A las tres, suena la campana de la Escuela Elemental
de Springfield. Bart termina de
escribir en el encerado el castigo del día: “La
capital de Montana no es Hannah”. “Este
castigo no es medieval”, escribe otro día en caracteres góticos y con una
preciosa letra capitular. En “Historias bíblicas de los Simpson” pone “No puedo absolver los pecados”, pero
después, ya en el Egipto de Moisés, talla
otro castigo en indescifrables caracteres jeroglíficos. Cuando la serie cambia
la secuencia de apertura y el televisor pasa a ser una pantalla plana, escribe:
“La alta definición sí vale la pena”.
Y en “Los Simpson: la película” pone “No
descargaré ilegalmente esta película”, claro.
Más sobre escuelas y castigos. Anteayer
miles de estudiantes de toda España iniciaban una huelga contra “Ley Wert” y
los recortes en educación. Y justo anteayer en FOX reemitieron “Una boda abonada
para el desastre”, de la temporada 20. Antes de que el vicario visitara al reverendo Lovejoy y humildemente dijese “Yo soy un hombre como cualquier otro hombre
elegido por Dios”, Bart escribió en la pizarra “Mi hucha no tiene derecho a fondos de ayuda del Gobierno”.
Los estudiantes deberían saber lo
que todos los ciudadanos ya aprendimos de esta crisis: nuestra hucha no tiene
derecho a fondos de ayuda del Gobierno. De hecho a lo único que tenemos derecho
es a vaciar nuestra hucha para pagar los fondos de ayuda del Gobierno. Los
estudiantes son, como Bart, jóvenes e inexpertos, pero están en buena edad para
entender cómo es el mundo que les dejamos. Su educación es la hucha en la que
van guardando los recursos que necesitarán para el futuro. Es su capital para
enfrentarse no solo al mercado laboral sino también a la vida. Pues que
empiecen por lo básico. Estos días, todas las pizarras de todos los institutos
españoles deberían estar escritas de principio a fin con la misma frase: “Mi hucha no tiene derecho a fondos de ayuda
del Gobierno”. Que aprendan.
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