por todos los precipicios de la Isla Calavera hasta que finalmente llega la bestia Kong y comienza a repartir leches parece un avance de la nueva temporada de Pocoyó en comparación con la cordial saña y la sonriente antipatía con la que conversaron Pastor y Díez. Adrien Brody se revolvía intentando quitarse de encima docenas de cucarachas de cuarenta centímetros de tamaño más relajadamente de lo que la líder de UPyD contestaba a las preguntas sobre su pasado como consejera vasca. Jack Black disimulaba su incomodidad al presentar al gorila ante la sociedad neoyorkina mejor de lo que lo hacía la presentadora de “El objetivo” cuando su oponente salía indemne de alguna de sus preguntas.

Es necesario replantearse algunas cuestiones conceptuales sobre los géneros televisivos. Por ejemplo, propongo que el género “de acción” no se limite únicamente a ficciones en las que la peña esté todo el día pegándose puñetazos y persiguiéndose en vehículos sofisticados, sino que también incluya programas de debate o series en donde los diálogos repartan más golpes que Chuck Norris con síndrome premenstrual. Al mismo tiempo que Ana Pastor luchaba con fiereza contra Naomi Watts y King Kong hacía lo propio con Rosa Díez, en Estados Unidos terminaba la segunda temporada de “The newsroom”, serie que transcurre dentro de la redacción de un informativo televisivo en la que los personajes se limitan a hablar entre ellos, y en donde hay más peleas de las que pudo soñar Stan Lee en todo el universo Marvel. Si les gustan las series de acción no dejen de engancharse a “The newsroom”: disfrutarán como gorilas de su género favorito y, de paso, entenderán un poco mejor lo que pasó en “El objetivo” del pasado domingo.

16/9/13

LA MISMA MIRADA, EL MISMO ALIENTO

Un momento... ¿alguien ha visto alguna vez juntos a Emma García y a Jordi González? Yo no recuerdo ningún momento en el que hayan coincidido en un mismo programa de televisión, en ninguna entrega de premios u otro acto público. Si googlean a la vez “emma garcia” y “jordi gonzalez” y pinchan luego sobre la etiqueta de “imágenes” no aparece ninguna foto en la que se vea simultáneamente al antiguo presentador de “La noria” y a la actual presentatriz de “Abre los ojos y mira”. No sé si intuyen adónde quiero llegar. Hemos visto muchas veces juntos a María Teresa Campos y a Jorge Javier Vázquez, a Ana Pastor y a Jordi Évole, pero nunca se vio juntos a Clark Kent y a Superman ni a Peter Parker y a Spiderman. ¿Lo pillan? Se comenta el error de Telecinco al prescindir de Jordi González para sustituirlo por Emma García al cargo de la noche de los sábados, y el carácter de “noria serie b” que tiene la deposición de “Abre los ojos y mira”. ¿Y si en verdad Glez y Gcía fueran la misma persona, un x-man televisivo que pudiera adoptar diferentes apariencias? ¿Y si, igual que “Abre los ojos y mira” no es más que “La noria” con otro nombre y otro decorado, Emma no fuera más que Jordi con otro peinado y otro estilista?

En el ajedrez las piezas se definen por su función y no por su forma. Aunque algunas formas son habituales, cualquier cosa que se mueva en diagonal es un alfil, y si lo hace siguiendo una L es un caballo. En televisión ocurre lo mismo: el personaje viene definido por su función, y si dos elementos cumplen idéntica función han de ser forzosamente el mismo personaje. Emma García y Jordi González llevan muchos años en Telecinco, se han encargado de gestionar los programas más vergonzosos que jamás se vieron en nuestras pantallas (“El juego de tu vida”, “Más allá de la vida”) y ahora se alternan para continuar haciendo la única forma de basura que Telecinco sabe hacer la noche de los sábados. Son los peones, los mismos e intercambiables peones, quizá incluso el mismo peón en el juego. La misma mirada, el mismo aliento.

15/9/13

MAGIA EN TUS OJOS


El mago Yunke caminando sobre las aguas. Igualico que como dicen que hizo Jesús en el lago Tiberíades (Galilea) hace dos mil años, pero en el estanque del Retiro (Madrid) hace unos días. Y no se lo digo porque me lo hayan contado unos a los que se lo habían contado otros, sino porque lo vi con estos ojos que la selección natural me dio. Fue uno de los números de “Por arte de magia”, el programa familiar sobre magia que estrenó Antena 3 el viernes por la noche. Ah, mejor aun, si Jesús tuvo como compañía a Pedro, Yunke se dio el paseo con Soledad Mallol, una de las del dúo “Las Virtudes”, aquella que salía en las “Escenas de matrimonio” de José Luis Moreno mandando a la porra su carrera artística, la misma.

Además salió el inmenso Juan Tamariz con su famoso número del cochecito que mágicamente se para encima de una carta. Qué gozada reencontrarse con un espectáculo que la Constitución debería obligar a emitir por la tele una vez al año para mantener unidos a los españoles. También salieron algunos más de aquellos magos que vimos en “Nada x aquí”, aquel estupendo programa que Cuatro dedicó hace años a la magia de la buena, no como sigue haciendo ahora con “Cuarto milenio”. Incluso vimos boquiabiertos alguna versión de los trucos que ya entonces les habíamos visto igual de boquiabiertos, pero más jóvenes.

Una pena que el espectáculo, presentado por Anna Simon, haya adoptado este formato tan a la moda y tan cansino de concurso de famosos con aprendices famosos y jurado de famosos que se esfuerzan en parecer coleguis megaguays que van al programa porque es superdivertido y no porque están ganándose los garbanzos. Aun así, “Por arte de magia” debería programarse como actividad escolar para los benditos alumnos que, como no cursan “Religión y moral católica”, tienen que permanecer en el cole esperando como malditos a que pase la hora de religión. No podemos permitir que detalles tontos como es el caminar sobre las aguas divida a los españoles.

14/9/13

HAY DÍAS PEORES QUE OTROS


“The Smiths” descubrieron que, desde la edad del hielo hasta la edad del paro, algunas chicas son más grandes que otras. “Yo aún diría más -añadirá quien conozca a los detectives Hernández y Fernández y tenga tele- algunos días son más duros que otros”. Y el jueves fue uno de esos días más duros que otros en esta edad del paro. Lo fue porque comenzó con la tele mostrando cómo el ministro de Educación se mofaba de nosotros y terminó con la tele mostrando cómo se befaba de nosotros Telecinco.

Vuelta al cole. En “Los desayunos de TVE” entrevistan al ministro José Ignacio Wert. Como hay que tener a la peña entretenida y la “relaxing cup of café con leche” ya no da para más, suelta esta perla para servir en bandeja un titular a los telediarios del día y unos cuantos chistes a los guionistas de “El intermedio”: “Comparado con otros países de nuestro entorno cultural que están embarcados en reformas educativas, como México o Chile, el nivel de discrepancia en España se puede considerar una fiesta de cumpleaños”. Ese mismo día los telediarios avanzan el calendario de las próximas movilizaciones en defensa de la enseñanza. De momento, los agentes sociales no reaccionan al chascarrillo de tan dicharachero ministro porque no prevén organizarle ninguna fiesta de cumpleaños ni el 18 de febrero, cuando cumple 64 añazos como ser humano, ni el 22 de diciembre, cuando cumple dos añitos como ministro. Pobre, a lo mejor le hacía ilusión una fiesta como las de Ana Mato gratis total.

Por la noche, los cachondos de Telecinco repitieron la final de “Campamento de verano” porque consideraron tan injusto que hubiera ganado la final un tipo que había hecho trampa como que ellos no prolongaran más su sucio negocio repitiendo otra vez lo mismo. Así que lo repitieron, volvió a ganar el mismo y ellos nos sacudieron en los morros un programa que les salió gratis total.

Sí, hay días peores que otros. Y ni siquiera tienen la guitarra de Marr y la voz de Morrissey.

13/9/13

ERIZOS EN MEDIO DE LA NOCHE

Arthur Schopenhauer, jocoso y dicharachero filósofo alemán del siglo XIX, gustaba de comparar la condición humana a aquélla de los erizos en medio de la noche. El frío hace que se agrupen y entren en contacto para darse calor, pero las espinas hacen que ese contacto resulte doloroso y se separen para dejar de sufrir. De nuevo aparece el frío y la necesidad de unirse. De nuevo aparece el dolor y la necesidad de separarse. Y así transcurre la vida humana, oscilando entre el frío y el dolor y los intentos vanos de escapar de uno y de otro.

Asistí con atención a los estrenos de la noche del miércoles y me sentí como los erizos de los que habla Schopenhauer en “Parerga y paralipómena”. Antena 3 ofrecía un nuevo programa de Julia Otero titulado “Ciudadanos”, dedicado a presentar testimonios, opiniones y posibles soluciones a las durísimas condiciones económicas que están atravesando buena parte de los españoles. Los relatos que pudimos escuchar, la debilidad de los remedios propuestos, me provocaban una desolación tal que me vi obligado a pasarme a “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”, cuya nueva temporada estrenaba simultáneamente Cuatro. Es cierto que en un primer momento pude sentir un cierto alivio, pero al cabo de pocos segundos el grado de estupidez banal que alcanzaban todas y cada una de las personas que aparecían en pantalla, la gratuidad de tanta extravagancia narcisista, me produjo una náusea todavía mayor que me hizo volver a Antena 3.

Y así pasé la noche. Viendo “Ciudadanos” para huir del entretenimiento imbécil que nos ofrecía “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” y viendo “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” para huir de la desesperanza que transmitía cada entrevista de “Ciudadanos”. Impotencia ante una realidad demasiado dura contra evasión demasiado saturada de engaños. El dolor de las espinas del paro y la pérdida de derechos laborales contra el frío nocturno de la farsa rancia y sexista. La verdad contra la mentira, y, como siempre, el ser humano en medio.

12/9/13

NOSOTRAS AMAMOS A TAMARA

A mí, de verdad, me encantaría ver “We love Tamara”. Cualquiera que me conozca medianamente bien sabe que un personality show enteramente dedicado a la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó y Fernández de Córdova -Carlos Falcó y Fernández de Córdova es un solo progenitor, en contra de lo que la conjunción cópula tiva de su apellido parece indicar- es el tipo de espacio televisivo por el cual yo abandono mis discos duros, mis amigos y mi familia. El mismo concepto de “personality show” en sí me hace caer genuflexo víctima de un arrebato místico, más aun si es para postrarme ante un ser humano como Tamara Falcó, que, valiente como pocos serían, se atreve a desnudar ante las cámaras la experiencia vital de volver al gimnasio junto a su personal trainer, reír sin parar con Mario Vaquerizo y Alaska, o rezar devota y humildemente el rosario aprovechando un pequeño momento de recogimiento que le brinda un vuelo en avión privado. 

Insisto, daría todo lo daría por estar contigo y poder ver “We love Tamara”, pero, ah, mi condición masculina me lo impide. El P.S. -léase “pi-es”, pronunciación anglosajona para las siglas de “personality show”- se estrena hoy en Cosmo, cadena que se define programáticamente como el “canal exclusivo para las mujeres”. No tengo nada que hacer. La vida ha sido dura conmigo y me ha enseñado dos lecciones a base de sufrimiento: que siempre saldrá un número impar de calcetines de una lavadora y que conviene respetar el target comercial de una cadena si uno no quiere desatar maldiciones sobrenaturales que ríete tú de las de las tumbas egipcias. Mi pasión por Tamara Falcó sólo es igualada por mi respeto hacia los espacios mediáticos de visibilización y empoderamiento que Cosmo conquista para la mujer, y por ello hoy me acostaré nada más cenar a la espera de que mañana mis amigas me cuenten albornozadas -alborozadas en albornoz- el vuelco en sus vidas que ha supuesto el testimonio vital de Tamara. Tendré que esperar a que “We love Tamara” salga en DVD. Joder, espero que no se venda en una sección “exclusiva para las mujeres”.

11/9/13

EL ABISMO Y YO

En la antigua Atenas, el teatro no era algo cotidiano, sino que se trataba de un espectáculo que se representaba sólo dos veces al año, con motivo de las dos grandes fiestas dionisiacas. Las series de televisión, en cambio, son un espectáculo cotidiano que puede extenderse durante muchas temporadas (las que dure el psicoanálisis de sus protagonistas, apunta Jorge Carrión en su ensayo  “Teleshakespeare”). Pero tragedias como “Edipo rey” y series televisivas como “La cúpula” (Antena 3) comportan un gran poder para poetas como Sófocles o escritores como Stephen King y también, como diría el tío de Spiderman, una gran responsabilidad. Decía Esquilo que un maestro explica cosas a los escolares, y los poetas explican cosas a los adultos. Nadie duda de que “Edipo rey” encierra enseñanzas importantes, y nadie debería dudar de que “La cúpula” explica cosas a los escolares y a los adultos porque lo que pasa en Chesters´s Mill, en Maine, nos importa a todos.

Que una cúpula invisible e impenetrable deje aislados de repente, y sin saber por qué, a los ciudadanos de un pueblo llamado Chester´s Mill es tan raro como que un joven con los pies hinchados mate a Layo sin saber que es su padre y se case después con Yocasta sin saber que es su madre. No busquemos tres pies racionales al gato de la tragedia griega y la ciencia-ficción contemporánea. La cúpula y el asesinato del padre es aquí lo de menos. Lo que importa es lo que pasa en Chester´s Mill después de que la cúpula  les aísle del mundo y lo que pasa en Tebas después de que los actos de Edipo hayan contaminado la ciudad. Si miras al abismo (y el abismo está bien construido), el abismo te devuelve la mirada. Cuando miramos al abismo de Chester´s Mill aislado por la cúpula y al abismo de Tebas acosada por la peste, esos abismos nos devuelven la mirada. Así, es tan imposible ver un capítulo de “La cúpula” sin examinarse a uno mismo dentro de la cúpula que rodea Chester´s Mill como leer “Edipo rey” sin estudiarse a uno mismo dentro de la peste que rodea Tebas. Lo siento por los personajes de “La cúpula”, pero el abismo en el que viven hace que me interese más por mí que por ellos.

Y no sé si me gusta lo que veo de mí en ese abismo.

10/9/13

EL CABRÓN DE CARAVAGGIO

No iba camino de Damasco como Pablo de Tarso, sino mucho más lejos, hasta el final del estreno de “Abre los ojos… y mira”, en tierras de Telecinco. Había comenzado el largo viaje a las 9,45 de la noche del sábado como un soldado cumplidor de su deber con la impedimenta que supone cargar con Emma García. Tras varias horas, ¿dos, tres?, un fogonazo del televisor hizo que mi caballo se espantara y me arrojara al suelo. No había nadie para desmentirlo, así que me tiraré el moco diciendo que caí como pintó Caravaggio en la iglesia de Santa María del Popolo. Bien chulo. Una voz retumbó en mi cabeza: “Estoy encantado de estar en tu primer programa, bueno, este, no otros”. Era Fernando Guillén Cuervo que iba a participar en una de esas humillantes entrevistas babosas que hace Telecinco cuando no hace humillantes entrevistas agresivas y venenosas. Derribado, vi la luz.

Días antes, presentando el programa a los medios, Emma García había dicho: “Esto es un maratón de más de cuatro horas en directo. Me va a permitir mostrar todos los registros y ser como soy, para bien o para mal; llegar al espectador”. Fue para comprobarlo por lo que inicié tan duro viaje. Pero Guillén Cuervo lo cambió todo. Saulo, Saulo, ¿por qué persigues a Emma García? Aunque este sea su primera vez con “Abre los ojos… y mira”, ¿no hubo otros programas antes? ¿No llegó ya lo bastante esta señora a los espectadores al frente de porquerías como “A tu lado”, “El juego de tu vida” o “Mujeres y hombres y viceversa”? ¿Hace falta seguir detrás de sus pasos para que nos muestre todos sus registros, para saber a qué abismo televisivo nos lleva esta vez? ¿No es suficiente confirmación la inmundicia que supuso el humillante inicio del programa con el reality show que lleva incrustado sobre pérdida de peso?

García, tira tú sola hasta Damasco que yo me voy camino de la cama, que ese sí que es el mejor camino aunque nunca lo haya pintado el cabrón de Caravaggio.

9/9/13

¡SOMOS RICOS!


Venga, arriba ese ánimo. Apague la tele que ya pasó todo. Hala, hala. No me diga que está usted de bajón porque la derrota olímpica le dejó cabizbajo y arruinado con un pedido de miles de muelles para construir la mascota Muellín con la que tenía pensado forrarse como Homer Simpson cuando Springfield optaba a ser sede de los Juegos Olímpicos ¿No vivimos en un país con una estúpida tradición que tiene el santo cuajo de afirmar que no hay mal que por bien no venga? Pues alégrese, que a ese juego infame no solo se puede jugar cuando hay un problema personal, familiar o laboral grave, también puede hacerse con las derrotas mediáticas. Yupi.

Por ejemplo, ahora quedan disponibles toda esa pasta y todos esos recursos que descubrimos que existían gracias a que había que transformar Madrid en sede olímpica. Si semejante dispendio es algo que, por fin estamos todos de acuerdo, no está por encima de nuestras posibilidades, y si encima gobernantes y gobernados convenimos en que este gasto no es tirar el dinero sino que genera puestos de trabajo, anima el mercado y dinamiza la economía, ahora podrá gastarse en otras cosas y todo irá cojonudamente. Como aquí tenemos esa tara que nos hace defender tanto la tele pública, arrimaremos el ascua a nuestra sardina y pensamos que bien podría recibir un empujoncito para no tener que limitarse a hacer programas de relleno pagados gracias al patrocinio de Campofrío con más voluntad que recursos.

Y si hay quien considere que los españoles no nos merecemos unos contenidos como los que ofrece la BBC, o que nuestra industria audiovisual no debe potenciarse porque es un sector sin proyección ni futuro, siempre podríamos volver a los clásicos: invertir más en sanidad y en educación públicas, apostar por un Consejo Superior de Investigaciones Científicas sin recortes y por unos jóvenes y no tan jóvenes investigadores con tan buenos recursos o incluso mejores que los que se ponen al servicio del deporte profesional. ¿Ve qué fácil? Pues arriba ese ánimo, que no hay mal que por bien no venga.

8/9/13

CANDIDATURA OLÍMPICA, DEPORTE OLÍMPICO

La presentación de ciudades candidatas a acoger los Juegos Olímpicos debe ser deporte olímpico. El dispendio que hacemos cada cuatro años para promocionar la candidatura de Madrid debe rentabilizarse mejor. Hay que aprovechar sinergias, aumentar la emoción, mejorar el medallero y ganar espectacularidad, a ver si se creen que aquí no manejamos la jerga habitual de este negocio.

Los integrantes de cada delegación deben federarse en este nuevo deporte, seleccionarse para competir gracias a las marcas obtenidas en pruebas oficiales y desfilar en la ceremonia de inauguración detrás del abanderado de cada país. Luego competirán como cualquier otro deporte, con su equipación específica de vídeos promocionales, respaldo público refrendado por encuestas de calle debidamente filtradas, masa de voluntarios fanatizados, apoyo de figuras de relumbrón con todos los gastos pagados, logotipos renovados en cada prueba, publirreportajes de la ciudad candidata donde se considere doping decir más de diez veces “marco incomparable” y “donde nadie es forastero”, periodistas supuestamente serios rompiendo el protocolo y mostrándose campechanos cual rey Juan Carlos cantando cosas como “Vente pa’ Madrid”, políticos populistas rentabilizando la ilusión popular y cadenas de televisión intransitables con sus parrillas puestas patas arriba para incluir programas chauvinistas que, no importa que se trate de un “Telediario”, canten el esfuerzo desplegado, critiquen a los demás con supuesto
buen rollo, disimulen haciendo parecer que no se trata de ganar porque lo importante es participar, exhiban un triunfalismo visceral que entretenga al pueblo pero entreverado de un victimismo sutil para preparar la derrota en el que se denuncie que hay quienes nos quieren mal llevados por intereses espurios que pueden hacer mucho daño. Todo ello bajo el escrutinio de un equipo de jueces y árbitros escogidos entre una élite de privilegiados que recibirán regalos a mansalva y serán tratados como reyes de los de antes (y de los de ahora, a quién vamos a engañar).

Y que viva el deporte profesional y la tele que lo venda.

7/9/13

SOPLARÉ, SOPLARÉ, Y EL ESTADO DERRIBARÉ


Creíamos que los superhéroes sin moral que nos gobiernan usan el palabro “externalizar” como sinónimo eufónico de la palabra “privatizar” para engañarnos mejor y comernos mejor con esos dientes tan grandes que tienen. Pues no. El jueves por la noche el estreno de “Encarcelados” en laSexta mostró la verdad. “Externalizar” no es simplemente “privatizar”, sino “privatizar hacia afuera”. No queda otra, visto que también existe la posibilidad de “privatizar hacia adentro”, o sea, de “internalizar”.

“Encarcelados” es una serie documental que muestra la situación de los españoles encarcelados en el extranjero (sí, “parecido” a la serie de National Geographic). En su estreno vimos la situación de las cárceles bolivianas. Aquello helaba la sangre por la situación en la que se encuentran, la miseria, el abandono, la inseguridad, el miedo y la degradación moral, pero también porque nos dimos cuenta de que las cárceles bolivianas nos llevan mucha ventaja: allí han “internalizado” los servicios penitenciarios, el Estado se ahorra mucho dinero y los contribuyentes estarán encantados porque no tienen que pagar impuestos para mantenerlos. ¿Quién paga, entonces? Fácil: los propios prisioneros, que deben buscarse la vida como puedan (algo que aquí ahora se llama “ser emprendedor”, otra trampa lingüística).

Las fuerzas de seguridad no entran en la cárcel, solo vigilan la continua entrada y salida de las mujeres y niños que viven dentro con los condenados. Cada preso debe conseguir todo lo que necesita verjas adentro: desde la comida o la seguridad hasta una celda, que puede comprar o alquilar, aunque sea un rincón infestado de cucarachas. Quien tenga pasta, que negocie con los presos en el mercado libre; quien no, que “emprenda” y la consiga. Ya tenemos la solución a esta crisis-estafa: “externalizar” la gestión de los servicios públicos e “internalizar” sus contenidos en un liberal sálvese quien pueda. Menos impuestos, más alegría. “Soplaré y soplaré y el Estado derribaré”, canta el gran Julián Hernández de “Siniestro Total” en su último disco. Y no es broma.

6/9/13

LA BASURA, AL CUBO DE LA TELEBASURA


Tarde del miércoles, exposición de trofeos en la tarima de “Sálvame”. Diecinueve seres humanos aparcados en batería para que se les vea bien, cada uno con el problema que les llevó hasta allí colgando del cuello para que todos los espectadores podamos echarnos las manos en la cabeza. El público puede escoger entre compadecerse o hacer escarnio público de la vida pecadora que llevan y el castigo que cargan. El delito está bien visible, pero les piden que lo digan en voz alta: 100, 112, 120, 125, 140 kilos.

No es nada nuevo. El recurso al escarnio público ya lo usaba la Iglesia Católica y la Inquisición exhibiendo a los pecadores vestidos con un capirote y un sambenito que avisaba de la gravedad de los pecados cometidos, lo que servía para marginar socialmente tanto a los penitentes como a sus familiares. En la Revolución Cultural china era habitual que los represaliados fueran expuestos a la multitud mostrando en un dazibao sus pecados contrarrevolucionarios. Ahora la tele en directo facilita y simplifica la tarea.

Los diecinueve pecadores más dos gemelos que no estaban en el plató aspiraban a ser elegidos concursantes de “No seas pesado”, un reality sobre pérdida de peso que será una sección de “Abre los ojos… y mira”, el programa que mañana sustituirá a “El gran debate”. Durante media hora Jorge Javier Vázquez, como anfitrión, y Emma García, como presentadora del invento, jugaron un rato con ellos al gato y el ratón mientras elegían a once y otros once eran devueltos a sus casitas. Una eliminada, con el acusador “123 kilos” al cuello, se quejó de que la hubieran expuesto allí para nada: ahora debía volver al barrio a que se rieran de ella más de lo que ya hacían, dijo. El programa concluyó que era una mala perdedora que no se quejó del procedimiento hasta que fue eliminada. Y es cierto: el que quiera tratos con la telebasura debe saber que, antes que nada, tiene que pasar por el aro que establece el poderoso y acceder a que le traten como basura.

5/9/13

PACTO ENTRE PAQUIRRÍN Y TELECINCO


No, por Dios, que no se reúnan Paquirrín y Telecinco, que no busquen una solución a su última trifulca y que no lleguen a un acuerdo. Hay que alarmarse porque se les ve venir. Esto ya lo hicieron antes y sabemos lo que pasó: primero Telecinco le dio caña a la Pantoja y Paquirrín en esos programas tan baratos y rentables que tienen, estos se indignaron de lo lindo porque aquello era intolerable, amenazaron con abogados y demandas, luego negociaron, la indignación se les pasó y consideraron que lo intolerable podía tolerarse perfectamente a la vista de los suculentos contratos que Telecinco les ofrecía para trabajar juntos. ¿Y quién paga el pato? Nosotros, los telespectadores.

El primer “pato” (o sea el primer “pacto”, porque sabrán que de ahí viene el dicho) que pagamos propició que nos encontráramos con Paquirrín de superviviente semoviente en “Supervivientes”, de presentador atroz en las campanadas de fin de año y de jurado chiripitifláutico en “Tú sí que vales”. Después de que contratante y contratado hicieron suficiente caja volvieron a enfadarse muchísimo, rompieron relaciones y nos dejaron descansar una temporada. Y debe de ser que calculan que ya fue suficiente descanso y estamos listos para aguantar otra tanda de colaboraciones porque han vuelto a las andadas. Ellos cocinarán y comerán el pacto y ya sabemos quiénes lo vamos a pagar.

Estos días empezó la coreografía Telecinco enseñando imágenes del hijo de Paquirrín, que respondió con los movimientos correspondientes, indignándose, considerándolo intolerable y mostrando su intención de demandar a la cadena. Esta dio el paso siguiente proponiendo una negociación con el padre de Paquirritín, algo que este está, claro, dispuesto a escuchar. Y como lleguen a un pacto, ay como lleguen a un pacto. Tendremos a Paquirrín acampando en el próximo “Campamento de verano”, de DJ presentador chunda-chunda de las doce campanadas y de jurado gourmet en la próxima edición destroyer de “Esta cocina es un infierno”. No, por Dios, que no se reúnan Paquirrín y Telecinco.

4/9/13

HAMBRE DE "EL INTERMEDIO"


Sereno, con la mirada resuelta y como un solo hombre, el lunes por la noche me senté frente a la tele, sintonicé laSexta para ver el regreso tras el verano de “El intermedio”, visité su página web para conocer los cambios de la nueva temporada, cogí una libretina y un boli para apuntar lo que el programa iba dando de sí, y esperé a que el “Ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad” avisara de que el espacio había empezado.

Pues nada. Aquello no sirvió para nada porque en cuanto probé el primer bocado me puse a tragar como loco, a comer sin paladear, a engullir como un enfermo y no paré hasta que terminó el programa. No me fijé en si los guionistas venían un poco fríos y había que pasar los chistes un poco más por el microondas. No reparé en si el equipo había perdido compenetración tras tantas semanas de vacaciones y los ingredientes no habían ligado bien. No aprecié si el jefe del local, Wyoming, lo tenía todo bien controlado y servía los platos en su punto de sal y pimienta. Ni siquiera recorté los anuncios con el cuchillo y los aparté a una orilla para echárselos al perro. Lo devoré todo como quien lleva dos meses sin probar bocado y lo primero que se zampa es uno de sus platos favoritos. Todo ‘p’adentro’. Y allá que fue todo.

Sí que vi el guiño inicial a “Juego de tronos”, pero lo pasé sin masticar. Agradecí los grandes tropezones que traía el repaso a lo que dio de sí el caso Bárcenas en verano, pero los tragué enteros. Las referencias al reciente a los discos duros extrañamente dañados por los últimos coletazos del “Efecto 2000” o las transferencias del rey a su hija serían bocatto di cardinale, pero los tragué tan rápido que no aprecié nada. Ni paladeé los montajes ni degusté los juegos de palabras. Si en vez de hambre hubiera tenido solo apetito, habría podido poner mi paladar audiovisual a trabajar, pero así fue imposible. Así que esta birria es la crítica de hoy: del regreso de “El intermedio” no dejé ni las raspas. 

3/9/13

NO BEBAS PETRÓLEO


La bomba. El lobby del petróleo manipula al Gobierno español para que el Gobierno manipule la cadena pública TVE para que TVE manipule su canal más cultural, La 2, para que La 2 manipule el programa ecologista “Biodiario” para que “Biodiario” manipule a su director y presentador Luis Miguel Domínguez para que Domínguez manipule a sus espectadores, para que los espectadores consumamos derivados del petróleo para que así las empresas petroleras que forman el lobby que manipula al Gobierno que manipula TVE que manipula La 2 que manipula “Biodiario” que manipula a Domínguez que nos manipula a nosotros ganen mucha pasta.

En realidad la noticia es que Domínguez, naturalista discípulo de Félix Rodríguez de la Fuente y uno de los mejores tipos que puedes encontrar al poner la tele, fue la noche del domingo a “Cuarto milenio” a denunciar que las grandes petroleras y los gobiernos apuestan por el consumo de petróleo frente a otras fuentes de energía. Hubiera sido un alivio ver, gracias a él, a Íker Jiménez usar por un día la palabra “energía” de forma correcta (a ver cuándo lo hace con la palabra “dimensión”). Pero no lo fue. ¿El motivo? Que entre las cientos de emisiones de “Biodiario” hay algunas extrañas en las que Domínguez apuesta descaradamente por el consumo de derivados del petróleo.

Así que no me quedó otra que suponer que ese mismo buen señor que unas veces nos enseña el uso responsable de la maravillosa agua del grifo, recibe presiones para que otras veces cante las glorias de empresas poderosísimas que quieren que no bebamos del grifo sino lo que ellas embotellan en antiecológicos envases de plástico no retornable a un precio miles de veces superior y, muchas veces, con peor efecto sobre nuestra salud porque llevan azúcar añadido. ¿Refrescos de cola? ¿Agua embotellada y plastificada? Mis amigos Ilde e Iñaki, trabajadores en empresas públicas de agua, me aseguran que como el agua del grifo no lo hay. Así que les hago caso y cuando bebo agua, no bebo petróleo.

2/9/13

ELLOS SON ASÍ


En octubre de 2011 “La noria” entrevistó a Rosalía García, madre de El Cuco. Cuando  se supo que esa mujer había cobrado 10.000 euros por conceder la entrevista, se desató en las redes sociales una campaña que solicitaba a las marcas comerciales que dejasen de anunciarse en dicho espacio. Las marcas se fueron retirando, hasta que el 19 de noviembre “La noria” se emitió íntegramente sin publicidad. Aunque algunas marcas iban volviendo, el programa estaba herido de muerte, así que Telecinco decidió dividir el programa en dos: usaría su mesa sensacionalista de bronca política para formar un programa independiente, mientras que el nombre de “La noria” se reservaría para un late night de contenidos de cotilleo escabroso. Así nació “El gran debate”, cuyas audiencias fueron satisfactorias durante año y medio. Pero este programa nunca dejó de ser una anomalía dentro de la línea televisiva de Telecinco, y así, la competencia con otros programas similares y un cierto agotamiento de las caras han provocado que el programa de Jordi González se sustituya por un programa del corazón presentado por Emma García.

Así es como Jordi González describió en el último “Gran debate” los hechos que acabo de contarles: “A finales del año 2011 alguien tuvo una idea y se encendió una bombilla. ‘Oye, ¿por qué no hacemos un programa que ayude a entender la difícil situación y los importantes cambios que está atravesando el país?’ Y así un sábado 14 de enero del año 2012 esa pequeña bombilla alumbró ‘El gran debate’. A lo largo de este año y ocho meses hemos tratado de informarles y sobre todo de darles respuestas, y espero de verdad que así haya sido. [...] Ahora toca desmontar ya el plató, ya casi no queda luz, el tiempo se termina. Pero quiero hacerles cómplices de un pequeño secreto: este ‘Gran debate’ empaqueta sus cosas, cierra las ventanas, pero no va a cerrar su puerta. Mejor vamos a dejarla entornada por si un buen día de pronto alguien se cuela y decide volver a encender esa bombilla.”

Telecinco. Jordi González. Ellos son así.

1/9/13

POSTVACACIONAL


A comienzos de septiembre la televisión sufre el síndrome postvacacional. No es nada grave, sólo unos pequeños desajustes que padece el medio cuando tiene que retomar su actividad anual tras el parón que han supuesto los meses veraniegos. Las cadenas se encuentran... no sé... cansadas, irritables, faltas de concentración. Es habitual que si andamos zapeando todo el rato entre laSexta y 13tv, el televisor de pronto tenga un estallido de enfado y nos suelte un “¿en qué quedamos?” con malos modales y falta de respeto. En las teletiendas se reduce notablemente el entusiasmo a la hora de referirse al producto anunciado; así, el SlenderTigh Plus Ultra Premium Gold ya no es ¡¡el revolucionario aparato que sin ningún esfuerzo conseguirá en pocos días acabar para siempre con esa grasa acumulada en el abdomen que nos impide ser la persona que siempre deseamos!!, sino que ahora es un aparato de gimnasia que, bueno, está bien, pero sin más. Y luego están los problemas de atención y concentración: hoy mismo a primera hora de la mañana, en un informativo matinal de La 1, una noticia referida a la marcha de Carme Chacón a Miami quedó durante unos segundos parada, con la imagen de la futura no líder del PSOE congelada y el sonido en completo silencio, hasta que el reportaje pudo recordar de nuevo de qué estaba hablando y con qué sesgo ideológico debía hacerlo.

Son trastornos del mundo moderno. La televisión está sometida a fortísimas presiones en un escenario que alcanza una competitividad nunca antes conocida. Durante el verano se desconectan las capas del cerebro superior de las cadenas y sólo quedan activadas funciones básicas relacionadas con la emisión de reposiciones, telefilmes y marcas blancas de los principales programas. Por eso a partir de mañana Wyoming y Pablo Motos y Ana Rosa y Griso y Matías Prats van a estar un poquito nerviosos. Pero sólo serán unas semanas, las justas para que llegue el síndrome prenavideño y todo empeore.