Salvo catástrofe natural, en los telediarios siempre salen los mismos países. Y
así no hay forma de aprender geografía. Viendo las noticias podemos aprender
muchas cosas de Estados Unidos, de Francia, de Japón, de Egipto, de China, de
Brasil y hasta de Corea del Norte, pero no hay manera de que algún día nos pique
la curiosidad de saber dónde está Nauru, Tonga o San Pedro y Miguelón. Por eso
hay que ver las series de clasificación de los 100 metros lisos en el Mundial de
atletismo de Moscú (Teledeporte y Eurosport), porque podemos ver al jamaicano
Usain Bolt paseando su cuerpo durante unos diez segundos (en la final su paseo
será más rápido) y porque podemos saber que existe la isla de Montserrat.
Una
serie de 100 metros en un Mundial de atletismo o en una Olimpiada es a la
geografía lo que los guiones de “Bing Bang” son a la física o lo que un capítulo
de “Bones” es a la antropología forense. Si es cierto que después de escuchar a
Sheldon Cooper todos queremos saber más cosas de la Teoría de Cuerdas y llamar
“Schrödinger” a nuestro gato, y que después de ver un capítulo de “Bones” es
inevitable querer saberlo todo acerca del trocánter, también es cierto que
después de ver una serie de 100 metros en un Mundial de atletismo es obligado
abrir un atlas y descubrir que la isla de Montserrat está en el Caribe, al
sureste de Puerto Rico. Gracias a los 100 metros lisos, y a la bendita
curiosidad, también podemos enterarnos de que Maizie Williams, cantante del
inolvidable grupo Boney M, nació en la isla de Montserrat. Y entonces a uno le
entran unas ganas tremendas de escuchar “Rivers of Babilon” y “Ma Baker”, y al
rebuscar entre los viejos discos aparecen las fotos de los Beatles que venían en
el Álbum Blanco, perdidas en el último traslado. La alegría del reencuentro con
John, Paul, George y Ringo me hace salir a la calle y tomar un par de cervezas
en la terraza del bar de la esquina, desde donde veo a Usain Bolt ganar su
serie. Gracias al Mundial de atletismo, descubrí la isla de Montserrat y, tras
pasar por Boney M y los Beatles, contribuí al desarrollo económico de mi barrio.
A ver si os enteráis de cómo funcionan las cosas, tontainas del Fondo Monetario
Internacional.
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