Estoy a favor de la existencia del Ratoncito Pérez. Es que me encanta. Me parece estupendo que un ratón haga regalos a los niños cada vez que se les cae un diente. Lo que pasa es que creo que no existe. Y si creyese que existe porque eso me hace feliz, porque llena mi vida o simplemente porque me mola, peor para mí: la realidad es lo que es y le importa un comino mi felicidad, que mi vida esté llena o que algo me mole o no. O sea: da igual estar a favor de la existencia de Papá Noel, las xanas, los Reyes Magos o el Ángel de la Guarda, porque eso no influye en la composición ontológica del mundo. En nuestras afirmaciones acerca de lo real no tienen pito que tocar nuestros gustos ni ilusiones. Fastidia, pero es lo que hay.
Pues se lució el otro día “Agrosfera” (mañanas de los
sábados, en La 2). Un programa buenísimo (va en serio) que veo (va en serio) y
sigo desde hace años (va en serio). Cosechas, cultivos, ganado, razas
autóctonas, gastronomía, paisaje, cultura rural. Una delicia, aunque salga Arias Cañete. Pero el sábado abrieron
un hueco en este informativo para contar lo buenos, bonitos y baratos que son
los zahoríes. Publicitaron a un señor con “habilidad
natural posiblemente innata para encontrar agua subterránea”. Capacidad
que, ojo, se “ha demostrado efectiva”
porque, dijeron, ¡acertó muchas veces! O sea: que, como todos los hacen
pronósticos sin ningún control ni seguimiento (adivinos, tarotistas, astrólogos,
quiromantes…), no le queda más remedio que acertar de vez en cuando, que al
cabo de los años son muchas veces (mientras olvida los fallos, esos no cuentan).
Explicaban en “Agrosfera” que es más caro contratar a un
geólogo que a un zahorí. Claro, es que el conocimiento del geólogo existe, y el
poder del zahorí, no. Aunque, es cierto, molaría un montón que existieran.
Tanto como el Ratoncito Pérez o los redactores que al menos echan un vistazo a
Wikipedia antes de hacer un reportaje difundiendo y justificando la
superstición y el engaño.
En el programa 'Para todos la dos' ha veces también se lucen invitando a personajes bastante 'alternativos'. No sé si es que les debe sonar todo igual, o les da lo mismo la pseudociencia (o un poco de las dos cosas). Hace poco vi a una señora que había escrito un libro de autoayuda, pero lo vendía como neurología de lo más avanzada (Rosa Casafont se llama). En fin, la pseudociencia se cuela por todos lados, y encima se promocionan sus libros en la tele pública.
ResponderEliminarUn Saludo.