25/6/13

UNA ASTILLA EN LA CARNE

Cuanto más veo a Mercedes Milá hacer el ridículo en Telecinco, menos entiendo que su hermano Lorenzo Milá siga como corresponsal de TVE en Washington. Lorenzo es un buen corresponsal, pero también un mal hermano. Un buen hermano dejaría la comodidad de Washington para enfrentarse a la incomodidad de una Mercedes desquiciada tras tantos años al frente de “Gran hermano”. Entiendo la degradación profesional y moral de Mercedes Milá (entender no significa justificar) del mismo modo que entiendo la degradación física y política de José María Aznar, pero no entiendo la pasividad de Lorenzo Milá y de los amigos de Aznar. Por Dios, que alguien haga algo.

Y, sin embargo, tanto la ropa interior de Mercedes Milá como el bigote de Aznar son dignos de Telecinco y de la ultraderecha moderada. Pero hay otros mundos, y también están en la televisión. “La noche temática” de La 2 está en la televisión como la astilla en la carne o como el cazador en el bosque señorial, por utilizar las palabras de Júpiter a Orestes en “Las moscas” de Sartre. El pasado sábado, “La noche temática” emitió los documentales “No hay lugar donde esconderse” y “Los desplazados de Myanmar”, que fueron como astillas en la carne televisiva y como un cazador furtivo en el bosque señorial de la audiencia. Escuchar el testimonio de una mujer congoleña violada por los soldados que debían protegerla hace astillas el corazón, y echar un vistazo al infierno de Myanmar nos convierte en cazadores furtivos. El Júpiter de Sartre le dice a Oestes que no está en su casa, que es un intruso. Pero la “La noche temática” dedicada a los refugiados está en su casa de La 2, y no es una intrusa en un mundo dominado por el sujetador de Mercedes Milá y el bigote tóxico de Aznar. Las violaciones de mujeres en el Congo y las violaciones de Derechos Humanos en Myanmar están en el mundo, aunque se vean poco.

Lorenzo Milá y los amigos de Aznar están muy cómodos en Washington y en la adulación permanente. Que les aproveche. Mercedes Milá y José María Aznar están muy cómodos haciendo el ridículo y emponzoñando la convivencia. Que no les aproveche. Pero lo importante es que “La noche temática” siga siendo una astilla en la carne y un cazador furtivo en el bosque señorial.

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