Lo tengo. Es la solución a todos los males de La 1, ¡qué digo de La 1; de toda TVE, de la economía nacional, de España entera! Se trata de emitir a diario un programa que gustará chicos y grandes, madridistas y culés, güelfos y gibelinos. Un programa que recuperará el espíritu familiar de “El Grand Prix”, que levantará la expectación de “Qué apostamos”, que logrará la complicidad de Tip y Coll cuando decían “Y la próxima semana, hablaremos del Gobierno”. Y hacerlo solo costará cuatro euros. Les cuento.
Se trata de recuperar el exitoso formato de “Tengo una
pregunta para usted”, pero con algunas modificaciones. Nada de que los
ciudadanos envíen sus preguntas desde toda España para que un equipo las
revise, organice y, siguiendo criterios sociológicos de representatividad,
seleccione a cien -más veinte de reserva- que se desplazarán a Madrid para
ocupar un plató con forma de hemiciclo construido ex profeso donde comparecen
diferentes invitados que tienen que ir respondiendo las preguntas una a una
hasta que se agota el tiempo y la mitad se queda sin poder intervenir. No. Aquí
quien quiera graba y manda las preguntas que desee, y todas valen. Se proyectan
por turno en una pantalla de plasma ante la que se situará otro plasma en el
que estará Mariano Rajoy dando la
cara a calzón quitado, como a él le gusta hacer. Terminada cada pregunta, Rajoy
mirará fijamente el otro plasma, dirá: “Eeeh,
ya tal”, y pasará a la siguiente, a la que también contestará: “Eeeh, ya tal”, y después otra, y otra;
y todas las despachará igual: “Eeeh, ya
tal”. Qué cachondo, el tío. Una hora al día, en horario de máxima audiencia,
de éxito asegurado.
Los ciudadanos encantados porque nunca hubo tanto acceso al
presidente del Gobierno. La oposición encantada porque por fin comparece Rajoy.
La libertad de expresión por las nubes porque no hace falta filtrar las
preguntas, ya que todas tendrán la misma ingeniosísima respuesta. TVE encantada
con la audiencia por las nubes porque después de un día de calor todos tenemos
ganas de reírnos un rato cuando llega el fresco. España entera feliz y la marca
España ni te digo.
Nos reímos pero no nos damos cuenta de la grandeza de Rajoy, de sus dotes de visionario. Con su plasma-intervención ha dado origen a la televisión del futuro: todo grabado y nada en directo para que no pueda haber alteraciones frente a lo previsto en el guión; ya no veremos a los presentadores de los informativos sentados frente a la mesa con sus papeles, sino a monitores de plasma incrustados en estructuras móviles para que puedan girarse de vez en cuando y hacer como que los compañeros de programa se miran a la cámara... Aunque, pensándolo bien, tal vez no debamos darle el mérito a Rajoy, sino a Sheldon Cooper y sus excentricidades.
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