¿De qué vais a hablar ahora, buitres? Ahora que el caso Bretón está a punto de quedar cerrado, ¿en qué vais a ocupar horas y horas y horas de vuestra programación matinal? ¿Sobre qué discutiréis en vuestras mesas de tertulia ahora que se os acabaron los huesos, las hogueras, las grabaciones de las cámaras de seguridad, la desesperación de la madre, la fría mirada del padre, la finca, la conversación telefónica con el hermano, el testimonio del policía, el horror? ¿Estiraréis todavía más el caso cubriendo cada paso del ingreso del acusado en la cárcel, su día a día en la prisión? ¿Seguiréis entrevistando hasta la náusea a cualquiera que tengan cualquier relación con los asesinatos, aunque sea con uno, dos, diez grados de distancia? Tranquilos, sólo tenéis que salvar el tiempo muerto que queda hasta el próximo crimen aterrador. Más pronto que tarde unas jóvenes desaparecerán, unos niños morirán a consecuencia del maltrato, se descubrirá el cautiverio infernal en el que alguien lleva viviendo desde hace muchos años.
Y entonces Bretón, las Quemadillas y las conclusiones finales de la fiscal perderán todo interés ante el olor reciente de los nuevos cadáveres. Regurgitando un vómito ácido y bilioso sobre la boca de una audiencia que, inexplicablemente, disfruta conociendo detalles horribles de sucesos espantosos, Susanna Griso -y, dentro de poco, Sandra Daviu- y Ana Rosa Quintana -y, desde hace poco, Joaquín Prat y Sandra Barneda- volverán a iniciar la liturgia enfermiza del periodismo amarillo. Ocho, diez personas, testigos, familiares, víctimas y verdugos, se harán famosos y cada detalle de sus vidas caerá bajo el escrutinio exhaustivo de los peritos del espanto. La hez de las pasiones humanas más miserables regresará como la materia prima con la que moldear entretenimiento matinal para amas de casa. Basta esperar al momento en el que Joaquín Prat nos saluda con la mejor de sus sonrisas desde dentro de una camisa veraniega y Susanna Griso nos presenta a su mesa habitual de contertulios del terror en su plató colorista y juvenil.
1 comentario:
Da auténtico asco
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