14/8/13

LEPTIS MAGNA Y EL PEÑAZO


Una arqueóloga italiana explica en el precioso documental “Leptis Magna: Roma en África” (Canal Historia) que los exquisitos mosaicos y frescos que adornaban las casas de los ricos romanos de Leptis Magna en los tiempos del emperador Septimio Severo se deterioran en cuanto ven la luz. Es decir, la mejor forma de conservar el legado de Roma en África es dejarlo todo como está. Excavar es destruir, pero la única forma de probar una manzana es mordiéndola, aunque de esa forma cambiemos para siempre la manzana. ¿Debemos conformarnos con saber que hay sabrosas manzanas enterradas en Leptis Magna, en Pompeya o en el desierto de Egipto, y negarnos a sacarlas a la luz porque, de esa forma, correríamos el riesgo de que se deterioraran o se perdieran para siempre? Creo que no. Es mejor mostrar un fresco de Leptis Magna acosado por la luz y las filtraciones de agua que dejarlo oculto en la seguridad del silencio. Una manzana mordida y oxidada es mejor que una manzana escondida e intacta.

Las tertulias veraniego-políticas de “Espejo público” (Antena 3) o “El programa del verano” (Telecinco) insisten en sacar a la luz los feos mosaicos y torpes frescos que adornan las relaciones entre el peñazo de Gibraltar, el Reino Unido y el reino de España. Y así llegan los malos rollos, los mosqueos, las ruines venganzas, las demostraciones de fuerza, el “aquí estoy yo” y el “pues anda que tú”. La mejor forma de conservar la tranquilidad y el silencio es no excavar en el yacimiento arqueológico de Gibraltar, pero en cuanto el aire y el agua tocan los negocios ocultos en el peñazo, los regates financieros y su condición de paraíso fiscal, todo empieza a oler mal. El blanqueo de dinero en esa fea Leptis Magna se vuelve negro en cuanto ve la luz. Por eso está bien que desenterremos ese peñazo. Está bien que los arqueólogos metan la pala, que los tertulianos midan el terreno y que los políticos se llamen por teléfono. Ahora bien, el mes de agosto no es una buena época para excavar. Y menos cuando hay otros yacimientos arqueológicos, mucho más ricos que el peñazo, que piden una urgente intervención. Hay que excavar Bárcenas hasta que todo el yacimiento salga a la luz. Hay que excavar esta enorme estafa de la crisis hasta descubrir los mosaicos y frescos del capitalismo, esa esclavitud rentable. Por cierto, Leptis Magna se puede visitar.

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