Telecinco asegura que el motivo de la cancelación de “El gran debate” radica en la imposibilidad de realizar un programa de política sin políticos. Según se excusan, el veto que el Partido Popular propuso a sus dirigentes contra el programa de Jordi González ha terminado vaciando de contenido el proyecto que suponía este espacio. Si no acuden políticos no tiene sentido hablar de política, así que parece más razonable llamar a Emma García para conducir un programa sobre cotilleos, frivolidades y todas las variantes de este tipo de estupideces, ante la certeza de la asistencia de cotillas, frívolos y todas las variantes de este tipo de estúpidos.
Niego la mayor. Las cosas no son así. “El gran debate” nunca fue un programa de política, sino un programa “sabor política”. Los chicles “sabor fresa” no contienen ni una molécula extraída de una fresa; tienen colorantes que consiguen que el color de la goma sea el de la fresa y saborizantes sintéticos que saben lejanamente a las cosas que saben lejanamente a fresa. Jamás entró una sola naranja en la fábrica de algunos refrescos “sabor naranja”. Los yogures “sabor piña” son la prueba de que se pueden producir lácteos de piña sin piñas. “Informativos Telecinco” es un espacio “sabor información”. Los programas de variedades de la cadena llevan impreso en su etiqueta “sabor entretenimiento”. “De buena ley” combina colorantes, actores y saborizantes para que el espectador sienta sabor a discusión cuando lo consume. De la misma manera, el forzado heredero de “La Noria” nunca contuvo verdadera política por más que consiguiera un sabor artificial que recordaba al de la política.
Todos sabemos que el verdadero motivo del cierre de “El gran debate” es su bajada de audiencia y la imposibilidad que tiene un programa “sabor política” de competir con un verdadero programa de política (“LaSexta Noche”). ¿Cómo si no se explica que vayan a sustituir un programa de política sin políticos por un programa del corazón sin corazón?
No hay comentarios:
Publicar un comentario