31/1/13

EL TELEVISOR MATÓ A LA TELEVISIÓN


El televisor mató a la televisión. O, al menos, los nuevos televisores, los que más temprano que tarde -entonces, cuando se abran las grandes alamedas- acabarán en la mayoría de los hogares de Occidente, van a terminar en pocos años con la esencia de la televisión que nos ha venido acompañando desde hace cinco décadas: las programaciones, las parrillas de programas, los días de emisión, los horarios, el concepto de prime time, de televisión matinal... Porque los nuevos aparatacos de miles y miles de pulgadas que se venden en las tiendas de electrodomésticos ubicadas en los centros comerciales de las afueras de la ciudad vienen con un pequeño botonín que cada vez que es pulsado dispara una bala de plata al mismérrimo corazón de la televisión clásica: ese botonín que te conecta vía wifi con las páginas web de las cadenas de televisión que te permiten ver en alta definición los programas más importantes de su producción.

Entendámoslo: ya no se trata de que si, por algún motivo de causa muy mayor, me pierdo “La luz y el misterio de las catedrales” pueda ver el episodio perdido en el ordenador de casa accediendo a www.rtve.es/alacarta. De lo que se trata es de que a partir de los domingos por la noche yo puedo ver en mi nueva televisionaca del copón “La luz y el misterio de las catedrales” en HD eligiendo el día y la hora que yo quiera. No es que no hayas podido ver “Tu cara me suena” en su emisión original y haya una vía para subsanar el fallo. Es que ya no hay emisión original, ni día ni hora a la que se programa el programa. Los contenidos de la televisión clásica saltaron del televisor antiguo al ordenador hace unos años y ahora han saltado del ordenador al televisor nuevo. Y en ese regressus saltarín desapareció la televisión antigua y llegó la televisión nueva, a la que le faltan elementos esenciales de la televisión a secas. Ya no hay programas en prime time porque los programas ya no tienen time. El vídeo mató a la estrella de la radio y el televisor con conexión wifi mató a la televisión. Es el fin de la televisión (as we know it).

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