Dejémonos de minucias. En la entrevista que concedió anteayer Aznar en Antena
Primero, se equivocan los biólogos cuando afirman que los
únicos seres vivos urticantes no marinos son las ortigas, las tarántulas y
algunas orugas. En efecto, también hay mamíferos urticantes como Aznar. Eso
explica por qué tantos acabamos anteayer con irritación en los ojos, escozor y
sensación de quemadura tras ver su entrevista.
Segundo, se equivocan los físicos cuando afirman la dualidad
onda-partícula de la luz. La física debe recuperar las tesis del atomismo
clásico que afirma que todo conocimiento se produce por contacto. En efecto, la
visión es posible porque de los cuerpos se desprenden capas de átomos que tocan
nuestros ojos y nos permiten ver. Eso explica por qué Aznar no necesita pelos
urticantes con vesículas llenas de líquido irritante para ortigar: lo hace
valiéndose de las capas de átomos que desprende y tocan nuestros ojos.
Y tercero, se equivocaba mi abuela Donia cuando afirmaba que no te ortigabas si aguantabas la
respiración. En efecto, no respirar mientras miras a Aznar no sirve de nada. Yo
anteayer solo conseguí acabar con los ojos como tomates, pápulas en los
párpados y, encima, cianótico. Lo que ya no sé explicar es por qué, cuando al
final de la entrevista Aznar habló de su regreso, y a pesar de la irritación
ocular, abrimos los ojos como platos y sentimos un escalofrío.
1 comentario:
Por el bien de tu salud mental, deberías haber echo como tu amigo Juan y no ver ese programa
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