El congresista Francis Underwood de “House of Cards” (Canal+), como siempre, me
abrió los ojos. Francis estaba en “Freddy´s BBQ” comiendo costillas, su plato
favorito, y mientras disfrutaba de la carne el cocinero y dueño del local le
contó una historia protagonizada por una nevera que se cayó delante mientras
conducía y que tuvo que esquivar. Una anécdota sin demasiada importancia, ideal
para acompañar a media ración de costillas (el congresista tenía una cena esa
noche y no podía comer mucho). Una nevera que cae y que es necesario esquivar.
Vale. Sin embargo, casi al final del capítulo, el fascinante político
interpretado por Kevin Spacey saca punta a la nevera de Freddy: él no es de los
que esquivan neveras, sino que prefiere que las neveras le esquiven a él.
Sobrevivir en los duros pasillos de la política es eso. Francis Underwood sabe
lo que dice.
Cuando vemos la tele, pasamos mucho tiempo esquivando neveras
que caen delante de nosotros y que amenazan con aplastar nuestra confianza en la
naturaleza humana. No es fácil esquivar a los concursantes de “Gran hermano”, es
muy difícil esquivar las tertulias de ultraderecha que anidan en el canal de la
Conferencia Episcopal y en el canal de Mario Conde, y es casi imposible esquivar
a toda esa gente que salta desde un trampolín. No es eso, no es eso. No se trata
de esquivar el vértigo que produce la casa de “Gran hermano”, la guerra de los
mundos ultraderechistas o la guerra de las galaxias acuáticas. Es justo lo
contrario. Si “Gran hermano catorce”, ”El gato al agua” o “Mira quién baila”
caen delante de nosotros como neveras que caen de un camión y amenazan con
aplastar a Freddy y dejar sin costillas al congresista Francis Underwood, esas
neveras televisivas tienen que saber que si no se apartan de nuestro camino
ellas se llevarán la peor parte. No tenemos la tele que nos merecemos, del mismo
modo que no tenemos una crisis que nos merecemos por haber vivido por encima de
nuestras posibilidades. Si nos movemos por las cadenas televisivas como Francis
Underwood se mueve por los pasillos de Washington, las neveras nos tendrán miedo
y se apartarán. Les invito a todos a comer unas costillas en “Freddy´s BBQ”.
Pero que pague el congresista.
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