Parece que el invento de “Marca
España” vino para quedarse. La 1 de TVE ya emite dos programas semanales específicamente
concebidos para potenciar la “Marca España”. Los lunes por la noche, tras el
superéxito “Águila Roja”, se emite “El alma de las empresas”; y los martes,
“Fabricando: Made in Spain”. Esta semana, de regalo, los informativos recogieron
su presentación en Europa (que tuvo que posponerse el año pasado porque quedaba
feo hacerlo coincidir con accidentes reales en proboscídeas cacerías en Botsuana).
Y qué lugar mejor de Europa que la sede del Parlamento europeo, en Bruselas,
para celebrar un acto que despertó gran interés entre cientos de funcionarios y
parlamentarios europeos que saborearon las muestras de gastronomía española, y
que, como además eran casualmente españoles en su inmensa mayoría, aplaudieron
mucho al final porque estaba todo muy rico y muy abundante.
Por eso habría que pedir que nos
aclararan de qué están hablando: si se trata de crear una nueva marca (la marca
“Marca España”) o se trata de hacer de España, el país en el que vivimos, una
marca reconocida y prestigiosa como lo pueden ser, qué sé yo, “Alonso” en
ferretería o “Basilio” en sidra. Si se trata de lo primero, vale, aceptaremos
la marca “Marca España”, pero TVE no podrá dedicarle más programas porque la
ley prohíbe la publicidad encubierta. Si se trata de lo segundo, la nueva marca
sí podría salir en TVE puesto que TVE es una marca propiedad de esa marca, no
sé si me explico.
Lo de "Marca España" es una de las mayores estupideces que se han inventado en los últimos tiempos para continuar con esa manía de no llamar a las cosas por su nombre. Y para mí, precisamente tratar a un país como si fuera un producto (que se puede vender, que se puede regalar...) es lo que está causando los problemas que tenemos.
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