Una arqueóloga italiana explica en el precioso documental “Leptis Magna: Roma en
África” (Canal Historia) que los exquisitos mosaicos y frescos que adornaban las
casas de los ricos romanos de Leptis Magna en los tiempos del emperador Septimio
Severo se deterioran en cuanto ven la luz. Es decir, la mejor forma de conservar
el legado de Roma en África es dejarlo todo como está. Excavar es destruir, pero
la única forma de probar una manzana es mordiéndola, aunque de esa forma
cambiemos para siempre la manzana. ¿Debemos conformarnos con saber que hay
sabrosas manzanas enterradas en Leptis Magna, en Pompeya o en el desierto de
Egipto, y negarnos a sacarlas a la luz porque, de esa forma, correríamos el
riesgo de que se deterioraran o se perdieran para siempre? Creo que no. Es mejor
mostrar un fresco de Leptis Magna acosado por la luz y las filtraciones de agua
que dejarlo oculto en la seguridad del silencio. Una manzana mordida y oxidada
es mejor que una manzana escondida e intacta.
Las tertulias
veraniego-políticas de “Espejo público” (Antena 3) o “El programa del verano”
(Telecinco) insisten en sacar a la luz los feos mosaicos y torpes frescos que
adornan las relaciones entre el peñazo de Gibraltar, el Reino Unido y el reino
de España. Y así llegan los malos rollos, los mosqueos, las ruines venganzas,
las demostraciones de fuerza, el “aquí estoy yo” y el “pues anda que tú”. La
mejor forma de conservar la tranquilidad y el silencio es no excavar en el
yacimiento arqueológico de Gibraltar, pero en cuanto el aire y el agua tocan los
negocios ocultos en el peñazo, los regates financieros y su condición de paraíso
fiscal, todo empieza a oler mal. El blanqueo de dinero en esa fea Leptis Magna
se vuelve negro en cuanto ve la luz. Por eso está bien que desenterremos ese
peñazo. Está bien que los arqueólogos metan la pala, que los tertulianos midan
el terreno y que los políticos se llamen por teléfono. Ahora bien, el mes de
agosto no es una buena época para excavar. Y menos cuando hay otros yacimientos
arqueológicos, mucho más ricos que el peñazo, que piden una urgente
intervención. Hay que excavar Bárcenas hasta que todo el yacimiento salga a la
luz. Hay que excavar esta enorme estafa de la crisis hasta descubrir los
mosaicos y frescos del capitalismo, esa esclavitud rentable. Por cierto, Leptis
Magna se puede visitar.
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