Es cierto que Juan Antonio Bayona ganó el pasado domingo el premio Goya al mejor director. Sylvie Imbert y Fermín Galán ganaron el premio Goya al mejor maquillaje y peluquería. La película cubana “Juan de los muertos” ganó el premio Goya a la mejor película iberoamericana. Podríamos seguir así con toda la lista de galardonados, pero lo que me interesa ahora es destacar que en la categoría de “mejor actor protagonista” ocurrió exactamente el proceso contrario al de los ejemplos que hemos visto antes. José Sacristán no ganó el premio Goya al mejor actor protagonista; fue el premio Goya el que ganó a José Sacristán para su lista de mejores actores.
En ocasiones el premio prestigia al que lo recibe y en otras el que lo recibe prestigia al premio. Habitualmente los Goyas particulares aumentan la fama y la consideración de sus ganadores, mientras que es el Goya de Honor el que gana en valor cada vez que es entregado a Antonio Mercero, Mario Camús o Josefina Molina. Anteayer el Goya de Honor volvió a ganar al recibir a Concha Velasco como galardonada. El hecho de que José Sacristán -un actor del cine español tan bueno que un actor del cine español mejor no puede ser pensado- nunca hubiera sido ni siquiera nominado para los premios Goya comenzó siendo una extraña anomalía que aumentó año tras año hasta dar lugar a una clamorosa injusticia. Pero el tiempo lentamente fue resolviendo esta cuestión con suma inteligencia paradójica, y un día de pronto -nadie recuerda cuándo- quedó claro que los premios Goya necesitaban tener en su lista de premiados a José Sacristán mucho más de lo que José Sacristán necesitaba tener en su lista de premios al Goya.
Así que el domingo Belén Rueda debió hacer una excepción, y en vez de decir “... y el ganador al Goya por mejor interpretación masculina es José Sacristán” tendría que haber dicho “... y José Sacristán se entrega al Goya por mejor interpretación másculina”. Acertó, eso sí, al llamarle “el maestro”. El más grande que nos queda.
1 comentario:
Sordo, no mudo http://histericapeninsula.blogspot.com.es/2013/02/sordo-no-mudo.html
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