Cuanto más veo a Mercedes Milá hacer el ridículo en Telecinco, menos entiendo
que su hermano Lorenzo Milá siga como corresponsal de TVE en Washington. Lorenzo
es un buen corresponsal, pero también un mal hermano. Un buen hermano dejaría la
comodidad de Washington para enfrentarse a la incomodidad de una Mercedes
desquiciada tras tantos años al frente de “Gran hermano”. Entiendo la
degradación profesional y moral de Mercedes Milá (entender no significa
justificar) del mismo modo que entiendo la degradación física y política de José
María Aznar, pero no entiendo la pasividad de Lorenzo Milá y de los amigos de
Aznar. Por Dios, que alguien haga algo.
Y, sin embargo, tanto la ropa
interior de Mercedes Milá como el bigote de Aznar son dignos de Telecinco y de
la ultraderecha moderada. Pero hay otros mundos, y también están en la
televisión. “La noche temática” de La 2 está en la televisión como la astilla en
la carne o como el cazador en el bosque señorial, por utilizar las palabras de
Júpiter a Orestes en “Las moscas” de Sartre. El pasado sábado, “La noche
temática” emitió los documentales “No hay lugar donde esconderse” y “Los
desplazados de Myanmar”, que fueron como astillas en la carne televisiva y como
un cazador furtivo en el bosque señorial de la audiencia. Escuchar el testimonio
de una mujer congoleña violada por los soldados que debían protegerla hace
astillas el corazón, y echar un vistazo al infierno de Myanmar nos convierte en
cazadores furtivos. El Júpiter de Sartre le dice a Oestes que no está en su
casa, que es un intruso. Pero la “La noche temática” dedicada a los refugiados
está en su casa de La 2, y no es una intrusa en un mundo dominado por el
sujetador de Mercedes Milá y el bigote tóxico de Aznar. Las violaciones de
mujeres en el Congo y las violaciones de Derechos Humanos en Myanmar están en el
mundo, aunque se vean poco.
Lorenzo Milá y los amigos de Aznar están muy
cómodos en Washington y en la adulación permanente. Que les aproveche. Mercedes
Milá y José María Aznar están muy cómodos haciendo el ridículo y emponzoñando la
convivencia. Que no les aproveche. Pero lo importante es que “La noche temática”
siga siendo una astilla en la carne y un cazador furtivo en el bosque
señorial.
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