La polémica por la elección de Ben Affleck para encarnar a Batman se ha visto rápidamente reemplazada por la polémica por la polémica por la elección de Ben Affleck para encarnar a Batman. Durante un par de días la red se llenó de comentarios que abominaban de la peregrina idea de enfundarle el traje negro al actor con el pH más alcalino de Hollywood; todo el mundo se mostró indignado por tal elección; se recaudaron miles de firmas por internet, se asaltaron embajadas de Estados Unidos por todo el mundo. Y de pronto, dos días después, la polémica se convirtió en metapolémica, y empezaron a aparecer por todas partes comentarios que se quejaban de la existencia de los comentarios anteriores dados los graves problemas políticos y económicos que nos rodean en la actualidad. Como mucho más temprano que tarde se abrirán las amplias alamedas y nos encontraremos con esa peli en “El peliculón” de Antena 3, quisiera abrir un nuevo nivel en la discusión, quisiera plantear una polémica sobre la polémica sobre la polémica de haber escogido a Ben Affleck para interpretar a Bruce Wayne.
Nivel uno: la elección de Affleck ha sido realizada con las nalgas. Nivel dos: el hecho de que el número de firmas que piden a la Warner la retirada de Affleck iguale en change.org al número de firmas que piden a la aseguradora estadounidense Medicare que incluya la diálisis en sus prestaciones da un poquito de mal rollo. Nivel tres: ¿de verdad hay alguien que vive permanentemente concentrado en las grandes cuestiones sociales, nunca habla de nada que no sean las grandes cuestiones sociales, nunca lee nada que no trate sobre las grandes cuestiones sociales, y nunca emplea la red mas que para dedicarse a las grandes cuestiones sociales? Yo ya he votado en change.org a favor de la diálisis en Medicare y en contra de Affleck. ¿Os apuntáis a crear una nueva petición para dar una pedorreta a los santurrones que se pasan la vida postureando la severidad trascendente de sus vidas?
1 comentario:
A mí estas metapolémicas (como las has definido) me hacen mucha gracia: parece que estamos "condenados" a hablar continuamente sólo de un tema y que para encima este tema tiene que ser de los importantes (política, economía, cuestiones sociales...). Da la impresión de que si hay un asunto de gran relevancia, todo lo demás no merece ningún comentario. ¿Acaso somos tan limitados que no podemos tratar y estar pendientes de varios temas de actualidad? ¿Acaso para referirnos a un asunto en particular tenemos que olvidar todo lo relacionado con los demás?
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