El caso de la semana: el sábado por la noche, ya tarde, Jordi González anuncia en “El gran
debate” de Telecinco que en breves momentos van a dar una noticia bomba. La
misma cadena que mil veces anunció en directo miles de noticias bomba tramposas
para engañar a la audiencia y mantenerla pendiente de sus programas, recurre
una vez más al mismo sucio truco. Pero esta vez vale la pena esperar. González
lee el mensaje que acaba de recibir el director ejecutivo del programa, y que
manda Marilar de Andrés, la
responsable de comunicación del PP: “Dirigentes
del PP que están viendo el programa van a estudiar la interposición de la
acción que corresponda ante las informaciones que se están difundiendo en "El
gran debate" de Telecinco”.
Hay quien afea la conducta del PP y dice que se trata de un
intento de censura previa porque el programa estaba dedicando esa noche al que
fue senador y tesorero del PP Luis
Bárcenas. Pues no. Censura previa sería poner trabas a los mensajes que el
PP considere oportuno mandar a quien quiera. Y de eso nada. Que envíe cuantos
más mensajes mejor. Si por algo se puede afear la conducta del PP es porque manda
pocos. Podía enviar alguno contando qué tal avanza esa “acción” de la que
hablan. O, si la “acción” no va, podían contar qué pasa, si es que la directora
de comunicación no comunicó bien, si es que a los dirigentes del PP dirigieron
mal, o si la fase de “estudiar la interposición de la acción” se alargará
indefinidamente porque no tiene ni pies ni cabeza.
¿Y por qué esa noche no tuvieron mensaje del PP otros
programas que también hablaron del “caso Bárcenas”? Fácil: el reportaje de
“Informe semanal” en La 1 parecía un encargo que ya había recibido el níhil óbstat,
el plácet, las dos orejas y el rabo; y el especial “Al rojo vivo” de laSexta
fue un continuo guirigay que echaba a los espectadores que queríamos oír hablar
de uno en uno a Telecinco. Pues sí: ¡González y Telecinco como ejemplos! Así
que ahora deseamos suerte a quien se muestra fuerte con el que es más fuerte,
igual que antes lo criticamos por tratar de aplastar con su fuerza al más débil.
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